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Año XVI, 23 de abril de 2024


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A propósito del Litio


Lunes 19 de abril 2010 12:33 hrs.


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“Es verdad que no debemos cerrar la puerta a la libre concurrencia y producción del salitre de Tarapacá, pero tampoco debemos consentir que aquella vasta y rica región sea convertida en una simple factoría extranjera. No podría desconocerse el hecho muy grave y real de que la singularidad de la industria, la manera como se ha producido la constitución de la propiedad salitrera, la absorción del pequeño capital por el capital extranjero, y hasta la índole de las razas que se disputarán el imperio de aquella vastísima y fecunda explotación, imponen una legislación especial, basada en la naturaleza de las cosas y en las necesidades especiales de nuestra existencia económica e industrial.” (Extracto del discurso del Presidente José Manuel Balmaceda, en su Mensaje a las Cámaras el 1 de Junio de 1889)

Ya en el año indicado el ex  Presidente Balmaceda, señalaba la necesidad de aprovechar las riquezas básicas en beneficio del país. Han pasado más de cien años y los hechos demuestran que cada día se avanza más en desproteger el país en el cuidado de sus riquezas básicas, cada día el papel del Estado es menor no tan sólo en producción, sino en generar una política de largo plazo, que asegure a las futuras generaciones condiciones dignas de supervivencia, sino que al contrario al permitir la producción indiscriminada de cobre, produce necesariamente la caída en el precio en el cobre, no permitiendo el desarrollo de la pequeña y mediana minería tan necesaria para absorber mano de obra.

Menos ayuda el hecho de que la mayor parte de la exportación de cobre se haga bajo la modalidad de concentrado, con el tiempo ni siquiera alcanzaremos a ser factoría extranjera, a pesar de que miles de profesionales recorren las calles en busca de un empleo digno, no hay nadie que les indique que es lo que les falta para completar tan sólo la refinación del cobre, para que vamos a hablar de la trefilación del cobre iniciada en Madeco en 1944 teniendo como propulsores a Mademsa y la Corfo. Eran años en que los chilenos nos sentíamos capaces de entregar productos de calidad al mundo y todavía hay algunos que nos quieren hacer creer que ahora estamos ingresando a la  primera serie Mundial.

Hoy cuando gran parte del país ha sido devastado por una catástrofe natural y necesariamente tenemos que llevar alivio a los damnificados, vemos que más aportan con impuestos los fumadores que la gran minería del cobre, en circunstancias que las ganancias de estos últimos sobrepasan los quince mil millones de dólares al año, cantidad suficiente para aguantar un terremoto cada dos años con tranquilidad.

No son solo bolitas de dulce lo que trae el capital extranjero, el mismo ex Presidente Balmaceda por intentar siquiera legislar, tuvo que terminar con su vida para dar fin a la Guerra Civil que se desencadeno en el país, propiciada por quienes no vacilan en enfrentar a hermanos con tan de defender sus ganancias inescrupulosas. Lo mismo sufrió el ex Presidente Allende por concluir lo que inició Salvador Ocampo. Ante la historia ha quedado demostrado que nuevamente las mineras extranjeras entregaron dinero para que se enfrentasen los chilenos y así recuperar sus privilegios.

Aún así  los efectos de la nacionalización del cobre todavía persisten, gracias a ella las FF.AA disponen de suficientes recursos no solo para mantener armamento de última generación dentro del concierto regional, sino que mantienen condiciones económicas para gozar de un buen bienestar, tanto previsional como de salud, se puede decir sin eufemismo que el fantasma del General Viaux no deambula por los cuarteles y para beneplácito de la clase política, estos pueden jugar tranquilos a la democracia mientras no haya ruido de sables. Eso sí han pagado un precio muy alto, ya que no  sólo atentaron contra el General Schneider y el General Prats, sino que el honor lo perdieron al haber sido incapaces de entregar los cuerpos de los fusilados en supuestos consejos de Guerra y lo que es todavía  peor, fueron derrotadas por su propio pueblo en el plebiscito del año 1988.

Nuevamente se invoca la crisis del salitre para permitir la entrada  del capital foráneo, si bien con el proceso Haber – Bosch , con una molécula de nitrógeno y otra de hidrógeno fue posible fabricar amoniaco y posteriormente fertilizantes en lo que se llamo salitre sintético, tanto el Cobre como el Litio son elementos químicos y el único que puede producirlos en forma sintética es Dios.

Ningún chileno desea que no se exploten las riquezas que nos entregó la naturaleza, otra cosa es olvidarnos de nuestra historia y rendirnos ante el capital foráneo. Hoy cuando la naturaleza nos refresca nuestra condición humana y nos señala lo malo que ha significado un desarrollo inarmónico para el cobre, vale la pena preguntarnos si queremos lo mismo para el Litio.

Le saluda atentamente,
Iván Enrique Cardemil López
Ingeniero Ejecución Químico
Universidad del Norte.