Diario y Radio Universidad Chile

Año XVI, 25 de abril de 2024


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Fuck los mercados financieros


Lunes 24 de mayo 2010 19:10 hrs.


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¿Tú conoces el chiste de la hormiguita? Ese del tipo que tiene una hormiguita en la mano y le dice: “¿Quiere agüita la hormiguita? ¡No! ¿Quiere pancito la hormiguita? ¡No! ¿Quiere vinito la hormiguita? ¡No! (Aplastando fuertemente la hormiguita con el dedo índice…) ¡¿Y qué coños quiere la hormiguita de los cojones?!”

Los mercados financieros están igual. Si nadie le aprieta las clavijas a Grecia, -en fin, a los griegos-, los mercados financieros sufren una crisis de confianza y se van al peo. Si viene la Unión Europea y reduce a los griegos a un régimen de hambre, los mercados financieros sufren una crisis de confianza y se van al peo. Si nadie defiende al Euro, los mercados financieros dudan, hesitan, vacila, titubean, desconfían, y se van al peo. Si la Unión Europea, -de la mano con el FMI-, crean un fondo de 900 mil millones de Euros para defender la moneda única, los mercados financieros dudan, hesitan, vacila, titubean, desconfían, y se van al peo.

¿Y qué coños quieren los mercados financieros? ¿Ah? ¿Te lo has preguntado? ¿Eh?, ¿Eh?

Pasa que el mundillo de las finanzas manda, hace la ley, chantajea, especula, gana miles de millones sin producir ni una breva, y eso le va muy bien. Y gana cuando las Bolsas suben, y gana cuando las Bolsas bajan. Por eso Francia y Alemania le han puesto coto a la compraventa de futuros, y a descubierto, de valores bursátiles. Y eso… ¿guatisdís?

Simple: entre las “innovaciones” ya algo viejas de los genios de las finanzas está la posibilidad de vender y de comprar activos a futuro, o sea que la venta o la compra no se materializan en el momento en que se pasa la orden, sino dentro de un cierto plazo, digamos un mes. Eso te permite vender hoy un lote de acciones que no posees, al precio de hoy. Pero entregándolas un mes más tarde. Durante ese tiempo le pones velitas a San Expedito para que el precio de dichas acciones baje. Si es el caso, las compras dentro de un mes a un precio inferior, y se las entregas a quién te las pagó a un precio superior. Haces un beneficio, y no has producido ni un cuesco. Pero… ¿Y si el precio de las acciones sube? No hay problema: te desdices, pagas una pijotera multa de nada, y finito. Si a eso le agregas que puedes comprar a futuro y a descubierto, o sea sin pagar sino una mínima parte del precio total hasta que tu transacción especulativa llegue a su término, has comprendido que puedes especular sin tener un maravedí. Recientemente los mercados financieros han inventado otras “innovaciones”, como acordarle créditos millonarios a quienes no pueden pagarlos (a tasas relativamente altas), para venderle esos créditos a otras instituciones financieras ansiosas de lucro fácil sacándote el riesgo de encima. Los boluditos que compraron el crédito “tóxico” van y comparten el riesgo tomando un seguro contra la morosidad de los deudores, los llamados credit default swap, y así le traspasan el bichito a las compañías de seguros. Esto es como la gonorrea: de un polvo inicial sale una epidemia.

¿Y esto tiene cura? Tiene. Pero dolorosa: hay que ponerle brida a los mercados financieros, imponerles reglas, límites, demarcaciones, fronteras inviolables. El problemilla es quién le pone el cascabel al gato cuando los gobiernos y no pocos parlamentarios, -o sea quienes manejan la manija-, forman parte del mundillo de las finanzas o se hacen financiar sus campañas por él (si no me crees mira lo que pasa en la copia feliz del edén). La Reforma del Mercado de Capitales, ¿te dice algo? ¿Y la segunda reforma del Mercado de Capitales? Para no aburrirte con la tercera, que fue idea de Andrés Velasco, ahora retomada por Felipe Larraín.

Curiosamente en los EEUU, -en donde los patriotas que manejan la manija son los mismos que liberalizaron los mercados financieros creando el desastre en el que estamos-, están aprobando una ley que regula fuertemente (es un decir) la actividad de Wall Street. O sea que vienen de vuelta.

De este simple hecho se pueden sacar algunas conclusiones: a) Darle plena libertad a los especuladores no ayuda en nada al crecimiento económico. b) Darle plena libertad a los especuladores trae consigo desastres financieros como los de 1929 y el actual. c) El libre mercado es un burdel cuando no tiene fuertes regulaciones. d) Esta última proposición es completamente contradictoria con la teoría económica que pretende que solo un mercado libre y desregulado (por definición) es capaz de resolver las necesidades de la sociedad. e) Por consiguiente todo el discurso económico neoliberal es una patraña.

Respira hondo. Porque esta vaina no se parece en nada a lo que te han metido en la calabaza durante décadas. Pero es la realidad.

De modo que cuando te preguntas “¿Qué hacer con el mundillo de las finanzas y la especulación?”, la respuesta no puede ser más simple:

¡Fuck, los mercados financieros!