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Año XVI, 25 de abril de 2024


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Nelson Caucoto, abogado de derechos humanos:

“El indulto a los violadores de derechos humanos es inconstitucional”

En conversación con el programa RadioAnálisis de nuestra emisora, el abogado especialista en derechos humanos indicó que la eventual extensión del Indulto Bicentenario a quienes hayan participado en crímenes de lesa humanidad es inconstitucional, porque transgrede el derecho internacional consagrado en nuestra Constitución y los tratados suscritos por Chile en la materia.

Loreto Soto

  Martes 20 de julio 2010 23:46 hrs. 
nelson caucoto

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A pocas horas de que se conozca la propuesta que entregará la Iglesia Católica al Ejecutivo sobre el Indulto Bicentenario, se mantiene la polémica respecto de si se debe o no otorgar este beneficio a quienes hayan cometido crímenes de lesa humanidad.

En conversación con el programa RadioAnálisis de nuestra emisora, el abogado especialista en derechos humanos, Nelson Caucoto indicó que esta iniciativa podría ser incluso inconstitucional porque viola el derecho internacional y los acuerdos suscritos por Chile  sobre este aspecto.

“En materia de crímenes de guerra y de lesa humanidad no puede haber indulto alguno. Ni el Presidente Piñera, ni la Iglesia Católica  ni el conjunto de las iglesias evangélicas, ni el Congreso Nacional ni ninguna autoridad de cualquier naturaleza, puede conceder indultos a criminales de los derechos humanos. Así de absoluto, categórico y preciso”, dijo.

El jurista explicó que “Chile tiene una carta política y un ordenamiento jurídico que se fundamenta en la Constitución, que establece en su artículo 15 la vigencia de los tratados internacionales y del derechos internacional humanitario en general. El derecho internacional también se compone del derecho de gentes, que es más antiquísimo que el de los tratados, donde ya se consagraba, desde hace mucho tiempo, la necesidad de no establecer plazos de prescripción o plazos que puedan permitir la impunidad a los violadores de derechos humanos”.

De hecho, el 3 de diciembre de 1973, en los albores de la dictadura militar, nuestro país suscribió  una declaración de la Asamblea General de las Naciones Unidas denominada “Principio de cooperación internacional para la identificación, detención, extradición y castigo a los culpables de crímenes de guerra o de lesa humanidad” y, según Caucoto,  este hecho marcó la forma en que se debía actuar de ahí en adelante en esta materia.

“Desde ese punto de vista uno entiende que conceder el indulto implica quebrar esta obligación de detención, enjuiciamiento y castigo a los que han cometido crímenes de lesa humanidad porque una iniciativa como esta puede significar la condonación de toda la pena o de una condonación parcial.  Puede haber distintas maneras de entender el indulto, pero siempre va a haber un menoscabo del castigo”, sostuvo el abogado.

En este sentido, Caucoto comentó que nuestro país debería seguir el camino que tomó Argentina, donde se  declararon inconstitucionales y se anularon todos los indultos otorgados a violadores de derechos humanos durante el gobierno de Menem.

“Fueron los tribunales argentinos los que comenzaron a declarar estos indultos inconstitucionales en la medida en que eran contrarios al derecho internacional. Después de eso, se tuvo que dictar una ley que declarara absolutamente nulo todos estos beneficios, ya que también se anularon las leyes de caducidad y de amnistía general. Con eso nos podemos dar cuenta que hay un camino que es bastante homogéneo y fundamentado en términos de que los indultos no pueden ser una resistencia o un obstáculo a que se imponga, precisamente, el derecho internacional en los crímenes de lesa humanidad”, argumentó.

Por lo mismo, Caucoto insistió en la necesidad de mantener y resguardar el concepto de imprescriptibilidad para este tipo de delitos.

“Eso significa que en cualquier lugar y en cualquier tiempo en que se hayan cometido estas afrentas a la humanidad, los autores debieran ser enjuiciados y castigados. La sanción debe ser ejemplar y debe tener consecuencias para las sociedades del presente y del futuro. De esa forma,  se pueden fijar claramente la función  que tiene la pena, que es prevenir para que el delincuente sepa lo que significó su actuar antijurídico e ilegítimo. Estos castigos también sirven para anunciarle a la sociedad que cualquiera que cometa estos delitos va a tener las mismas consecuencias sobre su persona en cuanto a la privación de la libertad y del castigo que le va a imponer el Estado y ahí estamos en un nudo ciego que no se puede resolver ante estos indultos que se pregonan en la sociedad chilena”, aseguró.

Avances

De todas formas, el abogado destacó los avances que se han producido en materia de derechos humanos en los últimos sesenta años y afirmó que ya no hay punto de retorno.

“El tema de los derechos humanos es una lucha permanente por conseguir consensos básicos a nivel mundial  y la humanidad, sin darse cuenta, se subió a una locomotora que anda a mil kilómetros por hora y es un tren bala imparable porque todo lo que se viene hacia el futuro es una ampliación del catálogo de los derechos de las personas y de deberes de los Estados, lo que es muy significativo. En ese aspecto hay signos inequívocos de lo que hemos avanzado”, agregó.

En esa línea, Caucoto finalizó diciendo que “Los violadores a los derechos humanos no salen de vacaciones ni a Mendoza, ni a Lima ni a La Paz porque existe un cerco, una cárcel invisible, que no pueden traspasar sin tener que sufrir los efectos negativos de ser reconocido como un violador a los derechos humanos en el marco mundial. Eso demuestra la gran injerencia que tiene el derecho internacional”.

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