Diario y Radio Universidad Chile

Año XVI, 28 de marzo de 2024


Escritorio

Dos soles abiertos


Martes 9 de agosto 2011 13:10 hrs.


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Acabo de terminar la autobiografía de Keith Richards, el legendario guitarrista de los Rolling Stones. Me enteré allí de varias cosas y recibí la interpretación del autor de varias otras, como su participación presuntamente inadvertida en un robo o las razones de su supervivencia  luego de abusar durante muchos años de las drogas más fuertes, que serían su fortaleza física y la pureza de los estupefacientes usados (¡!). Pero lo más interesante desde el punto de vista musical fue conocer la genuina dedicación de Richards a entender, reproducir y desarrollar las técnicas de los maestros del blues, lo que lo llevaría a sentar las bases de un sonido basado en acordes muy simples en sucesiones cautivantes unidas por riffs cuya repetición ponía el sello de cada tema.

Parte del aprendizaje de Keith tuvo que ver con el descubrimiento del sol abierto (open G en inglés original). La idea es elemental y muy efectiva. La guitarra se afina normalmente en secuencia Mi, Si, Sol, Re, La, Mi, yendo de la cuerda más delgada – la primera – a la más gruesa – la sexta. Pues bien; el acorde de Sol (G en su denominación gringa) se logra presionando la primera cuerda en el tercer espacio (traste), la quinta cuerda en el segundo espacio y la sexta en el tercero; las cuerdas segunda, tercera y cuarta se tocan al aire. Como cada espacio es medio tono, la nueva secuencia es Sol, Si, Sol, Re, Si, Sol. El truco del open G es simplemente re-afinar las cuerdas presionadas (primera, quinta y sexta) para lograr un acorde de Sol sin tener que presionar cuerda alguna. Esto se logra bajando la primera, quinta y sexta cuerdas un tono, de forma tal que los Mi se convierten en Re y el La se convierte en Sol, obteniendo Re, Si, Sol, Re, Sol, Re, es decir, las mismas notas que en el acorde anterior pero en distintas octavas (niveles) y cantidades, pues se pasa de tres Sol, dos Si y un Re a tres Re, dos Sol y un Si. Con este truco usted puede usar su dedo del medio o índice como cejillo y obtener cualquier acorde simplemente deslizándolo por los diversos espacios (trastes) de la guitarra. Richards desechó luego la sexta cuerda y pasó a la historia como uno de los grandes guitarristas y compositores de música popular.

Hay una segunda versión del sol abierto. En su Ensayo Sobre la Lucidez José Saramago nos muestra un país donde la mayoría de votos en blanco genera gran preocupación en los gobernantes, tanta que decretan un estado de emergencia nacional ante lo que consideran un gran desatino colectivo. En Chile ocurre algo casi calcado: el apoyo a los grandes conglomerados políticos decae y las fuerzas que se tomaron el país para cambiarlo todo sin que cambie nada están temerosas y desconcertadas. Les resulta subversivo el apoyo de la gente a las peticiones estudiantiles, cuando lo que piden no es más que lo que los hijos tienen derecho a esperar de los padres: preocupación por su futuro. La desconfianza revelada por la población en el engendro acordado para mantener y profundizar las reglas del juego impuestas con el poder de las armas, sólo podía ser mostrada por los jóvenes, por aquellos que aún no están penetrados por la alienación que impera en todo orden de cosas y que nos distrae de lo central. Las lluvias de comienzos de Agosto limpian el aire de Santiago como una hermosa metáfora por el empeño de los estudiantes para ser considerados nuevamente en la conciencia nacional. Llamaré  a esto la versión dos de un sol abierto, esta vez por los jóvenes de Chile. Tal vez la alienación denunciada por los Rolling Stones en Satisfaction no está tan distante de las raíces del descontento estudiantil.