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Año XVI, 19 de abril de 2024


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Declaraciones suben de tono y aumenta tensión política frente al paro nacional

Advertencias sobre invocar la Ley de Seguridad del Estado, mantener a toda costa el orden público y descontar los días no trabajados se escuchan desde La Moneda, mientras que desde la Alianza, Gustavo Hasbún, calificó a los políticos de la Concertación de “sinvergüenzas” y Carlos Larraín dijo que el movimiento es “izquierdoso y subversivo”.

Sohad Houssein T

  Martes 23 de agosto 2011 19:33 hrs. 
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Aumenta la tensión en la arena política a las puertas del Paro Nacional Ciudadano con declaraciones, advertencias y acusaciones cruzadas que salen a la luz un ambiente cada vez más polarizado.

Y es que nada de bien cayó en el Gobierno la adhesión al paro de los partidos de la Concertación, a los que calificaron de “oportunistas” y enrostraron los 20 años que estuvieron a la cabeza del país. El tono de las declaraciones fue en aumento y la tarde del martes el diputado de la UDI Gustavo Hasbún señaló que los parlamentarios de oposición que amparan estas movilizaciones “son, literalmente, unos sinvergüenzas”. Junto a su par de RN Nicolás Monckeberg señalaron que solicitarán que los presidentes de los partidos concertacionistas respondan personalmente por los eventuales daños que se produzcan.

Pero lo que sin dudad sacó ronchas en la Alianza fue el apoyo al paro de parte de la Democracia Cristiana, partido que durante las últimas semanas había mostrado un acercamiento con La Moneda.  El presidente de Renovación Nacional, Carlos Larraín, señaló que no entiende “qué tiene que hacer la Democracia Cristiana en un movimiento tan claramente izquierdoso y subversivo como lo que anuncia la CUT” y reiteró las opiniones del oficialismo sobre el movimiento social que, asegura, buscaría “tumbar al Gobierno”.

Al respecto, el presidente falangista, Ignacio Walker, respondió que “no hay que desactivar ni menos  reprimir el movimiento social, lo que hay que hacer es encausarlo, y ese es nuestro desafío como instituciones del Estado, como partidos políticos y también como parlamentarios, de Gobierno y de oposición, no somos un movimiento social, somos instituciones del Estado, tenemos que respetar la autonomía del movimiento social y tratar de hacer frente al gran vacío, que es un déficit y una crisis de representación política”.

En tanto, el Presidente Sebastián Piñera, reiteró el llamado de unidad y menos intransigencia a los líderes y, de paso, criticó duramente a quienes convocan a esta paralización afirmando que se oponen al desarrollo del país. “Causa dolor como Presidente ver que hay algunos que en estos instantes están trabajando con mucha dedicación para que nuestro país se paralice (…) ¿Es ese el camino que nos va a permitir enfrentar y resolver los problemas?”, cuestionó el Mandatario.

En la misma línea, el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, emplazó a los manifestantes a seguir una carrera política para llevar a cabo las reformas que demandan. “Lo que tienen que hacer es ganar en las urnas el derecho de gobernar este país”, emplazó.

A la lluvia de declaraciones que precedieron el inicio de este paro, se sumó además la intención de invocar la Ley de Seguridad del Estado, anunciada el lunes por el vocero de Gobierno, Andrés Chadwick. Al respecto, el secretario general de la OEA y ex ministro del Interior, José Miguel Insulza, indicó que sería un error gravísimo del Gobierno hacer uso de esta normativa.

Desde el Ejecutivo insistieron en que se trata de un paro ilegal y advirtieron que harán lo que se requiera para preservar el orden público. De hecho, ya se informó que un fuerte contingente policial resguardará las calles.

En  la CUT respondieron a las críticas con un comunicado de prensa en el que manifiestan que “con esas declaraciones –como en el pasado- los dirigentes de la derecha contribuyen a generar un clima de terror, criminalización y represión que puede tener consecuencias impredecibles”.

La multigremial afirmó además que es el Gobierno el que se niega a dialogar sobre las demandas que motivan el paro y acusó a sus personeros reoptar “por el formato del orden público, la descalificación y la agresividad, generando un clima similar a cuando la ciudadanía salía a protestar contra la dictadura. Por ello, – afirmaron- el Gobierno y la derecha serán responsables de las consecuencias que ello traiga”.

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