El Centro de Democracia y Comunidad, la consultora Polilat, y la Fundación Konrad Adenauer presentaron los resultados del informe Índices de Desarrollo Democrático en América Latina, estudio que se aplica en la región hace 10 años.

Las dimensiones de análisis consideradas en este estudio –aplicado en 18 países – son: legalidad del régimen democrático, respeto a los derechos políticos y libertades civiles, calidad institucional y grado de eficiencia política, y –por último- ejercicio del poder efectivo para gobernar.

Los principales resultados a considerar es que el promedio regional de desarrollo democrático bajó por segundo año consecutivo, esta vez en un 5,8 por ciento, y Chile nuevamente el país es considerado junto a Costa Rica y Uruguay como los únicos países con alto desarrollo democrático.

En este análisis comparativo, dentro del listado de países analizados, Chile sacó la nota máxima en Democracia, lo que para la senadora DC Ximena Rincón, asistente al evento, es al menos cuestionable, y sostuvo que “cuando uno ve las conclusiones, y ve Chile como primero en América Latina en democracia, me genera ruido. Tenemos un sistema que no es democrático, que la ciudadanía reclama en modificar, y que requiere una voluntad política de quien gobierna y de quienes están en el Parlamento”.

Rincón también se refirió a la necesidad de modificar el sistema electoral binominal que mencionaron casi todos los panelistas, en función de superar la crisis de representatividad política que tiene enfrentado al parlamento y a la ciudadanía.

La senadora apuntó que “cuando los que están en el Parlamento se verán afectados por este cambio, obviamente que es inviable un cambio de esta naturaleza. Ahí surge la reflexión sobre una Asamblea Constituyente, pasar esto a un espectro más amplio y que la ciudadanía participe de esta materia”.

De igual forma, el senador DC Ignacio Walker manifestó durante el debate la necesidad de eliminar el binominal, emplazamiento que recibió el ministro vocero de gobierno Andrés Chadwick, integrante también de la mesa que se refirió a los resultados del informe.

“Hemos hecho un gran país durante estos años”, señaló el representante del Ejecutivo, dirigiéndose a los asistentes, en su mayoría cercanos a la Democracia Cristiana.

Chadwick agregó que el ingreso anual per cápita de 15 mil dólares que tiene el país actualmente, es un gran avance, pero que la distancia para llegar al desarrollo plantea nuevos desafíos y un camino distinto al emprendido en los últimos años.

“La tarea es ir acortando esas brechas, reduciendo esas desigualdades, y el tema educación se ha situado en un eje por esa razón, ahí está la herramienta más sólida para lograrlo en un mediano plazo”, apuntó el vocero de Gobierno.

Para el destacado sociólogo y politólogo Ernesto Ottone, es fundamental modificar el sistema electoral, y si bien reconoce el aumento del per cápita, dirige su mirada hacia el 0.52 que tiene Chile de coeficiente de Gini, indicador que tiene a Chile con uno de los peores niveles de desigualdad del mundo.

Ante ello, Ottone apuntó que “este Gobierno no termina de entender que terminó un ciclo político, tuvo éxitos y límites, pero terminó y se inicia otro, y la demanda ciudadana es más exigente. Se requiere un gobierno que genere mayores bienes públicos, y un gobierno de derecha tiene dificultades para hacerlo”.

Estos índices de Desarrollo Democrático en América Latina, muestran la situación paradójica por la que atraviesa el país: el crecimiento económico acompañado de un alto nivel de insatisfacción y desaprobación del sistema político, cuestionamientos que desde la calle y las aulas exigen una renovación de la clase política en Chile.