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Nuevas alzas del Transantiago reflotan deficiencias del transporte público

Poca inversión en subsidios en esta materia, malos diseños y el deterioro de la calidad de vida de los ciudadanos, serían algunas de las falencias que se evidencian en el incremento del valor del pasaje más grande que se haya experimentado desde 2010.

Paula Correa

  Jueves 2 de febrero 2012 21:09 hrs. 
transantiago

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El miércoles 1 de febrero  se concretó el alza más grande en las tarifas de Transantiago desde febrero de 2010 y las razones que entregó la comisión de expertos apuntan a un aumento en el costo de los insumos y el problema de la evasión.

El profesor de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Chile, Sergio Jara, afirmó que la alta tasa de evasión es la consecuencia de tener una forma de pago donde todo depende del usuario, lo que es culturalmente muy extraño para los chilenos.

Además, no se puede descartar que, en un país donde el 20 por ciento más rico de la población tiene un ingreso 15 veces mayor al del 20 por ciento más pobre, la tentación de ahorrar cerca de 30 mil pesos al mes es grande.  Esto se aprecia en que la evasión no está distribuida de forma homogénea a lo largo de Santiago, sino concentrada en las comunas más pobres y periféricas.

Todo cuando el servicio sigue sin cumplir las expectativas con las que fue anunciado, perjudicando la calidad de vida de los ciudadanos.

“Utilizar el 40 por ciento de tu tiempo libre en trasporte público afecta directamente a la calidad de vida. Cuando se trabaja 44 horas a la semana y diariamente tienes que asignar el 40 o 50 por ciento de tu tiempo libre a desplazarte, entonces la vida es insana y eso fue lo que no se consideró en el diseño del Transantiago”, afirmó el académico.

Sergio Jara añadió que esto es un problema de fondo, ya que no se busca generar comunas amables que concentren zonas de vivienda, trabajo y esparcimiento adecuadas, lo que produce desplazamiento.
Además la tasa de ventas de autos crece porque esta ciudad ha invertido una desproporcionada cantidad de dinero en autopistas y facilidades.

Por otro lado, un estudio del Ministerio de Transportes indicó que Santiago invierte al año sólo 528 dólares por habitante en la materia, mientras, por ejemplo, Buenos Aires gasta mil 147. Además, somos el tercer país con un subsidio estatal más bajo de la región.

En ese sentido es que surge la necesidad de contar con un subsidio permanente y realizar mejorías en la planificación donde, según Sergio Jara, hoy se están cometiendo graves errores.

“El gran problema es que el diseño de los nuevos servicios se está dejando a la iniciativa de los operadores y la excusa es que los operadores conocen mejor la calle. Cuando se planea de esa manera, se está renunciando a la capacidad de inteligencia que tiene el Estado para poder proponer un sistema de transporte, que alguna vez se dijo sería de clase mundial”, comentó Jara.

Para el especialista que el gobierno aproveche el vencimiento del contrato con los alimentadores para que alarguen los recorridos va en la línea correcta, pero no que las propuesta las hagan los empresarios cuando el Estado cuenta con toda la información del registro de las tarjetas BIP, lo que le permitiría realizar un trazado que realmente se ajuste a las necesidades de los ciudadanos.

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