Expreso mi perplejidad respecto de la actitud del gremio de camioneros de Coyhaique en relación al movimiento social que nos convoca a todos o, más bien, a casi todos los habitantes de la región.

Considero que la actitud que los señores camioneros, al menos de sus dirigentes públicos, ha sido errática y confusa en estas semanas, desprolija, carente de talento y liderazgo, sujeta a la improvisación, egoísta y, por ello, absolutamente irresponsable.

Tal conducta ha estado muy lejos de la actitud y consecuencia mostrada por los líderes del movimiento que se concentran en Puerto Aysén, en especial de su vocero Iván Fuentes, y también de las anónimas personas que han estado en la calle y caminos de nuestra región, exponiendo su salud, su vida, sus bienes por un ideal y un sueño común, que no es otro, que la instauración de un Estado sujeto a los principios de justicia y la instauración de un gobierno al servicio de las personas. Deseos todos que se expresan en un petitorio de 11 puntos, que no son más que 11 columnas sobre las que debemos edificar una sociedad justa, libre, democrática, igualitaria, 11 columnas para un futuro común, ética y moralmente bueno para todos, en donde prime la vida en todas sus formas y expresiones por sobre las mezquindades humanas.

Por eso mi cuestionamiento al gremio de camioneros. Cómo explicarse que dejen el paso libre a las fuerzas represoras del gobierno, cómo explicarse sus contradicciones públicas cada día respecto de quiénes pueden pasar y los horarios de paso liberado. Cómo explicarse el paso de los siete camiones para abastecer a las cadenas monopólicas de supermercados de Coyhaique. Cómo entender aquella explicación de “evitar enfrentamiento y proteger a nuestra gente” ¿No será acaso cobardía? ¿No será acaso mezquindad? Mientras en Aysén los pescadores y sus familias exponen la vida y usan sus cuerpos como armas de combate, los camioneros de Coyhaique cobardemente sabotean el movimiento ciudadano para proteger algún parabrisas, algún foco o la pintura de sus camiones. Nada más bajo, vil y cobarde.

¿Qué esperar ahora? Unos pacos en polera mañana en la recta Foitzick y un gremio de camioneros abriendo el paso meados de miedo. Abriendo el paso a los camiones de combustible para abastecer Coyhaique y aislar a nuestros hermanos de Puerto Aysén, para que la maldad del gobernante se regocije con la masacre del pueblo porteño.

¿Para qué lado chutean los camioneros? ¿Es otra nueva traición al pueblo movilizado? La misma región, el mismo gremio que inició el paro de camioneros y que llevó a la caída del gobierno popular, trabajando para la misma clase gobernante que instauró la criminal dictadura de Pinochet. Los camioneros traicionando al pueblo, otra vez.

¿Que se creen? El hoyo del queque se creen, pero si se montaron en el pingo cuando este iba en galope, galope tendido, galope macho, con las velas al viento de pingo porteño. Que se les baje el moño a estos camioneros, que se dejen de poner sus condiciones a la mesa, sus egoístas intereses de gremio camionil, que se ordenen, que sean responsables, que escuchen a la gente, que no trabajen para el enemigo y sino, que se saquen la careta de gremio traidor.

Yo sigo en la barricada, en la calle. Al mando de los dirigentes honestos… sin camión.

Luis Moraga