El neoliberalismo ha venido siendo impuesto en Chile, por unos y por otros, desde el año 1975. Su consolidación fue posible gracias a la destrucción de la democracia y un genocidio, primero, y luego por la colosal traición de la Concertación a sus propios ideales y promesas.

Para mantener una sociedad presidida por el culto al dinero, con el egoísmo como “valor” principal, el hedonismo como faro y una ciudadanía domesticada, debieron intentar borrar el ejemplo de Salvador Allende y su vocación transformadora. Pero este segundo padre de la patria no está olvidado en la historia; cada día somos más los que levantamos la bandera de sus ideales. No estamos dipuestos a transar ni un milímetro con el capitalismo.

El neoliberalismo en nuestro país no atraviesa una crisis económica como el capitalismo europeo o norteamericano, pero su deslegitimación en la ciudadanía, incluso por sobre concepciones políticas, es manifiesta.

Chile ha ingresado al al club de los países ricos (OCDE) pero simultáneamente dice -lo que es falso- no tener dinero para pagar la educación de sus jóvenes, el 54% de los trabajadores ganan menos de 300 mil pesos mensuales, pagamos en el Metro de Santiago cuatro veces lo que cobra el de Buenos Aires que tiene costos más elevados, la medicina chilena es una de las cinco más caras del mundo, un operación de apendicitis en Chile cuesta cinco veces más que en Alemania y doce veces más que en Argentina. Los servicios de agua, electricidad y teléfonos son los más caros del hemisferio.

Los bancos e instituciones financieras tienen ganancias exhorbitantes. Un crédito de consumo genera intereses de alrededor de un 50% al año, con esa tasa en Europa se los llevarían presos por usureros.

El negocio de la educación ha enriquecido a derechistas y concertacionistas por igual. Da vergüenza como chilenos ver cómo  nuestros jóvenes se apilan en la embajada argentina en busca de educación gratis. ¿Por qué deben mendigar lo que su patria podría darles en abundancia? Otros estudian en Cuba. El futuro de nuestra juventud no puede depender de la solidaridad internacional. Chile niega el derecho a la educación gratuita, sí lo reconocen Bolivia, Argentina, Uruguay, Cuba, Venezuela y tantos otros países civilizados.

Nuestras riquezas naturales, en particular nuestro cobre, se lo llevan gratuitamente en dos tercios de todo lo extraído. Ni los militares, ni los políticos, ni los tribunales, ni las iglesias, ni nadie dice nada. Las instituciones del Estado de Chile no funcionan para defender los intereses de Chile.

Tenemos la clase política , que por sí y ante sí, se ha transformado en la mejor pagada del continente. El presidente del Senado tiene ingresos de más de 30 millones de pesos mensuales, vean la pagina web del Senado. Se enriquecen a costa de todos nosotros, roedores del presupuesto nacional.
Esto no puede continuar.

La ciudadanía se está movilizando en distintos sectores y regiones. Estamos con ellos en todo lo que podemos. Hay que desmantelar el neoliberalismo en nuestro país, pero esto no se puede hacer con los mismos que lucrativamente lo administraron durante los últimos 20 años.
Por todo esto, creemos imprescindible crear un Frente Amplio que se enfrente en todo Chile a las dos derechas y sus fuerzas auxiliares en las proximas elecciones muncipales.

Estas son nuestras ideas, el que quiera escuchar que escuche y el que quiera luchar que luche.
Nuestras listas están abiertas a todo el que esté dispuesto a luchar por un Chile mejor.

Roberto Ávila Toledo
Integrante del Ejecutivo del Socialismo Allendista