Diario y Radio Universidad Chile

Año XVI, 28 de marzo de 2024


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Crimen y Castigo


Domingo 30 de diciembre 2012 21:44 hrs.


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El 14 de noviembre, hace apenas unos días, organizaciones de familiares  de detenidos, torturados, asesinados y desaparecidos por la dictadura militar han presentado -por acción de nuestro ex compañero de exilio, destacado jurista, militante y dirigente de la izquierda de Chile, abogado Eduardo Contreras M-, la demanda judicial, el más importante empeño de justicia en contra de los promotores y responsables principales  del golpe militar realizado. Del atentado criminal y de sus formas de máxima perversidad ejecutada en la tortura, la persecución y el genocidio. Hasta ahora, casi 40 años después, los principales responsables han librado impunes con la imposición del monopolio del poder y la complicidad del silencio y  de un pragmatismo amoral y utilitario.

Ha sido en este ambiente que se han agregado situaciones inmorales de escándalo, de público conocimiento, como por ejemplo que la noble, dolorosa y valiente Asociación  de Familiares de las Víctimas no obtuviera nunca audiencia de uno de los presidentes electos post Pinochet; que otro anunciara el mismo día de su elección que no asumía para resolver ¡¡“querellas del pasado”!! Aberraciones que han llegado hasta lo grotesco, si no fueran tan trágicas como en el caso de descendientes de víctima de muerte que se presentaran precozmente a entregar las joyas matrimoniales en colaboración para la “reconstrucción” del país.

Desde el  silencio hasta las justificaciones se culminó con la conformación de un escudo  protector de los principales responsables  que, como se señala en la denuncia, estaban claramente en complicidad  con las altas dirigencias de los partido políticos de  oposición al Gobierno del Presidente Allende, los altos mandos de las Fuerzas Armadas, de Carabineros y personalidades de la mayor representatividad de organizaciones religiosas y civiles, que se precipitaron ante el dictador a ofrecer la incondicionalidad y apoyo de sí mismos y de sus representados.

Gran parte de esta camada autora del gran duelo nacional ha permanecido impune y se ostenta públicamente como los benévolos y talentosos dirigentes de la nación, ejerciendo de jefes o autoridades superiores en los campos principales de la vida nacional como economía, finanzas, educación, ministerios, etc. Cargos desde los cuales contribuyen a cumplir  los designios que  el interés extranjero  exige.

Tal vez una de esas tareas más demostrativa, llevada a cabo con adelantos sabidos e implacablemente ejecutados, ha sido la destrucción de la histórica y excepcional organización y participación social del pueblo de Chile, al parecer incompatible con los designios planeados. Gigantesco logro que lo diferenciara de gran número de países y  de nuestros hermanos latinoamericanos. Edificada en largas épocas centenarias por los trabajadores chilenos, manuales e intelectuales, alcanzada en largos años de limpieza moral, sacrificio y conductas generosas, patrióticas y solidarias. Su sistemática destrucción ha impuesto que sus escombros sean  tragados por la fuerza y la ayuda del jarabe  del  patente nacional, “Renovación”, hecho en casa con la savia de las raíces populares y los productos  su dolor.

El abismo social socavado ha sido ocupado por una “cúpula”, personaje plural  que pone  en  marcha  acciones y planes autoritarios en acuerdo  ideológico con los designios  que invoca la extranjería.     Así es como el escenario nacional se completa (se “renueva”), dicen los más teóricos, y la maniobra se repite en todas las instancias posibles, y va recibiendo apoyo desde arriba. Desde entonces, el valor,  las materias y riquezas pasan a ser misterios y cosechan la gloria de los medios, gratificados y famosos por acción de los locutores del crimen, los mudos del genocidio y los discretos testigos  del ocultamiento de la verdad, tan eficaz en el misterio como en el de cientos de chilenos enterrados en la oscuridad nefasta de la servidumbre cupular.

Propaganda y premios en la medida en que invalidan a los compatriotas que no ceden y que fueron los propietarios de la crueldad extrema, miles de veces más graves y nefastas que las de sus ejecutores (también culpables), obedientes piezas de sus jefes nacionales. La justicia debe caer sobre los  responsables políticos, sociales y militares, y en lo que corresponda también sobre los locutores del crimen, los mudos del genocidio y sus cómplices del sistema de ocultamiento de la verdad enterrada tan en secreto que hasta el presente no se encuentran sus restos mortales. Amadas cenizas que nunca dejarán de ser buscadas por padres, hermanos, compañeras, hijos, amigos y familiares con la grande y ejemplar emoción y voluntad que ahora nos corresponde a nosotros de aplicar sin debilidades ni inconsecuencias

El delito del pasado se complementa y asombra a los que solo ven la velocidad del enriquecimiento personal en terrenos del Estado, que eran gratuitos y  hoy no solo son onerosos y para muchos inaccesibles, sino que perdieron su alto nivel y calidades. Dueños del aparato gubernamental que vigilaría los negocios que se hacen con el patrimonio nacional. Hemos sido testigos de las inmorales y anti nacionales acciones de elementos de la cúpulas que, como altos funcionarios de instituciones financieras o bancarias han regalado inversiones, informaciones privilegiadas, préstamos infinitos bajo condiciones insospechadas a consorcios o privilegiadas empresas financieras, que les han significado ganancias increíbles, en un país tan pequeño, pero que también ha rescatado a su benefactor  del área estatal y en pago. De su gestión ha sido incorporado al equipo de los multi e ingeniosos millonarios nacionales junto con el alto cargo directivo en el partido político que gobierna o co gobierna acorde con las cúpulas.

La sociedad ha dejado ese espacio colectivo de cuerpo y espíritu, desplazada por una moderna organización, la cúpula nacional o trasnacional permanente y eficaz asesora de los mercaderes extranjeros en el traspaso de los bienes nacionales (riquezas mineras, el cobre antes que nada), de las riquezas de mar, cordillera, aguas, islas y cielos; ya para algunos sectores, símbolo exitoso a imitar.

Nada les falta, pues tienen la protección política y son los que manejan, en importante medida, la ley de la selva en competencia, cuyos temibles frutos en crecimiento son los daños del alma y la depresión patológica en la que Chile está en los primeros lugares mundiales.

La demanda presentada no solo muestra el delito humano cometido con los chilenos, sino el parentesco incestuoso que se continúa más allá de la muerte y la tortura.

El compañero Eduardo Contreras Mella recibe nuestra plena confianza y  continúa, con esta acción, el valeroso camino que iniciara cuando enjuició al dictador estando todavía en el poder  y fue su compañera, Rebeca Vergara, la víctima del grave  atentado que  afortunadamente pudo superar. Lo acompañamos moral, política y  espiritualmente.

La fiesta que los medios admiran y elogian no parece ser tal  La fiesta no es fiesta ni son los tiempos del primero ni del último tango, son los tiempos en  que esta valerosa demanda presentada se constituye en la más importante ejecutoria republicana, como una travesía patriótica, política, nacional y humana a la que debemos sumarnos los chilenos, en donde estemos con todos los valores de la chilenidad y el amor patrio que hemos conservado intactos por sobre los tiempos y las lejanías.

La demanda presentada representa en la forma más noble los valores mantenidos en Chile y en exilio, tal como ha ocurrido en el pasado. Sin dudas recibirá la noble solidaridad de los pueblos y países, de  hombres y mujeres que sembraron en sus vidas la esperanza de esa gran aventura igualitaria  que fue la víaa chilena al Socialismo,  y que han mantenido viva  esa planta de justicia, democracia y libertad junto al pueblo de Chile.

Nos une la moral, la historia y aquellas inolvidables últimas palabras de fe y de patriotismo que siguen en el aire, cuando llama a los chilenos a  avanzar hacia “las grandes Alamedas por donde pase el hombre libre hacia una sociedad mejor”.

Rogelio de la Fuente
México, diciembre 2012

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