Señor director:

El conflicto del Presidente Sebastián Piñera con los Huilliches por el Parque Tantauco es un vergüenza a cielo abierto: muestra sin doblez alguno la actitud de un Presidente cuyo único objetivo ha sido el lucro a nivel personal y el de sus asociados. Detrás de esta actitud se entiende la criminalización de cualquier demanda justa del pueblo Mapuche.

Pretender que “la ley es justa y debe ser obedecida y si no, se castiga”, refleja una pobreza social y humana que nos debe dar vergüenza colectiva. Lucro por el lucro… de toda una vida.

Su fortuna ha seguido y se ha basado en la especulación… El que en esta “compra” se precie de “genial” (la inmoralidad a menudo es “genial” para quienes creen que ser “vivo, es ser inteligente, capaz”… Si pero ¿para qué? A pesar de que se sabía que eran tierras huilliches (el Obispo se lo dijo claramente), primó el oportunismo de comprar con ventaja (es decir, ventajismo, un crimen incluso entre los economistas y ante la ley)
Las cerca de 100.000 hectáreas de una región maravillosa y única las pagó a US$50 cada una (es decir, en pesos chilenos, $23.600 cada una!) La avaricia no es aceptable ni ser tolerada como cualidad de un presidente. El apoyo que recibe hoy este presidente mediocre en el campo humano, refleja cuan pobre es el nivel del gobierno y de las razones de su “respuesta” a no negociar… No vaya a perder su golosa inversión… Consiguió, para aumentar su ganancia eventual, que Tantauco fuera declara Reserva de la naturaleza…

Mientras tanto no resuelven demandas mínimas y justas de los presos políticos mapuche, hoy en el día 66 de una larga y repetida huelga de hambre. Lucro e insensibilidad humana y social van de la mano y no les importa la vida de quienes piden una justicia validada a nivel mundial.

Atentamente,
José Venturelli.