Esta semana, el Intendente Metropolitano, Juan Antonio Periobonio, anunció la puesta en marcha de la Gestión de Episodios Críticos (GEC), parte del plan de prevención y descontaminación para la región que rige hace años.
Periobonio explicó que entrará en vigencia un cambio en la metodología, ya que la fiscalización y el seguimiento de procesos sancionatorios estarán a cargo de la Superintendencia del Medioambiente.
A esto se suman las iniciativas que contempla el plan, como llavado y aspirado de calles, la intervención de los bandejones centrales que sean de tierra y un proyecto de arriendo de bicicletas públicas en la ciudad.
Ana Lya Uriarte, ex ministra del Medioambiente y académica del Centro de Derecho Ambiental de nuestra casa de estudios dijo que uno de los aspectos que más se deben enfatizar en fiscalización y prevención es la regulación emisora por parte de las industrias.
“Un punto muy importante es transparentar la información respecto del tipo de combustible que está utilizando la industria hoy día en la Región Metropolitana. Es imprescindible que tengamos la información respecto de si todas las industrias que están en la región y que han sido autorizadas en el entendido de que van a funcionar a gas natural, efectivamente así lo están haciendo y no utilizando combustibles más contaminantes como el diésel o el carbón”, expresó.
Sin embargo, para Flavia Liberona, directora de la Fundación Terram, “hoy día el problema lo tiene el transporte, el transporte público, el automóvil privado, el transporte de carga. Es ahí donde están los mayores niveles de contaminación y por lo tanto es ahí donde debería haber una política pública fuerte. Y como todos sabemos el Transantiago, que supuestamente iba a apoyar la descontaminación, fue un fracaso”.
Ambas especialistas coincidieron analizando el problema estructural de que la Región Metropolitana está encerrada entre un cordón montañoso, cuyo smog se ve concentrado con el proceso de inversión térmica durante el invierno.
Por esto, Liberona, manifestó que existen distintos ámbitos que deben abordarse para frenar la contaminación, como “frenar la expansión urbana, regular el parque automotriz, implementar cambios sustantivos en el transporte público, fomentar la reforestación con nativos, la creación de áreas verdes”, entre otros.
La directora de la Fundación Terram dijo que el Plan de Prevención y Descontaminación de la Región Metropolitana es deficiente y que hace falta una iniciativa más rigurosa que implemente medidas que efectivamente tiendan a descontaminar.
Este sentido, desde distintos actores señalan que la gestión de los últimos años no considera una inversión importante a nivel industrial o en infraestructura pública; con lo que se ha mantenido los niveles de contaminación en niveles altos, pero que no llegan a ser fatales.
Esta semana, el Intendente Metropolitano, Juan Antonio Periobonio, anunció la puesta en marcha de la Gestión de Episodios Críticos (GEC), parte del plan de prevención y descontaminación para la región que rige hace años.
Periobonio explicó que entrará en vigencia un cambio en la metodología, ya que la fiscalización y el seguimiento de procesos sancionatorios estarán a cargo de la Superintendencia del Medioambiente.
A esto se suman las iniciativas que contempla el plan, como llavado y aspirado de calles, la intervención de los bandejones centrales que sean de tierra y un proyecto de arriendo de bicicletas públicas en la ciudad.
Ana Lya Uriarte, ex ministra del Medioambiente y académica del Centro de Derecho Ambiental de nuestra casa de estudios dijo que uno de los aspectos que más se deben enfatizar en fiscalización y prevención es la regulación emisora por parte de las industrias.
“Un punto muy importante es transparentar la información respecto del tipo de combustible que está utilizando la industria hoy día en la Región Metropolitana. Es imprescindible que tengamos la información respecto de si todas las industrias que están en la región y que han sido autorizadas en el entendido de que van a funcionar a gas natural, efectivamente así lo están haciendo y no utilizando combustibles más contaminantes como el diésel o el carbón”, expresó.
Sin embargo, para Flavia Liberona, directora de la Fundación Terram, “hoy día el problema lo tiene el transporte, el transporte público, el automóvil privado, el transporte de carga. Es ahí donde están los mayores niveles de contaminación y por lo tanto es ahí donde debería haber una política pública fuerte. Y como todos sabemos el Transantiago, que supuestamente iba a apoyar la descontaminación, fue un fracaso”.
Ambas especialistas coincidieron analizando el problema estructural de que la Región Metropolitana está encerrada entre un cordón montañoso, cuyo smog se ve concentrado con el proceso de inversión térmica durante el invierno.
Por esto, Liberona, manifestó que existen distintos ámbitos que deben abordarse para frenar la contaminación, como “frenar la expansión urbana, regular el parque automotriz, implementar cambios sustantivos en el transporte público, fomentar la reforestación con nativos, la creación de áreas verdes”, entre otros.
La directora de la Fundación Terram dijo que el Plan de Prevención y Descontaminación de la Región Metropolitana es deficiente y que hace falta una iniciativa más rigurosa que implemente medidas que efectivamente tiendan a descontaminar.
Este sentido, desde distintos actores señalan que la gestión de los últimos años no considera una inversión importante a nivel industrial o en infraestructura pública; con lo que se ha mantenido los niveles de contaminación en niveles altos, pero que no llegan a ser fatales.
Esta semana, el Intendente Metropolitano, Juan Antonio Periobonio, anunció la puesta en marcha de la Gestión de Episodios Críticos (GEC), parte del plan de prevención y descontaminación para la región que rige hace años.
Periobonio explicó que entrará en vigencia un cambio en la metodología, ya que la fiscalización y el seguimiento de procesos sancionatorios estarán a cargo de la Superintendencia del Medioambiente.
A esto se suman las iniciativas que contempla el plan, como llavado y aspirado de calles, la intervención de los bandejones centrales que sean de tierra y un proyecto de arriendo de bicicletas públicas en la ciudad.
Ana Lya Uriarte, ex ministra del Medioambiente y académica del Centro de Derecho Ambiental de nuestra casa de estudios dijo que uno de los aspectos que más se deben enfatizar en fiscalización y prevención es la regulación emisora por parte de las industrias.
“Un punto muy importante es transparentar la información respecto del tipo de combustible que está utilizando la industria hoy día en la Región Metropolitana. Es imprescindible que tengamos la información respecto de si todas las industrias que están en la región y que han sido autorizadas en el entendido de que van a funcionar a gas natural, efectivamente así lo están haciendo y no utilizando combustibles más contaminantes como el diésel o el carbón”, expresó.
Sin embargo, para Flavia Liberona, directora de la Fundación Terram, “hoy día el problema lo tiene el transporte, el transporte público, el automóvil privado, el transporte de carga. Es ahí donde están los mayores niveles de contaminación y por lo tanto es ahí donde debería haber una política pública fuerte. Y como todos sabemos el Transantiago, que supuestamente iba a apoyar la descontaminación, fue un fracaso”.
Ambas especialistas coincidieron analizando el problema estructural de que la Región Metropolitana está encerrada entre un cordón montañoso, cuyo smog se ve concentrado con el proceso de inversión térmica durante el invierno.
Por esto, Liberona, manifestó que existen distintos ámbitos que deben abordarse para frenar la contaminación, como “frenar la expansión urbana, regular el parque automotriz, implementar cambios sustantivos en el transporte público, fomentar la reforestación con nativos, la creación de áreas verdes”, entre otros.
La directora de la Fundación Terram dijo que el Plan de Prevención y Descontaminación de la Región Metropolitana es deficiente y que hace falta una iniciativa más rigurosa que implemente medidas que efectivamente tiendan a descontaminar.
Este sentido, desde distintos actores señalan que la gestión de los últimos años no considera una inversión importante a nivel industrial o en infraestructura pública; con lo que se ha mantenido los niveles de contaminación en niveles altos, pero que no llegan a ser fatales.
