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Minagri respalda industria de transgénicos en Chile

El Ministro de Agricultura, Luis Mayol, respaldó a la industria de transgénicos, argumentando que este año las 35 mil hectáreas de semillas genéticamente modificadas significarían 500 millones de dólares en exportaciones. Ante la denuncia de la Asociación Nacional de Apicultores, que declaró que la miel orgánica que Chile exporta a la Unión Europea está siendo devuelta como miel transgénica y que no está etiquetada como tal, el ministro Mayol dijo que “sólo es cosa de etiquetar”.

Helmuth Huerta

  Martes 18 de junio 2013 23:04 hrs. 
miel

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Los apicultores chilenos creían que exportaban miel orgánica hasta que la Unión Europea empezó a devolver los cargamentos como miel transgénica. Allá, si un alimento tiene 1% de componente transgénico, la ley europea obliga a etiquetarlo como tal para que el consumidor decida si quiere o no comer transgénico. Por eso devolvieron la miel y los apicultores chilenos tuvieron que venderla en otros mercados, a un precio inferior a la mitad porque no es miel orgánica. Al respecto, en un dialogó exclusivo con la Radio Universidad de Chile, el ministro de Agricultura, Luis Mayol, respondió a los productores de miel que “sólo es cosa de etiquetar”.

“El tema de ese cuentecito de la miel fue en Alemania. Alemania levantó eso y España fue el primero que lo cuestionó. Son pocos los productores que han dicho eso, no hay que generalizarlo. Pero de todas maneras, es cosa de etiquetar, toda la gente que exporta tiene que poner en sus etiquetas las exigencias que tiene el mercado de origen”, expresó.

En Chile se cultivan semillas transgénicas desde 1994, pero sólo un año después el Ministerio de Agricultura empezó a normar su presencia. Aun así, no hay ley de etiquetado y el país es uno de los pocos que no ha ratificado el Protocolo de Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología, instrumento internacional básico para controlar el flujo de este tipo de alimentos.

Radio Universidad de Chile consultó al ministro Luis Mayol por qué el país no ratifica este Protocolo. “Ese es un tema en el que no me voy a meter, yo estoy hablando del tema de los transgénicos”, se limitó a responder.

El INTA de la Universidad de Chile ha comprobado contaminación transgénica entre las regiones de Valparaíso y el Bío Bío, es decir, las semillas genéticamente modificadas vuelan a campos no transgénicos. Al perjuicio económico de la Asociación Gremial de Apicultores de Chile se sumó la denuncia de la Asociación de Profesionales de Conaf, que dijo que no hay control que permita saber si la contaminación transgénica estaría llegando a parques nacionales y reservas, que en teoría están ahí para preservar el patrimonio genético de Chile. Luis Mayol dijo que la política del Gobierno es transparentar la información de la industria transgénica.

“La política del ministerio es transparentar estos resultados, pero cuando el mundo está llegando a 180 millones de hectáreas de cultivo transgénico, cuando prácticamente todos los países del mundo lo han aceptado, menos dos países de Latinoamérica: Chile y Perú, que no pueden sembrar transgénicos pero sí producen semillas. Brasil es el mayor productor de transgénicos”, ejemplificó.

Pese a existir un fallo del Consejo para la Transparencia, el Ministerio de Agricultura y el Servicio Agrícola y Ganadero no publican la ubicación de plantaciones de organismos genéticamente modificados, a menos que la empresa interesada lo consienta (http://www.sag.cl/ambitos-de-accion/listas-y-estadisticas). Esa información es considerada como básica para planificar el uso productivo del territorio, especialmente porque la experiencia internacional muestra que no es posible confinar estos cultivos.

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