El acuerdo de vida en pareja (AVP) es una de las grandes promesas de campaña del Presidente Sebastián Piñera. A meses de la finalización de su mandato, el Ejecutivo decidió dar orden de urgencia simple para apurar los tiempos de tramitación del proyecto, esta medida fija un plazo de 30 de días de discusión al interior de la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia, esto antes de que se pueda votar en la Cámara Alta.

Sin embargo, y pese a lo felices que se han mostrado diversas organizaciones del mundo civil, voces críticas se levantan cuestionando la calidad de la iniciativa despachada por el Ejecutivo. Desde Fundación Iguales, su presidente Luis Larraín señaló en conversación con radio Universidad de Chile, que tal como está el proyecto hoy en día, es mejor que no se apruebe.

Algunas indicaciones que se le hacen, señala Larraín son el considerarlo como un contrato familiar y no patrimonial, además de modificar las condiciones actuales que dan término al contrato tal como si fuera un acuerdo comercial, señaló.

En este sentido, el dirigente civil explicó que “el texto actual como está es un contrato patrimonial y no un contrato familiar, esa es la gran diferencia y eso se traduce en concreto en que por ejemplo, el proyecto actual no constituye un estado civil. Eso es muy grave, creemos que no es posible que dos personas que hayan contraído un contrato sigan siendo solteros. Por otro lado, tribunales competentes en caso de cualquier disputa sería un juzgado de letras y no un tribunal de familia. Otro punto es las condiciones para terminar el contrato, hoy basta con que uno de los dos contrayentes decida terminarlo para que quede finalizado y el otro no puede hacer nada. Lo colocan al nivel de un contrato comercial”.

Para el presidente de Iguales es un avance que se haya decretado la urgencia simple al proyecto que desde hace tiempo se discute en la Comisión de Legislación, Justicia y Reglamento del Senado, a pesar de ello, no se muestra optimista respecto de que se alcance a aprobar en los meses que quedan de gobierno.

Larraín señaló que todas estas demoras en la tramitación son producto de una clase política, “principalmente el oficialismo” extremadamente conservador y egoísta, que sólo piensa en ayudar a un porcentaje de la población, dejando a nuestro país muy por debajo del resto de nuestros vecinos, con un acuerdo de “segunda categoría” que poco avanza en la discusión del matrimonio igualitario.

Por esto, el presidente de la Fundación Iguales afirmó que “el Gobierno tiene que darse cuenta que todos los países que nos rodean y los cuales aspiramos parecernos ya han dado el paso hacia el matrimonio igualitario y realmente somos muy atrasados en Chile, es una vergüenza y no hay duda que vamos a seguir los pasos de esos países, vamos a tener matrimonio igualitario, por lo tanto, haría un llamado a la clase política a que estén en el lado correcto de la Historia y no pasen a la Historia como aquellos que se opusieron a los derechos civiles para todos”.

De esta manera, el proyecto que busca regular las uniones civiles entre parejas hétero y homosexuales, y que fue uno de los grandes compromisos de campaña del Presidente Piñera se encuentra en cuenta regresiva para su aprobación. En cuanto a las peticiones mínimas que se han hecho desde la sociedad civil, durante las próximas semanas desde Fundación Iguales se dará a conocer a la ciudadanía aquellos reparos que se presentan al fondo del proyecto.