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Año XVI, 19 de abril de 2024


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Actitudes antidemocráticas en la Concertación


Lunes 22 de julio 2013 7:06 hrs.


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Estimado Director:

Desde hace mucho tiempo en los comentarios políticos matinales de la Radio de la Universidad de Chile, he venido escuchando la palabra “duopolio”, ello en directa relación a la existencia de dos bloques en el país que se creen dueños del poder político y gubernamental. Sobre esta categorización y/o encasillamiento estoy plenamente de acuerdo que es totalmente apropiada.

Sin embargo, ello siempre pone en desmedro el ejercicio de una democracia sana y ello de manera preponderante en un período eleccionario, no me refiero al hecho de hablar de duopolio sino a su existencia como tal.

Llevando las cuestiones a un terreno de análisis humano, por su puesto aunque no se comparta los postulados del otrora candidato Pablo Longueira, es lamentable que haya tenido que bajar su candidatura por razones de enfermedad.

Lo que ha ocurrido después en el sector de la alianza, representativo de la derecha política, corresponde a situaciones internas que ellos deben resolver y la ciudadanía se puede mantener observando, sacando cada uno sus propias conclusiones tanto en las determinaciones como en los mecanismos que sean utilizados.

Pero lo importante, es que en materia eleccionaria en función de este episodio el país no debe quedar prácticamente paralizado. El proceso de elecciones sigue, los problemas del país se encuentran latentes y a la espera de esa situación de “ilusiones” a las que se refería un comentario publicado días atrás en el Diario Electrónico de esta misma emisora.

Sin embargo, la vieja alcurnia de la concertación aparte de lamentar lo que ocurre en la tienda oficialista, prácticamente ha quedado anonadada porque el debate no puede partir por falta de contendor, que coincidió con la ausencia de la candidata concertacionista. Pero bajo una mirada de ejercicio de la democracia, actúan en forma ciega frente a la existencia de otros candidatos y por ende de ideas distintas, lo cual es de importancia para una nación y que perfectamente da a lugar de un debate que no se tiene porque postergar. De todos modos es necesario advertir, que el debate moderno suele ser muy pauteado, restringido en el tiempo e idealmente vía twiter.

En este baile, si es el mismo sector de la concertación el que en los inicios de las campañas de primarias se declaraba con vistas al futuro, partidario de una amplia participación ciudadana, debería tener claro que no sobra nadie. Por el contrario, falta un porcentaje amplio de electores que se manifiesten con su voto y que en definitiva pueden decidir el devenir de la historia. A estos electores hay que mantenerlos informados de manera abierta, sin sesgos ni vetos, cada uno debe exponerles en igualdad de condiciones sus puntos de vista, así como se dice en el día de la elección que todos los chilenos valen lo mismo: “un voto”, es legítimo propagar en forma equitativa las ideas para tener los antecedentes suficientes al momento de elegir en conciencia, si alguien decide quedarse en casa el 17 de noviembre, aunque no es una postura que comparto, que al menos también sea una determinación con argumento.

De las proyecciones estadísticas, en esta ocasión creo que no hay antecedentes previos valederos como para hacer una inferencia de resultados y recién a partir de ahora se podrá contar con cifras para las elecciones del 2017. Por el momento, hay incertidumbre. Sólo se verán cifras intencionadas por parte de las empresas que realizan encuestas y que se destinan a influir en la población no de manera objetiva.

Si la democracia realmente tiene valor ya se debe iniciar el debate de cara a la ciudadanía entre todos los que están e incorporando después a los que faltan, Chile no puede ver procesos de esta naturaleza a saltos y tampoco despreciar a ninguno de sus ciudadanos. Los enclaves dictatoriales, los problemas en la educación, la desigualdad, etc. tienen que ver con todos y ya se sabe quiénes tienen cuotas de responsabilidad en su existencia de larga data, estos no son descubrimientos del 2013. Respecto a lo del duopolio, si bien es cierto existe, lo real es que representa un grado de mediocridad en el desarrollo y crecimiento de la participación de las personas, el juego del cara o sello se debe reservar para situaciones de importancia menor, en el ámbito de la participación estamos al debe.

Luis Osorio

El contenido vertido en esta Carta al director es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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