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Greenpeace advierte que extracción petrolera en el Ártico acelera el cambio climático

Una protesta de Greenpeace visibilizó el rechazo a la explotación petrolera en el Ártico, que derivó en el arresto de 30 manifestantes de esta ONG, los cuales señalan ser “amnistiados por un crimen que no cometieron”. La entidad subraya el doble daño que significa la extracción, de momento en que se explota una zona de preservación natural a nivel mundial, para abastecer de energía al modelo industrial que instaló el cambio climático.

Juan San Cristóbal

  Jueves 9 de enero 2014 19:07 hrs. 
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Dos fotógrafos independientes y 28 activistas de Greenpeace fueron arrestados por una protesta pacífica en contra de la explotación petrolera en el Ártico, por parte de la empresa rusa Gazprom, la cual inició labores de extracción en una de las reservas más importantes de agua, cuyo acelerado deshielo sirve de ejemplo para explicar el fenómeno de cambio climático a nivel global.

Más allá del arresto de los protestantes, la organización ambiental subraya que el Ártico corre serio riesgo al permitir extracción de fósiles a propósito del deshielo.

Matías Asún, director de Greenpeace Chile, explica el interés de Gazprom en esta zona: “Gazprom es una empresa rusa que estaba a punto de perforar el Ártico para extraer en la zona donde los hielos se retraen por el calentamiento global. Hace pocos días comenzó la exploración petrolera, y comenzó a bombear petróleo por primera vez”.

El dirigente señala que no hay una legislación eficiente para contrarrestar el avance de transnacionales petroleras, e incluso que no hay garantías para evitar un daño ambiental, o proteger el Ártico de actividades de extracción, tal como sí ocurre con el territorio antártico.

Asún indicó que “las legislaciones son ineficientes, y responden al lobby de las compañías. Todos los expertos coinciden que no es posible ni prevenir ni manejar un derrame petrolero en una zona con las características geopolíticas que tiene el Ártico. El Ártico no está protegido, es un territorio donde no hay reglamento como la Antártica, donde hay moratoria que impide tareas que no estén vinculadas a investigación científica”.

Eugenio Figueroa, director del Centro de Economía Sustentable y Cambio Climático de la Universidad de Chile, subraya que faenas de extracción aceleran el proceso de calentamiento global, y que la evidencia científica acumulada no ha sido incorporada a la discusión política sobre el futuro de la región.

El académico apunta que “lo que hacen las empresas petroleras es acelerar la presión al ecosistema, aumentando la incidencia del calentamiento global en el deshielo. Si la evidencia científica apunta de todas partes a que es un fenómeno real, no se entiende porqué no se toma el tema muy en serio”.

Más allá, Flavia Liberona, directora de Fundación Terram, indica que no hay acuerdos globales donde los países se comprometan a restringir la expansión industrial que comprometa el cambio climático, dando libre acción a las empresas transnacionales: “Existe la Convención Marco de Cambio Climático que busca acuerdo para reducir emisiones, pero no hay sanción para países que no asumen, menos aún un sistema que impida que ciertas empresas realicen acciones extractivistas en el Ártico. Esto queda para países que están en esta zona, que podrían tener una alianza para dificultar el ingreso de las transnacionales”.

Los protestantes fueron amnistiados por la justicia rusa, y denuncian que no han cometido ningún crimen, a diferencia del impacto ambiental de Gazprom, que junto a Shell y otras empresas buscan instalar plataformas de extracción en el Ártico. Ante ello, una recolección de firmas a nivel mundial ya registra más de cinco millones de adherentes al rechazo por estas faenas.

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