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Canal de Chacao: ¿un puente para Chiloé o para Santiago?

Columna de opinión por Julio Hurtado
Miércoles 15 de enero 2014 9:29 hrs.


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Al parecer, ya está tomada la decisión respecto a la construcción del puente sobre el canal de Chacao, que unirá la isla grande de Chiloé con el continente. Esta es una decisión que toma el gobierno en las postrimerías de su mandato, lo cual siempre genera suspicacias, teniendo en cuenta que hay importantes y muy poderosos sectores económicos involucrados, para los cuales un proyecto como este significará un magnifico subsidio del Estado; además que el costo político de esta decisión, que de todas maneras lo habrá, no lo pagará el actual gobierno.

No nos referiremos al punto de la viabilidad económica del proyecto, lo que, pese a la discusión generalizada, es la menos importante, ya que siguiendo criterios rígidos de evaluación se limitan las posibilidades de establecer obras de desarrollo para el país. Es así que, obviamente, en 1913, Chile no cumplía con la viabilidad económica cuando  el Estado, a través del ferrocarril, unió el país desde Iquique a Puerto Montt. Sin embargo, pese a ello, la obra se hizo y significó una palanca fundamental en el desarrollo de nuestra economía y sociedad.

Respecto a la oportunidad social, este proyecto es altamente inconveniente para los habitantes del archipiélago, ya que la construcción del puente necesariamente significara el fin del Plan Chiloé, el cual apenas se esbozó. Es decir, el fin de la posibilidad de salud de calidad en la isla, de la radicación en el archipiélago de médicos especialistas (¿para qué construir un hospital de calidad si con el puente los habitantes de Chiloé se pueden atender en Puerto Montt?). La construcción del puente significará el fin a la posibilidad de educación de calidad en colegios, el fin de la posibilidad de reforzar el transporte interno marítimo (¿para que mas gastos si ya se construyó el puente?).

La construcción del viaducto pondrá fin al sueño y a la necesidad de una universidad chilota: con una facultad de agronomía de punta en el estudio de la papa; con una facultad de piscicultura de vanguardia en el tema de los virus de salmones; con estudios de punta respecto a la producción de la madera. Con una vanguardista facultad de arquitectura (respecto a la cual, ya se tiene camino recorrido, por la calidad de los arquitectos residentes en el archipiélago) que nos enseñe al resto de los chilenos el respeto al patrimonio, a las tradiciones y a la adecuación arquitectónica respecto a la modernidad (esto, pese al horroroso y corrupto mal). También podría ser una universidad con gran facultad de música  y de historia que recoja la tradición y la modernidad chilota.

Todas estas posibilidades, de verdadero desarrollo corren peligro con la construcción voluntarista del puente, ya que los poderes facticos, quienes son los verdaderos autores y favorecidos con esta mega-obra, podrán argumentar para qué realizar un Plan Chiloé si con el puente, los chilotes están mas cerca de Puerto Montt, de Osorno, incluso de Valdivia, donde hay buenos hospitales y muchas universidades privadas (con fines de lucro).

En definitiva, el puente no significará un desarrollo para la isla. Se verán favorecidas solo algunas actividades económicas, las cuales  seguramente tributan en Santiago. El puente solo acercará a los chilotes unos cuantos minutos a la centralización chilena, a Puerto Montt y en definitiva, a Santiago. 

Una pregunta final:

¿No seria mejor construir un puente, una vez que en Chiloé exista un hospital de primera calidad, profesionales de la salud especializados, universidad de excelencia, etc., de esta manera el puente podría servir también para que los porto-montinos, osorninos, valdivianos y en general todos los chilenos, tengan la posibilidad también de ir a buscar salud y educación a Chiloé?

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.