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Reforma Tributaria

Manuel Riesco: “El Fondo de Utilidad Tributaria es la elusión más grotesca que existe”

El economista de CENDA señala que el proyecto de reforma tributaria respeta lo que anunció Michelle Bachelet en su programa, con medidas como la eliminación del FUT y la eliminación del Decreto Ley 600, pese a que se aplicarían gradualmente en un plazo de cuatro a seis años. Por otra parte, discrepa respecto de la rebaja a la tasa máxima de impuesto, lo cual se contrapone con la frase del gobierno sobre “quienes reciben más, paguen más impuestos”.

Diario Uchile

  Martes 1 de abril 2014 10:49 hrs. 
riesco

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El economista del Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo (Cenda), Manuel Riesco, señala que el proyecto de reforma tributaria es un avance positivo, y responde a los anuncios presentados por Michelle Bachelet en su programa de gobierno.

Entrevistado en la primera edición de Radioanálisis, Riesco destaca que la eliminación del Fondo de Utilidades Tributarias (FUT) es gradual, mientras que la rebaja de impuestos es inmediata, lo cual puede golpear una economía en desaceleración.

¿Cuál es su impresión a nivel general del proyecto de reforma tributaria?
– Es positiva, la Presidenta ha mostrado voluntad que su Gobierno cumpla el programa. La reforma tributaria se ciñe de manera estricta a lo que el programa prometió. Eso es bueno, es una buena señal del Gobierno, que esté empeñada en cumplir su programa.

¿Cuál es el real impacto de medidas como el impuesto a las empresas o la eliminación del FUT?
– Es una reforma significativa, pero moderada. Como dijo el profesor Oscar Landerretche, no toca el tema de los royalties mineros. Por otra parte, la gradualidad en el alza de impuesto significa que solo al cabo de cuatro años se pone en práctica la reforma, al igual que la eliminación del FUT, la gradualidad no está clara. Por otro lado, las rebajas de impuestos que propone son inmediatas, y eso no es positivo. En el Parlamento esto será sujeto a discusión significativa, porque se rebaja la tasa máxima de impuesto, de 40 a 35%, lo que no tienen ninguna justificación. Se dice que es un estímulo para que no haya elusión, pero para evitar elusión hay que fiscalizar. Es una rebaja tan impresentable que las propias autoridades se excluyeron de la misma, si se excluyen ellas, no se entiende que se les permita a otras personas con ingresos significativos, hablamos de personas que ganan más de seis millones de pesos al mes.

¿Qué aspectos hay que atender a la discusión en el Congreso de este proyecto?
– Hay un aspecto de detalle que será revisado en el Parlamento, porque el diablo mete la cola en los detalles. La reforma va acompañada de rebajas de impuestos, y uno es la depreciación completa en el primer año de cualquier inversión de bienes depreciables. Pero es algo previsto en la ley para las pequeñas y medianas empresas. Sin embargo, para el primer año se permite que las mineras hagan lo mismo. Esto significa que la gigantesca sobreinversión que están realizando las mineras, las podrán descargar de los impuestos a nivel completo el primer año. Detalles que hay que corregir, pero en el grueso la ley es lo que prometió el programa, es la mayor reforma impositiva desde 1990.

¿Qué tanto puede afectar a la recaudación un escenario de desaceleración?
– La desaceleración va a afectar a la economía en general, sin tener causas internas. El efecto mayor o menor no será significativo. La recaudación bajará porque baja la actividad económica y el precio del cobre. Quisiera señalar que se terminará el Decreto Ley 600, que otorga privilegios a la inversión extranjera. Se elimina a partir del 2016, lo cual permite que durante un año se sigan haciendo inversiones por esta vía. Una de las cosas más negativas del DL600 es la invariabilidad tributaria. De hecho, creo que es inconstitucional, porque significa que el Estado abdica de sus facultades soberanas de aplicar los impuestos, y eso no corresponde. Quiero agregar aquí que muchos estados están revisando un aspecto que Chile tiene incorporado por una cantidad de acuerdos internacionales, que es la facultad de los inversionistas extranjeros de llegar a tribunales foráneos para reclamar contra Chile. Por ejemplo Indonesia acaba de derogar hace una semana 67 acuerdos con esta cláusula, ya que eso no corresponde, son los tribunales chilenos los que deben dirimir. Eso hay que eliminarlo e incorporarlo a la discusión de la reforma tributaria. Tiene que ver con la derogación del DL600, pero hay otros tratados que se deben corregir.

Usted se refirió a la evasión y elusión de impuestos en el país. ¿Usted considera que existe una institucionalidad que permita avanzar en el control de evasión?
– El principal instrumento de evasión ha sido el FUT, que se eliminará. En el FUT existen registradas utilidades percibidas y no tributadas por el equivalente al PIB, son 250 mil millones de dólares los que están acumulados en el FUT de distintas empresas. Esto significa que el equivalente al PIB ha sido reconocido como utilidades pero que no se han tributado. Si se supone que la tasa de impuestos a la que están afectas corresponde a personas de altos ingresos, del tramo superior, deberían tributar un 40% de ese monto. Están debiendo un 40% del PIB, eso es el doble de la tributación de un año completo. En otras palabras, lo que deben en impuestos equivale al doble de la recaudación de un año completo. Es la elusión más grotesca que existe en cualquier país. Con eso se podría financiar mucho, pero no hay ningún cambio de que se exija ese pago. Se requiere un mecanismo para que esa deuda se pague.

¿Cuál es su evaluación a la frase de que los que tienen más, paguen más impuestos?
– Hace poco el diario El Mercurio informó de cuánto pagan los contribuyentes de altos ingresos. Según ese diario, las personas que están en el tramo entre 6 y 12 millones de pesos no pagan nada, cero. Y una persona que gana un millón de pesos debe pagar un diez por ciento. El Rector de la Universidad de Chile tiene que pagar un 40%, pero el contribuyente normal que recibe más de seis millones de pesos no paga nada. Los que están por sobre doce millones de pesos, la tasa efectiva es de siete por ciento. Es decir, menos de lo que paga cualquier trabajador asalariado. La situación actual en términos de evasión es escandalosa. Lo que hace esta ley es empezar a evitar eso.

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