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Año XVI, 29 de marzo de 2024


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Juegos Odesur: Estrategias deportivas e inversión pública

Luego de los Juegos Odesur, nada serio hemos escuchado referente a la ética dirigencial y las normas para vigilarla, sobre la formación de los deportistas y entrenadores, de la captación del talento y del desarrollo a lo largo de todo el país. La reforma de la educación puede ser una oportunidad paralela para exigir mayor número de horas para practicar deporte, mallas curriculares serias en educación física y la acorde inversión en infraestructura para el nivel escolar.

Francisco Cárdenas

  Jueves 3 de abril 2014 16:54 hrs. 
odesur

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Por varios días vimos desarrollarse en nuestro país los X Juegos Suramericanos Santiago 2014. El evento multidisciplinario en el que participan atletas de todos los países de la región, más algunos de América central. El evento contó con un fuerte apoyo del gobierno de Sebastián Piñera y fue utilizado como símbolo que demostraría la inversión y el desarrollo deportivo nacional en los últimos cuatro años. Para ello, aparte de remodelar varios centros deportivos existentes, se construyeron siete nuevos: el gimnasio polideportivo y el acuático en el Estadio Nacional (con una inversión cercana a los 13 millones de dólares); el velódromo Santiago 2014; el centro de tiro con arco; el estadio de voleibol playa y la pista BMX en el parque deportivo de Peñalolén (con costos estimados de 21 millones de dólares). Finalmente, el Centro de Entrenamiento Olímpico II en Ramón Cruz (con una inversión de 12,2 millones de dólares). Un gasto total de 46,2 millones de dólares que resulta inédito en nuestra historia deportiva. Un logro importante que debemos celebrar, sin duda, pero que no termina con nuestros problemas endémicos.

Cuba, que ha sido potencia deportiva por décadas, no posee estadios nuevos ni instalaciones de primer nivel (quizá a esta altura ni siquiera de segundo nivel). La explicación a su rendimiento tiene que ver con la instalación del deporte como un derecho social, con una elevada calidad en la formación de entrenadores, con un deporte escolar casi obligatorio y un sinnúmero de eventos nacionales, para todas las edades y niveles, que permiten detectar el talento, apoyarlo y convertirlo con paciencia en alto rendimiento. También, por supuesto, con el paralelo desarrollo en la medicina deportiva y la socialización de los recintos dedicados a su práctica. Los cubanos le sacan el máximo provecho a lo que tienen sin importar si es viejo o se encuentra pasado de moda.

Entonces la calidad de los materiales sirve y es importante, pero es más urgente formar entrenadores de excelencia, dirigentes honestos y calificados y masificar la práctica deportiva.
La presidenta Bachelet, como la Ministra del Deporte se han comprometido con los deportistas a implementar laboratorios de dopajes, centros deportivos de recuperación y fortalecer los complejos de entrenamiento regionales. Además, de reponer el Programa Bicentenario, incluyendo viáticos, equipos técnicos, estudios, programas de desarrollo integral y financiamiento. Mucha oferta para apoyar a los deportistas, lo que es bueno pues debemos sentirnos orgullosos de ellos, apoyarlos y exigirles un comportamiento acorde al honor de la representación.

Sin embargo, nada serio hemos escuchado referente a la ética dirigencial y las normas para vigilarla, sobre la formación de los deportistas y entrenadores, de la captación del talento y del desarrollo a lo largo de todo el país. La reforma de la educación puede ser una oportunidad paralela para exigir mayor número de horas para practicar deporte, mallas curriculares serias en educación física y la acorde inversión en infraestructura para el nivel escolar. Solo de esa forma avanzaremos en el necesario cambio de hábitos de la población y podremos sacar provecho a las nuevas instalaciones.

Como colofón cocimos mediante la prensa el proyecto del Barcelona FC para remodelar el estadio Camp Nou. Una inversión de casi 600 millones de euros en un solo estadio de fútbol. Qué lejos estamos de esa realidad pero hacia allá debemos apuntar. Cualquier cifra resulta menor si se considera el futuro ahorro en salud, el bienestar general de la población, las demostradas bondades en el desarrollo infantil, la capacidad de enseñar valores colectivos, la integración social y el fortalecimiento comunitario. El deporte debe ser un derecho para todos y hay que exigirlo con urgencia.

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