Sr. Director:

Desde un principio el sistema de transporte actual ha traído problemas, desde que se aprobó y se informó de su existencia, el rechazo hacia el Transantiago fue notorio por parte de la ciudadanía, que en su mayoría es la que utiliza este método, estamos pagando por un sistema nefasto.

Para muchos de nosotros- si no somos todos- es desagradable tener que subir a la micro con un chofer de mal genio, y no es problema de ellos ni de nosotros, es culpa de la empresa que no se preocupa de repartir horarios de trabajo equilibrados, por lo que su malestar es comprensible. Además debemos soportar el mal estado en que las micros se encuentran: puertas que no funcionan, asientos rotos, vidrios sueltos o inexistentes, timbres malos, ruidos molestos, entre otros. Esto se da mayoritariamente en sectores bajos. A esto se le suma la poca continuidad de micros que produce la congestión de pasajeros y el malestar e incomodidad de estos; incluso hay veces en las que podemos esperar hasta media hora por un recorrido que no es capaz de detenerse en el paradero, y toda esta ineficiencia para que el pasaje aumente cada día más. En noviembre del año 2013, el pasaje aumentó $10… simplemente incongruente.

Y si hablamos de ineficiencia, el metro no se queda atrás: carros que pasan repletos, y donde uno no puede subir, gente que se aprovecha de a situación y roba artículos de valor, personas con enfermedades que se sofocan y colapsan, y para qué hablar del costo por su utilización.

Usar la tarjeta Bip debería haber facilitado las cosas, pero por el contrario, las filas que se forman para cargarla son peores que las de un banco y el porcentaje de gente que no paga (ya sea en metro o micro) ha aumentado. Peor es aun si queremos viajar en automóvil, la bencina aumenta cada vez más y las ciudades no dan abasto con la cantidad de autos que se utilizan.

Estas son solo las características más relevantes del sistema de transporte actual, y a pesar de todo esto, lo que más curiosidad me causa, es la fiscalización; es ridículo que esta sea para pasajeros y no para mejorar la ineficacia que el transporte público tiene, estamos en un mundo al revés.

Noemí Delarze Rojas
IIIºA
Colegio Alberto Pérez, Maipú.