Obesidad y hambruna: dos caras de una misma moneda
La segunda Conferencia Internacional sobre la Nutrición estableció que aún existen 800 millones de peronas que padecen de hambre mientras que 500 se encuentran obesas. 170 países, incluido Chile se plegaron a un marco de acción para frenar esta condición
Javier Muñoz
Sábado 22 de noviembre 2014 9:46 hrs.
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La Segunda Conferencia Internacional sobre Nutrición organizada la semana pasada en Roma congregó a más de 170 países que adoptaron la Declaración sobre la Nutrición, y un Marco de acción, que establece recomendaciones sobre políticas y programas para abordar el tema a través de múltiples sectores.
La reunión a la que asistió Chile, se propuso desafíos no menores, en un área que se suma a una característica de los tiempos que corren: la desigualdad.
La directora nacional de la Organización Mundial de la Salud (OMS), estableció que el sistema alimentario mundial, con su dependencia de la producción industrializada y los mercados globalizados, produce abundantes suministros pero al mismo tiempo problemas de salud pública.
“La cantidad de alimentos, así como también la calidad de los alimentos, en el sentido de tener los nutrientes adecuados y una cantidad adecuada, son dos lados de una misma moneda. Nosotros estamos viendo una contradicción, estamos viendo que en algunos lugares del mundo donde la gente sigue sufriendo por hambre. Sin embargo por el otro lado vemos muchas ciudades y países que tienen niños y adultos obesos. En la década de 1990 había cerca de 30 millones de niños con obesidad pero ahora, son más de 40 millones y la cifra continuará creciendo”.
Según cifras entregadas por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura el hambre mundial ha disminuido en un 21 por ciento desde 1992, pero aún existen 800 millones de personas que padecen de escases de alimentos. Al mismo tiempo la carga de obesidad aumenta rápidamente y se calcula que 500 millones de personas son obesas.
Samuel Durán, presidente del Colegio de Nutricionistas de Chile, explica que la falta de alimentos es un problema grave que se hace invisible, pero que existe.
Samuel Durán
“En Guatemala por ejemplo tiene 60% de niños con desnutrición crónica, no quiere decir que sean niños extremadamente delgados, sino que no tienen la talla que deberían. En Perú, Bolivia y Argentina la cifra alcanza un 20%. En Chile se erradicó la desnutrición pero existe un problema de seguridad alimentaria donde la población más pobre es la más obesa. Eso nos está diciendo que los chilenos no están consumiendo los alimentos adecuados, por un lado falta de educación y por otro, los alimentos sanos, como frutas verduras y pescados no tienen los precios para que las personas de escasos recursos puedan acceder a ellos”.
Durán menciona que Chile es el principal exportador de frutas del hemisferio sur, así como también un gran productor de carnes y verduras pero que los alimentos no se quedan aquí.
“Uno a veces compra porotos en el supermercado y estos son canadienses. Chile se está preocupando de ser un gran exportador de alimentos, estar en el top de la innovación y la tecnología para tener un estándar europeo, estadounidense o japonés y de tener una imagen de país exportador de alta calidad, pero no nos estamos preocupando de lo que están comiendo los chilenos. Nunca se habla de seguridad alimentaria en Chile”
Las diferencias en el desarrollo y estabilidad de los países también se vuelve un factor importante a la hora de alimentar a la población. Como las guerras que desplazan a las personas y erosionan las tierras, haciendo más difícil la producción e importación de alimentos. También es relevante la estabilidad política, que promueva una buena distribución de la producción.
Los desplazamientos producto de las guerras aumentan las emergencias de hambre
Francisco Moraga, Past President de la Sociedad Chilena de Pediatría estima que el mundo nunca había sido capaz de producir tantos alimentos como lo ha hecho ahora, muchísimo más eficiente de que en años anteriores, gracias a un avance en las técnicas para la producción y conservación de los mismos. Pero que por otro lado, reconoce que la distribución de los alimentos no es pareja.
Las voluntades políticas, explica Moraga, serían clave para la administración de los alimentos incluso siendo más flexibles con la biotecnología.
“Existe una serie grupos que son muy anti tecnología y hablan de la “transgenia” como si esta fuera apocalipsis, haciendo creer que tendremos mutaciones por comer algún producto transgénico. Eso es un tema político: invertir y aceptar un cierto grado de tecnología. También debe existir el estímulo al consumo interno de cierto tipo de alimentos. Es cierto que gran cantidad de pescado se va para el extranjero, pero si tu le preguntas a las personas si prefiere carne o pescado, te van a decir carne, por lo que también debe haber un fomento a la cultura sobre los alimentos”.
Los países en crisis
El Índice Global del Hambre 2014 del Instituto Internacional de Investigación de Políticas Alimentarias fue congruente con las cifras de la FAO respecto a cuántos padecen hambre en el mundo, pero fue más optimista al decir que la reducción de este mal ha sido de un 39 por ciento desde la década de 1990.
El estudio dice que en la actualidad solo dos países del mundo se encuentran en una situación “extremadamente alarmante”: Eritrea y Burundi, con más de un 60 por ciento de su población hambrienta.
Mientras que en la categoría de “alarmante” estarían 14 países, todos de África Subsahariana, con excepción de Laos (Asia) y Haití (América). A pesar de esto los avances han sido notables, ya que gracias al monitoreo que se ha hecho a través de los años se ha podido registrar notables mejoras.
No solo existe una falta de alimentos, también es difícil tener agua
El instituto realizó un mapa interactivo donde se puede revisar los resultados a través de los años.
En él se puede ver que países como Venezuela y Brasil han pasado de estar con niveles de hambruna “moderado” a “bajo”, entre 1990 a la fecha y Bolivia, Colombia y Perú, pasaron de estar en una condición “seria” a “moderada”, dentro del mismo margen de tiempo.
Al igual que la información entregada por la convocatoria se registra la existencia de un problema que afecta a más de 2000 millones de personas, y mucho más difícil de detectar conocido como “hambre oculta” o la falta de micronutrientes derivados de la escases de vitaminas y minerales en la ingesta alimentaria. Este panorama se puede dar incluso cuando existe obesidad y exceso de carbohidratos y grasas por lo que también se da en países donde no existen “hambruna”.
Marco de acción
El Marco de Acción suscrito por los países que asistieron a la Conferencia establece 60 acciones recomendadas que los gobiernos pueden incorporar en sus planes nacionales de nutrición, salud, agricultura, educación, donde muchas se centran en garantizar que los sistemas alimentarios sean más sostenibles y promover dietas variadas y saludables, además de fortalecer la producción y el procesado local de alimentos, en especial por los pequeños campesinos y los agricultores familiares, prestando especial atención al empoderamiento de la mujer.
También se determinó que la malnutrición es más dañina en las etapas más tempranas de la vida por lo que los esfuerzos deben dirigirse también a las necesidades nutricionales de las madres antes y durante del embarazo, igualmente a los bebés durante las primeras etapas de la vida promoviendo la lactancia materna prolongándola hasta los dos años.
La Segunda Conferencia Internacional sobre Nutrición organizada la semana pasada en Roma congregó a más de 170 países que adoptaron la Declaración sobre la Nutrición, y un Marco de acción, que establece recomendaciones sobre políticas y programas para abordar el tema a través de múltiples sectores.
La reunión a la que asistió Chile, se propuso desafíos no menores, en un área que se suma a una característica de los tiempos que corren: la desigualdad.
La directora nacional de la Organización Mundial de la Salud (OMS), estableció que el sistema alimentario mundial, con su dependencia de la producción industrializada y los mercados globalizados, produce abundantes suministros pero al mismo tiempo problemas de salud pública.
“La cantidad de alimentos, así como también la calidad de los alimentos, en el sentido de tener los nutrientes adecuados y una cantidad adecuada, son dos lados de una misma moneda. Nosotros estamos viendo una contradicción, estamos viendo que en algunos lugares del mundo donde la gente sigue sufriendo por hambre. Sin embargo por el otro lado vemos muchas ciudades y países que tienen niños y adultos obesos. En la década de 1990 había cerca de 30 millones de niños con obesidad pero ahora, son más de 40 millones y la cifra continuará creciendo”.
Según cifras entregadas por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura el hambre mundial ha disminuido en un 21 por ciento desde 1992, pero aún existen 800 millones de personas que padecen de escases de alimentos. Al mismo tiempo la carga de obesidad aumenta rápidamente y se calcula que 500 millones de personas son obesas.
Samuel Durán, presidente del Colegio de Nutricionistas de Chile, explica que la falta de alimentos es un problema grave que se hace invisible, pero que existe.
Samuel Durán
“En Guatemala por ejemplo tiene 60% de niños con desnutrición crónica, no quiere decir que sean niños extremadamente delgados, sino que no tienen la talla que deberían. En Perú, Bolivia y Argentina la cifra alcanza un 20%. En Chile se erradicó la desnutrición pero existe un problema de seguridad alimentaria donde la población más pobre es la más obesa. Eso nos está diciendo que los chilenos no están consumiendo los alimentos adecuados, por un lado falta de educación y por otro, los alimentos sanos, como frutas verduras y pescados no tienen los precios para que las personas de escasos recursos puedan acceder a ellos”.
Durán menciona que Chile es el principal exportador de frutas del hemisferio sur, así como también un gran productor de carnes y verduras pero que los alimentos no se quedan aquí.
“Uno a veces compra porotos en el supermercado y estos son canadienses. Chile se está preocupando de ser un gran exportador de alimentos, estar en el top de la innovación y la tecnología para tener un estándar europeo, estadounidense o japonés y de tener una imagen de país exportador de alta calidad, pero no nos estamos preocupando de lo que están comiendo los chilenos. Nunca se habla de seguridad alimentaria en Chile”
Las diferencias en el desarrollo y estabilidad de los países también se vuelve un factor importante a la hora de alimentar a la población. Como las guerras que desplazan a las personas y erosionan las tierras, haciendo más difícil la producción e importación de alimentos. También es relevante la estabilidad política, que promueva una buena distribución de la producción.
Los desplazamientos producto de las guerras aumentan las emergencias de hambre
Francisco Moraga, Past President de la Sociedad Chilena de Pediatría estima que el mundo nunca había sido capaz de producir tantos alimentos como lo ha hecho ahora, muchísimo más eficiente de que en años anteriores, gracias a un avance en las técnicas para la producción y conservación de los mismos. Pero que por otro lado, reconoce que la distribución de los alimentos no es pareja.
Las voluntades políticas, explica Moraga, serían clave para la administración de los alimentos incluso siendo más flexibles con la biotecnología.
“Existe una serie grupos que son muy anti tecnología y hablan de la “transgenia” como si esta fuera apocalipsis, haciendo creer que tendremos mutaciones por comer algún producto transgénico. Eso es un tema político: invertir y aceptar un cierto grado de tecnología. También debe existir el estímulo al consumo interno de cierto tipo de alimentos. Es cierto que gran cantidad de pescado se va para el extranjero, pero si tu le preguntas a las personas si prefiere carne o pescado, te van a decir carne, por lo que también debe haber un fomento a la cultura sobre los alimentos”.
Los países en crisis
El Índice Global del Hambre 2014 del Instituto Internacional de Investigación de Políticas Alimentarias fue congruente con las cifras de la FAO respecto a cuántos padecen hambre en el mundo, pero fue más optimista al decir que la reducción de este mal ha sido de un 39 por ciento desde la década de 1990.
El estudio dice que en la actualidad solo dos países del mundo se encuentran en una situación “extremadamente alarmante”: Eritrea y Burundi, con más de un 60 por ciento de su población hambrienta.
Mientras que en la categoría de “alarmante” estarían 14 países, todos de África Subsahariana, con excepción de Laos (Asia) y Haití (América). A pesar de esto los avances han sido notables, ya que gracias al monitoreo que se ha hecho a través de los años se ha podido registrar notables mejoras.
No solo existe una falta de alimentos, también es difícil tener agua
El instituto realizó un mapa interactivo donde se puede revisar los resultados a través de los años.
En él se puede ver que países como Venezuela y Brasil han pasado de estar con niveles de hambruna “moderado” a “bajo”, entre 1990 a la fecha y Bolivia, Colombia y Perú, pasaron de estar en una condición “seria” a “moderada”, dentro del mismo margen de tiempo.
Al igual que la información entregada por la convocatoria se registra la existencia de un problema que afecta a más de 2000 millones de personas, y mucho más difícil de detectar conocido como “hambre oculta” o la falta de micronutrientes derivados de la escases de vitaminas y minerales en la ingesta alimentaria. Este panorama se puede dar incluso cuando existe obesidad y exceso de carbohidratos y grasas por lo que también se da en países donde no existen “hambruna”.
Marco de acción
El Marco de Acción suscrito por los países que asistieron a la Conferencia establece 60 acciones recomendadas que los gobiernos pueden incorporar en sus planes nacionales de nutrición, salud, agricultura, educación, donde muchas se centran en garantizar que los sistemas alimentarios sean más sostenibles y promover dietas variadas y saludables, además de fortalecer la producción y el procesado local de alimentos, en especial por los pequeños campesinos y los agricultores familiares, prestando especial atención al empoderamiento de la mujer.
También se determinó que la malnutrición es más dañina en las etapas más tempranas de la vida por lo que los esfuerzos deben dirigirse también a las necesidades nutricionales de las madres antes y durante del embarazo, igualmente a los bebés durante las primeras etapas de la vida promoviendo la lactancia materna prolongándola hasta los dos años.
La Segunda Conferencia Internacional sobre Nutrición organizada la semana pasada en Roma congregó a más de 170 países que adoptaron la Declaración sobre la Nutrición, y un Marco de acción, que establece recomendaciones sobre políticas y programas para abordar el tema a través de múltiples sectores.
La reunión a la que asistió Chile, se propuso desafíos no menores, en un área que se suma a una característica de los tiempos que corren: la desigualdad.
La directora nacional de la Organización Mundial de la Salud (OMS), estableció que el sistema alimentario mundial, con su dependencia de la producción industrializada y los mercados globalizados, produce abundantes suministros pero al mismo tiempo problemas de salud pública.
“La cantidad de alimentos, así como también la calidad de los alimentos, en el sentido de tener los nutrientes adecuados y una cantidad adecuada, son dos lados de una misma moneda. Nosotros estamos viendo una contradicción, estamos viendo que en algunos lugares del mundo donde la gente sigue sufriendo por hambre. Sin embargo por el otro lado vemos muchas ciudades y países que tienen niños y adultos obesos. En la década de 1990 había cerca de 30 millones de niños con obesidad pero ahora, son más de 40 millones y la cifra continuará creciendo”.
Según cifras entregadas por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura el hambre mundial ha disminuido en un 21 por ciento desde 1992, pero aún existen 800 millones de personas que padecen de escases de alimentos. Al mismo tiempo la carga de obesidad aumenta rápidamente y se calcula que 500 millones de personas son obesas.
Samuel Durán, presidente del Colegio de Nutricionistas de Chile, explica que la falta de alimentos es un problema grave que se hace invisible, pero que existe.
Samuel Durán
“En Guatemala por ejemplo tiene 60% de niños con desnutrición crónica, no quiere decir que sean niños extremadamente delgados, sino que no tienen la talla que deberían. En Perú, Bolivia y Argentina la cifra alcanza un 20%. En Chile se erradicó la desnutrición pero existe un problema de seguridad alimentaria donde la población más pobre es la más obesa. Eso nos está diciendo que los chilenos no están consumiendo los alimentos adecuados, por un lado falta de educación y por otro, los alimentos sanos, como frutas verduras y pescados no tienen los precios para que las personas de escasos recursos puedan acceder a ellos”.
Durán menciona que Chile es el principal exportador de frutas del hemisferio sur, así como también un gran productor de carnes y verduras pero que los alimentos no se quedan aquí.
“Uno a veces compra porotos en el supermercado y estos son canadienses. Chile se está preocupando de ser un gran exportador de alimentos, estar en el top de la innovación y la tecnología para tener un estándar europeo, estadounidense o japonés y de tener una imagen de país exportador de alta calidad, pero no nos estamos preocupando de lo que están comiendo los chilenos. Nunca se habla de seguridad alimentaria en Chile”
Las diferencias en el desarrollo y estabilidad de los países también se vuelve un factor importante a la hora de alimentar a la población. Como las guerras que desplazan a las personas y erosionan las tierras, haciendo más difícil la producción e importación de alimentos. También es relevante la estabilidad política, que promueva una buena distribución de la producción.
Los desplazamientos producto de las guerras aumentan las emergencias de hambre
Francisco Moraga, Past President de la Sociedad Chilena de Pediatría estima que el mundo nunca había sido capaz de producir tantos alimentos como lo ha hecho ahora, muchísimo más eficiente de que en años anteriores, gracias a un avance en las técnicas para la producción y conservación de los mismos. Pero que por otro lado, reconoce que la distribución de los alimentos no es pareja.
Las voluntades políticas, explica Moraga, serían clave para la administración de los alimentos incluso siendo más flexibles con la biotecnología.
“Existe una serie grupos que son muy anti tecnología y hablan de la “transgenia” como si esta fuera apocalipsis, haciendo creer que tendremos mutaciones por comer algún producto transgénico. Eso es un tema político: invertir y aceptar un cierto grado de tecnología. También debe existir el estímulo al consumo interno de cierto tipo de alimentos. Es cierto que gran cantidad de pescado se va para el extranjero, pero si tu le preguntas a las personas si prefiere carne o pescado, te van a decir carne, por lo que también debe haber un fomento a la cultura sobre los alimentos”.
Los países en crisis
El Índice Global del Hambre 2014 del Instituto Internacional de Investigación de Políticas Alimentarias fue congruente con las cifras de la FAO respecto a cuántos padecen hambre en el mundo, pero fue más optimista al decir que la reducción de este mal ha sido de un 39 por ciento desde la década de 1990.
El estudio dice que en la actualidad solo dos países del mundo se encuentran en una situación “extremadamente alarmante”: Eritrea y Burundi, con más de un 60 por ciento de su población hambrienta.
Mientras que en la categoría de “alarmante” estarían 14 países, todos de África Subsahariana, con excepción de Laos (Asia) y Haití (América). A pesar de esto los avances han sido notables, ya que gracias al monitoreo que se ha hecho a través de los años se ha podido registrar notables mejoras.
No solo existe una falta de alimentos, también es difícil tener agua
El instituto realizó un mapa interactivo donde se puede revisar los resultados a través de los años.
En él se puede ver que países como Venezuela y Brasil han pasado de estar con niveles de hambruna “moderado” a “bajo”, entre 1990 a la fecha y Bolivia, Colombia y Perú, pasaron de estar en una condición “seria” a “moderada”, dentro del mismo margen de tiempo.
Al igual que la información entregada por la convocatoria se registra la existencia de un problema que afecta a más de 2000 millones de personas, y mucho más difícil de detectar conocido como “hambre oculta” o la falta de micronutrientes derivados de la escases de vitaminas y minerales en la ingesta alimentaria. Este panorama se puede dar incluso cuando existe obesidad y exceso de carbohidratos y grasas por lo que también se da en países donde no existen “hambruna”.
Marco de acción
El Marco de Acción suscrito por los países que asistieron a la Conferencia establece 60 acciones recomendadas que los gobiernos pueden incorporar en sus planes nacionales de nutrición, salud, agricultura, educación, donde muchas se centran en garantizar que los sistemas alimentarios sean más sostenibles y promover dietas variadas y saludables, además de fortalecer la producción y el procesado local de alimentos, en especial por los pequeños campesinos y los agricultores familiares, prestando especial atención al empoderamiento de la mujer.
También se determinó que la malnutrición es más dañina en las etapas más tempranas de la vida por lo que los esfuerzos deben dirigirse también a las necesidades nutricionales de las madres antes y durante del embarazo, igualmente a los bebés durante las primeras etapas de la vida promoviendo la lactancia materna prolongándola hasta los dos años.
