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Año XVI, 28 de marzo de 2024


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Sismo político y el Centro


Martes 25 de noviembre 2014 11:43 hrs.


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Durante los últimos años las placas de la actividad política han estado bastante movedizas en una cuestión que poco a poco se ha ido manifestando con mayor fuerza, como si la energía acumulada prontamente remeciera las estructuras del sistema mediante un sismo de envergadura y que algunas señales nos ha ido entregando.

Sin lugar a dudas, el primer gran remezón podría ser la elección de la presidenta Bachelet para el período 2006 – 2010, constituyéndose en la primera mujer en asumir el más alto cargo de representación democrática. Posteriormente, otro hito fue la elección del ex presidente Piñera para el período 2010 – 2014 en un hecho que no se constataba desde la elección de Alessandri. En aquel entonces muchas fueron las voces que vaticinaron una refundación de la Concertación, pero eso finalmente no ocurrió y, salvo el cambio de nombre cosmético a Nueva Mayoría sumado a la incorporación del PC al pacto electoral, el conglomerado retornó nuevamente al poder bajo el alero de su principal capital político el cual, y por segunda ocasión, ungía a Bachelet con la banda presidencial para el período 2014 – 2018.

Este 2014 no ha estado exento de vibraciones, especialmente en el ámbito del debate sobre las reformas impulsadas por el Ejecutivo donde el choque de posturas e ideologías ha hecho que la convivencia al interior del oficialismo no sea de las mejores. De hecho, y a pesar de obtener un alto respaldo en las elecciones presidenciales de 2013, la Nueva Mayoría ha visto mermada su adhesión ciudadana impactando tanto al gobierno como a su principal líder.

En este escenario han ido surgiendo nuevos referentes que han remecido las estructuras del establishment tradicional encasillado en izquierda o derecha. Es así como, por ejemplo, Fuerza Pública y Amplitud sorprendieron a la clase política y al país elaborando una propuesta conjunta sobre reformas políticas, poniendo especial énfasis en los temas de financiamiento y transparencia de las campañas y partidos políticos. El hecho, que no dejó indiferente a nadie generando todo tipo de epítetos y opiniones, ciertamente se convirtió en un hito que podría prever el surgimiento y consolidación de un tercer referente, un bloque político que se sitúe en el denominado centro y permita, por ejemplo, que muchos de las/los electores que se abstuvieron de participar en los comicios del 2013 vislumbren una oportunidad para ejercer su derecho y deber cívico. Es cierto, aún no hay nada concreto, pero ¿es acaso descabellado pensarlo más aún en un escenario de orfandad del centro político y la reforma al sistema electoral?

Desde el punto de vista de la Ciencia Política el denominado “centro” es la idea de un conjunto de partidos, políticas e ideologías que se caracterizan por ser intermedias permitiendo la convergencia de posiciones que favorezcan la democracia representativa en un escenario sociopolítico sustentado en políticas de consenso y diálogo racional permitiendo, paulatinamente, mejorar el proceder de los individuos y, a través de ello, la sociedad en su conjunto. Esto se traduce, por ejemplo, en la oportunidad de maximizar la libertad de acción de los individuos, trasfiriéndoles poder a fin de que desarrollen su potencial humano. Además favorece la participación ciudadana en el proceso político, sumado a la valorización de las virtudes civiles y profesionales en un eje de fortalecimiento de comunidades basadas en relaciones recíprocas que originen valor mutuo que sea complementario con la promoción de decisiones conscientes. En la práctica, se piensa que los gobiernos o coaliciones implementan programas cercanos al centro político por ser el punto en el que se sitúa la mayoría de la sociedad, incluyendo a quienes no suelen participar activamente en política.

Lo aquí expuesto es sólo una pincelada y apertura para el debate en un concepto que considera opiniones tanto a favor como en contra. No obstante habrá que ponerle ojo a lo que ocurra en la disputa por el denominado centro, en un movimiento de placas que está lejos de terminar. Mal que mal, nuestra geografía se caracteriza por ser sísmica y, en este sentido, la política no es la excepción.

Rodrigo Durán Guzmán

Magíster © Comunicación Internacional. Universidad Diego Portales

Diplomado en Comunicación Corporativa. Pontificia Universidad Católica de Chile

Periodista. Universidad Diego Portales.

Integrante de la Comisión de Educación y del Comité de Profesionales. Movimiento Amplitud

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