Diario y Radio Universidad Chile

Año XVI, 28 de marzo de 2024


Escritorio

La miseria humana


Lunes 23 de febrero 2015 9:30 hrs.


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Señor Director:

Hace un par de semanas atrás, terminé de leer una de las obras completas de ese gran escritor austriaco que fue Stefan Zweig “Memorias y Ensayos”, donde describe con lujo de detalle, la persecución implacable, no solamente contra el pueblo judío al cual él perteneció, sino que también a gitanos, homosexuales, ancianos y jóvenes enfermos, inválidos, negros y todo aquel que no perteneciera a la “raza aria”. Para tal efecto, se recurrió a la desinformación a través de la prensa y los medios de comunicación del régimen nazi, que se encargó de sembrar el odio irracional contra estos grupos sociales, y que desató el racismo en su máxima expresión, la xenofobia, la homofobia, el clasismo en definitiva, la barbarie. El artífice de esta “obra” de envenenar y envilecer las conciencias, fue como sabemos, el Ministro de Propaganda Joseph Goebbels, amigo íntimo de Adolf Hitler.

Si retrocedemos en el tiempo y la historia, también la Revolución Francesa fue atacada desde dentro y fuera, con la complicidad de algunos pretendidos “progresistas” pagados por la agonizante monarquía de Luis XVI, donde el arma del hambre fue esgrimida por sus más enconados enemigos . A tal punto que Robespierre el 2 de diciembre de 1793, se dirigió a la Asamblea Nacional, diciendo: “La escasez actual es ficticia(….)y la libertad de comercio es necesaria, hasta que la codicia homicida comienza a abusar de ella(….) no es necesario que yo pueda comprar lujosas telas; pero tengo que ser suficientemente rico, como para comprar pan para mí, y mis hijos. El negociante bien puede guardar en sus bodegas las mercancías que el lujo y la vanidad desean, hasta encontrar el momento en que puede venderlas al mejor precio posible; pero ningún hombre, tiene el derecho de acumular montañas de trigo, al lado de su prójimo que muere de hambre”.

Dicho esto, vemos que hoy como ayer la manipulación de la conciencia, es de muy antiguo. En nuestro continente tenemos el drama de Venezuela, hermana nación que lucha denodadamente para liberarse de la hegemonía Imperial, lograr la segunda independencia la económica, y consolidar la Revolución Bolivariana. Pero, al igual que Allende, el proceso de cambios estructurales le ha granjeado ingentes y poderosos enemigos desde dentro y fuera. Y para vergüenza de nosotros los chilenos, muchos de nuestra “clase política” no se han quedado callados y juntos a los plumíferos tarifados el Imperio, forman parte de este criminal complot a nivel mundial encabezado por EE.UU., para derrocar al gobierno Constitucional del presidente Maduro. Vemos con horror y honda preocupación, que el arte de la mentira de la cual fue maestro Joseph Goebbels, sigue siendo un arma letal, ahora en manos de los “progresistas”, devenidos en falsos demócratas.
De la derecha, sabemos cual es su ideología y su pensamiento; pero, lo que realmente sorprende, es constatar con preocupación que, la hija del presidente mártir Isabel Allende presidenta del Senado, también se ha sumado a la condena planificada contra Venezuela, solidarizando con el alcalde de Caracas Antonio Ledezma. Junto a ella, se han sumado alcaldesa Carolina Tohá, el senador Juan Pablo Letelier, Andrés Zaldivar, por nombrar algunos. Todos, presionando en forma grosera al gobierno de la presidenta Bachelet, para que condene, la “dictadura” de Maduro. Al respecto, Zaldivar en declaraciones a El Mercurio, señaló que “estamos frente a un pequeño dictadorzuelo, con cáscara de demócrata”. Al parecer, Zaldivar y todos los que piden las penas del infierno contra Maduro, no están enterados u, ocultan la “trayectoria política” del alcalde de Caracas.

Según las autoridades venezolanas, Antonio Ledezma el burgomaestre y militante de la opositora Alianza Bravo Pueblo, tiene un largo y nutrido prontuario violentista a quien el Ministerio Público, le imputa delitos de conspiración, y por organizar acciones desestabilizadoras contra el Gobierno Constitucional de Venezuela. Muchos parecen desconocer que este alcalde, participó en la masacre del caracazo en 1989 y, la “clase política” chilena, tampoco. No es una persona “seria pacifica, y demócrata”, como lo señala Zaldivar. En cualquier país democrático, la conspiración, la sedición y todo intento por desconocer el Estado de Derecho para luego dar un golpe de Estado, es un delito de suma gravedad que, en algunos países, se paga con la pena de muerte y esto, lo sabemos todos. ¿Por qué Pinochet vaciló tanto hasta el extremo de que sus pares golpistas les costó demasiado convencerlo? Él, sabía perfectamente a lo que se exponía; no por nada, les dijo ya al final cuando terminaron por convencerlo: ” Ustedes saben que en esto, se nos puede ir la vida”.

Lo que la gran mayoría de los chilenos y chilenas queremos, es tener una democracia plena. Para esto, es necesario cambiar la actual Constitución que nos rige desde 1980 llamar a plebiscito para una Asamblea Constituyente, y refrendar una Nueva Carta Magna. Es la única forma de un recambio en el Congreso con rostros nuevos, ideas y proyectos claros, que nos representen legítimamente y que abogue por la integración continental. Es hora que la actual clase política que nada ha aprendido de la Historia, se vaya a los cuarteles de invierno porque, cumplió su ciclo y ha llevado al país al borde del fascismo.

Le saluda cordialmente,

Eduardo Villegas.-

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