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Año XVI, 19 de abril de 2024


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Queda todo por inventar


Lunes 2 de marzo 2015 11:22 hrs.


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Desde los años 30 y hasta 1973 la sociedad chilena se había estructurado a través de grandes partidos de masas y de una sindicalización creciente tanto en las ciudades como en el campo.

De esta manera se habìa formado una sociedad polìtica en la que muy grandes sectores de la poblaciòn se podìan reconocer y en la que incluso los màs postergados, que eran numerosos entre los obreros , los campesinos y los pobladores, podìan contar con organizaciones sociales para movilizarlos, defenderlos o representarlos.

Esta evoluciòn de nuestro paìs habìa aparecido a la época como un neto progreso en el contexto de nuestro subcontinente y en muchas regiones del mundo se nos miraba con curiosidad cuando no era con una franca admiraciòn.

El golpe de estado hizo sonar el tañido fùnebre de la realidad de entonces y los gobiernos que le sucedieron, escorias del pasado, han seguido tocando los lùgubres campanazos que enterraron definitivamente ese periodo.

Asì, en el lugar de esa sociedad polìtica fenecida hoy no queda màs que un enorme vacìo pues los que hablan de proyecto-paìs lo hacen usando un lenguaje de empresa y los que quieren hacernos creer en un proyecto polìtico innovador no convencen.

Allì està la abstenciòn masiva que se ha convertido en un mal nacional endémico.

Nuestro paìs se encuentra pues en una encrucijada en la que todo està por inventarse y el camino parece particularmente largo y difìcil. Largo y difìcil pues no poseemos muchos de los elementos que en ciertos paìses vecinos han permitido dar un impulso vital a los pueblos.

Asì, un ejemplo entre otros, tanto en Bolivia como en Ecuador , que por talla son pròximos de Chile, unas corrientes ìndigenas, medioambientalistas y de izquierda no tradicional se han aliado para generar gobiernos verdaderamente nacionales que han dado una nueva vida a la soberanìa popular.

Muy poco o casi nada de ello existe en nuestro paìs, salvo las movilizaciones mapuches que ponen el énfasis, legìtimamente, en la recuperaciòn de sus tierras.

En cuanto al movimiento estudiante que habìa reanimado algo nuestra aletargada sociedad, él parece haber perdido un poco de su dinamismo y de su unidad.

Queda pues casi todo por hacer y por inventar pues no hay receta que valga y el pasado no nos sirve para mucho , salvo quizàs para recordarnos que la particularidad de nuestro pueblo habìa sido siempre la de organizarse en todos los dominios y utilizar todas las formas de asociaciòn que permiten ser menos débil cuando se es desprotegido y cuando nuestros enemigos son tan enormes.

José Cañas C.

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