“Prometer que vamos a reducir la desigualdad sin alterar el modelo económico es una utopía”, afirmó el economista de Fundación Sol, Marco Kremerman, en conversación con Patricio López en el Tema del Día.
El especialista afirmó que se observan diferencias importantes entre la declaración de intenciones del Gobierno y las acciones que se emprender para cumplirlas, lo que se observa claramente en el proyecto de ley de Reforma Laboral, que, en esencia, “no modifica nada sustantivo”.
“Uno podría compartir la filosofía del proyecto de ley cuando apunta a la idea de fortalecer los sindicatos, aumentar la negociación colectiva. Sin embargo, cuando uno ve cuáles son las herramientas que se proponen para cumplir estos objetivos, uno se da cuenta de que no tienen ninguna relación”, afirmó.
Kremerman añadió que con el cambio de gabinete se precisó que no se abordarían las indicaciones que tenían que ver con la negociación interempresa o por rama, e incluso se les declaró inadmisibles. Además, criticó que no se consagre la huelga efectiva como derecho, porque la eliminación del reemplazo se compensa con el deber del sindicato de proporcionar servicios mínimos para que la empresa pueda operar.
Además, cuestionó el rol de los empresarios en el debate. Sobre todo, por su posición detractora a las reformas. Sobre el fortalecimiento sindical, dijo que “se trata de sacarlos de la Cuarta División en término de derechos colectivos, porque hay sólo un ocho por ciento de negociación colectiva, con reemplazo en huelga y otros elementos que instaló el Plan Laboral de 1097 creado en dictadura y que jamás fue tocado por los gobiernos posteriores”.
El economista afirmó que esta amenaza estará presente en cualquier momento, en un ciclo económico positivo o uno más bajo como éste, porque, para los empresarios, una reforma equilibrada pasa por seguir obteniendo la tasa de ganancia de las últimas décadas, lo que tiene a Chile como el país más desigual de la OCDE. “En 21 de los 23 países existe al menos la posibilidad de negociar por sector económico o por rama. Esto es muy importante porque los empresarios dicen que la negociación por rama es injusta porque no se pueden imponer las condiciones de las empresas grandes a las pequeñas, lo que es una falacia”, sostuvo el especialista.