Media hora como espectadores y media hora como participantes. Esa es la medida para el público al que está dirigida Melodías en el aire, la tercera parte de una trilogía que la compañía Aranwa ha trabajado enfocada en la primera infancia, es decir, hasta cinco años.
El montaje, dirigido por Layla Raña, es la secuela de Bañador y Floresta, obras que se centraban en elementos de la naturaleza como el agua, la tierra y el bosque. Ahora, el foco está en el aire y en la música.
Para eso, la compañía cuenta la historia de tres niños que están jugando y comienzan a escuchar los sonidos del aire, a través de los cuales comienzan a viajar. Según Layla Raña, sin embargo, esto no es lo más relevante de la obra: “Cómo hacemos lo que hacemos es mucho más importante que la historia”, dijo.
“Siempre hay un hilo conductor, pero es simple: es un viaje por el mundo, hasta llegar a las estrellas, y luego de vuelta a la plaza donde los niños están jugando. Ese hilo conductor no queda tan claro en sí en la historia, porque es un viaje por la música, entonces es la música lo que va uniendo, guiando, generando imágenes y sensaciones. Además, vamos teniendo elementos que estimulen al niño: que quiera mirar, tocar, jugar”, explicó en el programa Radiópolis de Radio Universidad de Chile.
Es por esto que en la primera parte los niños son solo espectadores, pero luego pueden ingresar al escenario e interactuar con los personajes y elementos de la escenografía.
Las funciones se realizarán en el marco del Festival de Teatro Familiar Internacional Famfest, cuya octava edición se inaugura a las 11 de la mañana de este domingo en el frontis del Teatro Municipal de Santiago, con un concierto de Mazapán.
En ese sentido, Layla Raña destacó dos cosas: que este tipo de teatro ha crecido en el país y ha dejado de ser mal visto y que en su labor también hay otros factores: “Hacer teatro familiar también es político, finalmente, porque es trabajar con la base de la sociedad, que son los niños que van a crecer”.
“¿Qué les estamos entregando, cuál es el mensaje, cómo les generas emociones y sensaciones? No es porque tenga que ser teatro ‘educativo’, pero es parte de educar, de crear, de conformar y generar lazos. Esa también es una labor política y fundamental. Eso también lo hace el festival, al convocar tantas compañías que trabajan para primera infancia y para niños un poco más grandes”, señaló.
Melodías en el aire se presenta al mediodía de todos los sábados y domingos, hasta el 2 de agosto, en el Centro Cultural Gabriela Mistral. Las entradas tienen valores entre cuatro y seis mil pesos.
Media hora como espectadores y media hora como participantes. Esa es la medida para el público al que está dirigida Melodías en el aire, la tercera parte de una trilogía que la compañía Aranwa ha trabajado enfocada en la primera infancia, es decir, hasta cinco años.
El montaje, dirigido por Layla Raña, es la secuela de Bañador y Floresta, obras que se centraban en elementos de la naturaleza como el agua, la tierra y el bosque. Ahora, el foco está en el aire y en la música.
Para eso, la compañía cuenta la historia de tres niños que están jugando y comienzan a escuchar los sonidos del aire, a través de los cuales comienzan a viajar. Según Layla Raña, sin embargo, esto no es lo más relevante de la obra: “Cómo hacemos lo que hacemos es mucho más importante que la historia”, dijo.
“Siempre hay un hilo conductor, pero es simple: es un viaje por el mundo, hasta llegar a las estrellas, y luego de vuelta a la plaza donde los niños están jugando. Ese hilo conductor no queda tan claro en sí en la historia, porque es un viaje por la música, entonces es la música lo que va uniendo, guiando, generando imágenes y sensaciones. Además, vamos teniendo elementos que estimulen al niño: que quiera mirar, tocar, jugar”, explicó en el programa Radiópolis de Radio Universidad de Chile.
Es por esto que en la primera parte los niños son solo espectadores, pero luego pueden ingresar al escenario e interactuar con los personajes y elementos de la escenografía.
Las funciones se realizarán en el marco del Festival de Teatro Familiar Internacional Famfest, cuya octava edición se inaugura a las 11 de la mañana de este domingo en el frontis del Teatro Municipal de Santiago, con un concierto de Mazapán.
En ese sentido, Layla Raña destacó dos cosas: que este tipo de teatro ha crecido en el país y ha dejado de ser mal visto y que en su labor también hay otros factores: “Hacer teatro familiar también es político, finalmente, porque es trabajar con la base de la sociedad, que son los niños que van a crecer”.
“¿Qué les estamos entregando, cuál es el mensaje, cómo les generas emociones y sensaciones? No es porque tenga que ser teatro ‘educativo’, pero es parte de educar, de crear, de conformar y generar lazos. Esa también es una labor política y fundamental. Eso también lo hace el festival, al convocar tantas compañías que trabajan para primera infancia y para niños un poco más grandes”, señaló.
Melodías en el aire se presenta al mediodía de todos los sábados y domingos, hasta el 2 de agosto, en el Centro Cultural Gabriela Mistral. Las entradas tienen valores entre cuatro y seis mil pesos.
Media hora como espectadores y media hora como participantes. Esa es la medida para el público al que está dirigida Melodías en el aire, la tercera parte de una trilogía que la compañía Aranwa ha trabajado enfocada en la primera infancia, es decir, hasta cinco años.
El montaje, dirigido por Layla Raña, es la secuela de Bañador y Floresta, obras que se centraban en elementos de la naturaleza como el agua, la tierra y el bosque. Ahora, el foco está en el aire y en la música.
Para eso, la compañía cuenta la historia de tres niños que están jugando y comienzan a escuchar los sonidos del aire, a través de los cuales comienzan a viajar. Según Layla Raña, sin embargo, esto no es lo más relevante de la obra: “Cómo hacemos lo que hacemos es mucho más importante que la historia”, dijo.
“Siempre hay un hilo conductor, pero es simple: es un viaje por el mundo, hasta llegar a las estrellas, y luego de vuelta a la plaza donde los niños están jugando. Ese hilo conductor no queda tan claro en sí en la historia, porque es un viaje por la música, entonces es la música lo que va uniendo, guiando, generando imágenes y sensaciones. Además, vamos teniendo elementos que estimulen al niño: que quiera mirar, tocar, jugar”, explicó en el programa Radiópolis de Radio Universidad de Chile.
Es por esto que en la primera parte los niños son solo espectadores, pero luego pueden ingresar al escenario e interactuar con los personajes y elementos de la escenografía.
Las funciones se realizarán en el marco del Festival de Teatro Familiar Internacional Famfest, cuya octava edición se inaugura a las 11 de la mañana de este domingo en el frontis del Teatro Municipal de Santiago, con un concierto de Mazapán.
En ese sentido, Layla Raña destacó dos cosas: que este tipo de teatro ha crecido en el país y ha dejado de ser mal visto y que en su labor también hay otros factores: “Hacer teatro familiar también es político, finalmente, porque es trabajar con la base de la sociedad, que son los niños que van a crecer”.
“¿Qué les estamos entregando, cuál es el mensaje, cómo les generas emociones y sensaciones? No es porque tenga que ser teatro ‘educativo’, pero es parte de educar, de crear, de conformar y generar lazos. Esa también es una labor política y fundamental. Eso también lo hace el festival, al convocar tantas compañías que trabajan para primera infancia y para niños un poco más grandes”, señaló.
Melodías en el aire se presenta al mediodía de todos los sábados y domingos, hasta el 2 de agosto, en el Centro Cultural Gabriela Mistral. Las entradas tienen valores entre cuatro y seis mil pesos.
