En el marco de la discusión de la Reforma Laboral en el Senado, la cual mañana tendrá una jornada decisiva cuando los miembros de la Cámara Alta voten en general el proyecto que despacharon los diputados, la comisión de Trabajo recibió este martes a distintos representantes de gremios y centros de estudio que fueron a entregar su opinión y alcances sobre la iniciativa.

Temas como la titularidad sindical, la extensión de beneficios de una negociación, el reemplazo en huelga, los pactos de adaptabilidad, entre otros son los que han generado controversia tanto en el mundo político como en el laboral, y que fueron planteados en esta ronda de exposiciones en la comisión de Trabajo del Senado.

Entre quienes asistieron al comité de senadores se encuentran dos ex ministros de Hacienda, Andrés Velasco y Felipe Larraín, así como el vicepresidente de la CUT Nolberto Díaz por parte de los trabajadores, quien manifestó su preocupación en relación con el derecho a huelga en las empresas consideradas estratégicas, ya que tanto el Código del Trabajo vigente, como la actual Reforma Laboral se les prohíbe a quienes allí laboran que la puedan ejercer.

Díaz llamó la atención sobre uno de los puntos en los cuales este proyecto presenta otra de sus deudas, a su juicio, y esto tiene que ver con la subcontratación, tema que ha sido portada en estas semanas a partir de las protestas que llevan a cabo trabajadores del cobre, y que costaron la vida de Nelson Quichillao, operario contratista de la División El Salvador de Codelco, quien recibió disparos de parte de Fuerzas Especiales en una jornada de protestas.

“Lo que ha habido en Chile es flexibilidad sin sindicato, y eso ha sido sinónimo de abuso. Y eso es lo que nosotros condenamos, porque nosotros no nos negamos a que discutamos todo, pero permitan la negociación ramal, permitan que no haya subcontrato. O sea, cómo es posible que en el Senado de la República esté subcontratado el trabajo de aseo. Las trabajadoras del aseo en el Senado es un subcontrato. Esas señoras están condenadas a vivir en la pobreza toda su vida. Entonces, qué hace el Senado: abarata costos. Con quién: con las trabajadoras. Para que eso no pase, tenemos que tener negociación ramal. O las metemos a la planta del Senado, y son funcionarias públicas, que es lo que corresponde, o les permitimos a ese tipo de trabajadores que puedan negociar ramalmente”.

Misma impresión manifestó hace algunos días el senador independiente Pedro Araya, para quien la subcontratación es un “forado” que tiene el proyecto: “Lo que ha ocurrido con Codelco grafica lo que hemos señalado en el proyecto de Reforma Laboral: tenemos un forado en el proyecto que es la subcontratación. Si no lo resolvemos, la situación de Codelco se va a repetir en el sector forestal, en el retail, etc. Hay que trabajar en una norma que nos permita regular la negociación de los subcontratistas y los mandantes”.

Nolberto Díaz recordó las palabras del presidente de la Corte Suprema, Sergio Muñoz, quien en un seminario académico manifestó que “el debate de estos meses tiene su origen y explicación en las medidas de corte neoliberal que entraron a regir 35 años atrás”, y criticó que hasta ahora, las modificaciones al Código del Trabajo sólo han sido meros “retoques” que no han transformado las relaciones laborales de manera importante. Para Díaz la posición asumida por el titular del máximo tribunal, es decidora para entender la necesidad de que se haga una profunda reforma al sistema laboral.

Desde la Nueva Mayoría, el senador independiente pro Partido Radical, Alejandro Guillier, si bien coincidió con la CUT en el sentido que en esta iniciativa legal faltan algunas importantes aspiraciones del mundo laboral, valora que se reconozca la universalidad de los derechos laborales, así como la titularidad sindical y la regulación de la extensión de los beneficios de las negociaciones sindicales.

“Reconocer que los derechos de los trabajadores son universales, por lo tanto no se discrimina entre grande, pequeña y mediana. Eso es correcto en general. Naturalmente, uno puede pensar en la pequeña o micro empresa, de veinte trabajadores o menos, algunos estatutos adicionales como mesas de negociación tripartitas, con apoyo permanente de la Dirección del Trabajo, agencias de mediación previas. Esas cosas pueden ser razonables para la pequeña empresa, pero el trabajador tiene derecho a sindicalizarse y a negociar colectivamente en forma universal”.

En tanto, el ex Ministro de Hacienda del Presidente Piñera, y actual director del Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales de la Universidad Católica (Clapes UC), Felipe Larraín, sostuvo que es necesario que esta iniciativa incluya la posibilidad de extender los beneficios que un sindicato obtenga a los trabajadores no sindicalizados, siendo esta una de los reparos más expuesto por el empresariado, para quienes esta reforma es pro sindicato.

“Extender los beneficios de la negociación colectiva a los trabajadores no sindicalizados, que son justamente los más vulnerables. Incluso, en varios países de la OCDE es obligatoria la extensión de los beneficios. Este proyecto establece que el sindicato tiene un poder de veto. Que se extienda, no en forma automática, pero que no tenga un veto el sindicato, sino que pueda ser extendida, y que su extensión no sea considerada una práctica antisindical”.

Por su parte, el presidente de la Confederación Nacional de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Conapyme), Rafael Cumsille, señaló que para las Pymes es necesario flexibilizar la posibilidad de realizar reemplazos durante las huelgas, ya que de otra manera, considera que se condena a muerte a estas empresas: “Si usted realiza, por ejemplo, una paralización de actividades en una pequeña empresa, simplemente es lo mismo que darle la hoja de defunción”.

Este miércoles se realizará la votación en general del proyecto de Reforma Laboral en el Senado, en donde se espera que la Nueva Mayoría apruebe la iniciativa, no obstante, desde los trabajadores adelantan que la discusión posterior en particular de la iniciativa, será cuando se levanten las controversias y visiones encontradas, incluso al interior del oficialismo.