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Organizaciones ambientales critican a FAO por promover monocultivos forestales

En Sudáfrica se desarrolla el décimo cuarto Congreso Mundial Forestal, organizado por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación (FAO). La reunión pone el acento en la necesidad de que los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil impulsen la inversión en los bosques como un elemento clave para el desarrollo sostenible. Sin embargo, organizaciones socioambientales latinoamericanas están levantando una fuerte crítica al planteamiento del organismo.

Paula Correa

  Martes 8 de septiembre 2015 20:21 hrs. 
Monocultivos forestales

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“Bosques y Gente: Invertir en un Futuro Sostenible”, es el lema de la reunión internacional que se desarrolla durante toda esta semana en Sudáfrica.

En el décimo cuarto Congreso Mundial Forestal organizado por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), se debaten las formas de aprovechar el potencial de los bosques para sacar a la población rural de la pobreza, amortiguar el cambio climático y desarrollar nuevas tecnologías y productor renovables.

Sin embargo, la Red Latinoamericana contra los Monocultivos de Árboles (Recoma) se hizo presente planteando una serie de dudas. Las organizaciones sostienen que se está desperdiciando una oportunidad de poner el énfasis en la defensa de los bosques nativos, mientras, al contrario, se impulsa la expansión de los monocultivos, lo que sólo beneficia a la industria forestal.

Natalia Bonilla, representante de Acción Ecológica Ecuador, afirmó que se están adoptando políticas que confunden al mundo, porque reconocen y mezclan el concepto de “bosque nativo” con “plantaciones artificiales e industriales”.

La crítica central es a cómo la FAO buscaría resguardar la soberanía alimentaria a lo largo del mundo: “Se están ocupando tierras fértiles con estas plantaciones forestales. Es decir, vemos que hay una política contradictoria, o siendo más radical, esquizofrénica por parte de una organización que está destinada a vigilar la soberanía alimentaria y, lo que está haciendo, es incentivar los monocultivos que atentan contra ella”.

La especialista afirmó que en su país se están potenciando especies exóticas que generan fuertes impactos sobre el agua y la fertilidad de los suelos, lo que gatilla el desplazamiento de comunidades indígenas. Este modelo se ha dado con mucha fuerza en países vecinos como Chile, donde una de las consecuencias es el conflicto con el pueblo mapuche.

Para ella, “lastimosamente la FAO está cediendo a las presiones de los intereses económicos y de las grandes empresas forestales”, lo que es riesgoso, ya que estas plantaciones también potencian la generación de los incendios forestales. Este es otro punto en contra de la tesis que mantiene el organismo, sobre que la siembra de monocultivo forestal sería una solución al cambio climático, explicó.

El argumento de la Organización para incentivar los monocultivos y disminuir así los efectos del cambio climático es que estos capturarían carbono y gases de efecto invernadero, teoría que refutó Lucio Cuenca, director del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA).

“Eso también es una política muy criticada. El monocultivo forestal no es una herramienta para la lucha contra el cambio climático, porque son siembras de árboles que viven y capturan carbono en una temporada muy estrecha de tiempo y cuando se industrializan, cuando se talan, se vuelve a liberar ese carbono, por lo tanto, el aporte que hacen es cero”, afirmó.

Por eso, las organizaciones sostienen como consigna que “las plantaciones no son bosques”, idea que cobrará aún más fuerza este 21 de septiembre, en el Día Internacional de la Lucha contra los Monocultivos de Árboles.

Ese día, aseguran, las organizaciones buscan hacerle frente a la lógica extractivista internacional que ampara este pensamiento y que afecta a todo el mundo, desde Latinoamérica a Medio Oriente y a la misma África, donde hoy se realiza este encuentro.

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