Nuevo documento compromete a cardenal Errázuriz en defensa de Karadima
Durante una reunión realizada el 31 de mayo de 2010, el ex arzobispo de Santiago, junto a cuatro obispos cercanos al ex párroco de El Bosque, recriminaron a monseñor Alejandro Goic por dudar de su inocencia ante las denuncias de abusos sexuales. Además, detallaron la estrategia a seguir, que consistía en llegar hasta El Vaticano y evitar posibles sanciones para el cuestionado sacerdote.
Martes 15 de septiembre 2015 21:01 hrs.
La semana pasada se conocieron los correos electrónicos que intercambiaron el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, con el también cardenal y antecesor de éste, Francisco Javier Errázuriz.
En ellos se buscaba que el sacerdote jesuita Felipe Berríos no asumiera como capellán de La Moneda. Pero no sólo eso. También manifestaban su preocupación por las consecuencias que podría generar para la Iglesia Católica el que Juan Carlos Cruz se incorporara a la Comisión Pontificia de Previsión de abusos sexuales, instancia creada por el papa Francisco en 2010.
Esto, considerando que se trata de una de las víctimas del sacerdote Fernando Karadima, cuyas declaraciones y revelaciones han apuntado directamente a Ezzati y Errázuriz como responsables de encubrir los hechos y ocultar información.
Precisamente en el contexto de ese caso, un nuevo documento publicado por The Clinic Online agudiza aún más la compleja situación que viven las autoridades de la Iglesia Católica chilena. Esta vez, el nombre de Francisco Javier Errázuriz vuelve a repetirse en sus intentos por proteger al ex párroco de El Bosque.
Se trata de una reunión celebrada el 31 de mayo de 2010. En ella, monseñor Alejandro Goic llegaba precedido de sus declaraciones en la prensa en las que dudaba sobre la inocencia de Karadima. Ahí se encontró con el actual obispo de Osorno, Juan Barros Madrid; el obispo de Linares, Tomislav Koljatic Maroevic; el obispo de Talca, Horacio Valenzuela Abarca; el obispo auxiliar, Andrés Arteaga Manieu; y el cardenal Francisco Javier Errázuriz. Todos ellos sumamente cercanos a Fernando Karadima.
Justamente durante la reunión le exigieron explicaciones a Goic por sus declaraciones. Pero también manifestaron la necesidad de proteger al cuestionado sacerdote de las denuncias de abusos sexuales. La estrategia consistía en no atacar a los denunciantes, al mismo tiempo que realizar ciertas acciones que permitieran evitar un daño a la Iglesia.
La preocupación de Errázuriz y los cuatro obispos apuntaba también a la deteriorada imagen sufrida por Karadima, criticando al programa Informe Especial de homologar su caso con el de personajes como Paul Schäfer, fundador de Colonia Dignidad, y Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo.
Según el documento, el gran objetivo sería llegar hasta El Vaticano, pero evitar las posibles sanciones. Por ello, en ningún caso debía darse paso a un juicio civil, sino que a otro de carácter canónico.
La semana pasada se conocieron los correos electrónicos que intercambiaron el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, con el también cardenal y antecesor de éste, Francisco Javier Errázuriz.
En ellos se buscaba que el sacerdote jesuita Felipe Berríos no asumiera como capellán de La Moneda. Pero no sólo eso. También manifestaban su preocupación por las consecuencias que podría generar para la Iglesia Católica el que Juan Carlos Cruz se incorporara a la Comisión Pontificia de Previsión de abusos sexuales, instancia creada por el papa Francisco en 2010.
Esto, considerando que se trata de una de las víctimas del sacerdote Fernando Karadima, cuyas declaraciones y revelaciones han apuntado directamente a Ezzati y Errázuriz como responsables de encubrir los hechos y ocultar información.
Precisamente en el contexto de ese caso, un nuevo documento publicado por The Clinic Online agudiza aún más la compleja situación que viven las autoridades de la Iglesia Católica chilena. Esta vez, el nombre de Francisco Javier Errázuriz vuelve a repetirse en sus intentos por proteger al ex párroco de El Bosque.
Se trata de una reunión celebrada el 31 de mayo de 2010. En ella, monseñor Alejandro Goic llegaba precedido de sus declaraciones en la prensa en las que dudaba sobre la inocencia de Karadima. Ahí se encontró con el actual obispo de Osorno, Juan Barros Madrid; el obispo de Linares, Tomislav Koljatic Maroevic; el obispo de Talca, Horacio Valenzuela Abarca; el obispo auxiliar, Andrés Arteaga Manieu; y el cardenal Francisco Javier Errázuriz. Todos ellos sumamente cercanos a Fernando Karadima.
Justamente durante la reunión le exigieron explicaciones a Goic por sus declaraciones. Pero también manifestaron la necesidad de proteger al cuestionado sacerdote de las denuncias de abusos sexuales. La estrategia consistía en no atacar a los denunciantes, al mismo tiempo que realizar ciertas acciones que permitieran evitar un daño a la Iglesia.
La preocupación de Errázuriz y los cuatro obispos apuntaba también a la deteriorada imagen sufrida por Karadima, criticando al programa Informe Especial de homologar su caso con el de personajes como Paul Schäfer, fundador de Colonia Dignidad, y Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo.
Según el documento, el gran objetivo sería llegar hasta El Vaticano, pero evitar las posibles sanciones. Por ello, en ningún caso debía darse paso a un juicio civil, sino que a otro de carácter canónico.
La semana pasada se conocieron los correos electrónicos que intercambiaron el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, con el también cardenal y antecesor de éste, Francisco Javier Errázuriz.
En ellos se buscaba que el sacerdote jesuita Felipe Berríos no asumiera como capellán de La Moneda. Pero no sólo eso. También manifestaban su preocupación por las consecuencias que podría generar para la Iglesia Católica el que Juan Carlos Cruz se incorporara a la Comisión Pontificia de Previsión de abusos sexuales, instancia creada por el papa Francisco en 2010.
Esto, considerando que se trata de una de las víctimas del sacerdote Fernando Karadima, cuyas declaraciones y revelaciones han apuntado directamente a Ezzati y Errázuriz como responsables de encubrir los hechos y ocultar información.
Precisamente en el contexto de ese caso, un nuevo documento publicado por The Clinic Online agudiza aún más la compleja situación que viven las autoridades de la Iglesia Católica chilena. Esta vez, el nombre de Francisco Javier Errázuriz vuelve a repetirse en sus intentos por proteger al ex párroco de El Bosque.
Se trata de una reunión celebrada el 31 de mayo de 2010. En ella, monseñor Alejandro Goic llegaba precedido de sus declaraciones en la prensa en las que dudaba sobre la inocencia de Karadima. Ahí se encontró con el actual obispo de Osorno, Juan Barros Madrid; el obispo de Linares, Tomislav Koljatic Maroevic; el obispo de Talca, Horacio Valenzuela Abarca; el obispo auxiliar, Andrés Arteaga Manieu; y el cardenal Francisco Javier Errázuriz. Todos ellos sumamente cercanos a Fernando Karadima.
Justamente durante la reunión le exigieron explicaciones a Goic por sus declaraciones. Pero también manifestaron la necesidad de proteger al cuestionado sacerdote de las denuncias de abusos sexuales. La estrategia consistía en no atacar a los denunciantes, al mismo tiempo que realizar ciertas acciones que permitieran evitar un daño a la Iglesia.
La preocupación de Errázuriz y los cuatro obispos apuntaba también a la deteriorada imagen sufrida por Karadima, criticando al programa Informe Especial de homologar su caso con el de personajes como Paul Schäfer, fundador de Colonia Dignidad, y Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo.
Según el documento, el gran objetivo sería llegar hasta El Vaticano, pero evitar las posibles sanciones. Por ello, en ningún caso debía darse paso a un juicio civil, sino que a otro de carácter canónico.
