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Gabriela Mistral by Zondek

¿Qué es lo que tiene este libro que lo hace diferente a otras antologías? Pues el hecho de que la poeta Verónica Zondek hizo un “re-ordenamiento intencionado de sus poemas”, menos racional y utilitario, más gozoso e intuitivo.

Vivian Lavín

  Viernes 15 de julio 2016 13:30 hrs. 
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Puede resultar fácil justificar en el país del ninguneo por qué nada se ha dicho de la publicación de la gruesa antología que preparó Verónica Zondek de la poesía de Gabriela Mistral. Fácil porque ya sabemos que en Chile los espacios destinados a la cultura son muy acotados y responden a lógicas que pasan por el mercadeo, la frivolidad, cierta ideología y también al influjo de algunos grupos y grupitos de interés de variada índole. Pero, sobre todo, por la escasa diversidad de medios de comunicación, una situación que hiere de manera medular a nuestra democracia y que la viene horadando sin que se haga mucho por paliarla.

Un panorama desolador para el ejercicio de una garantía fundamental como es el derecho a la información. ¿Qué tiene que ver esto con la poesía y con Gabriela Mistral? Pues mucho, porque justamente la ignorancia de lo que se está publicando hace que se profundice esa sensación de que aquí no pasa nada, de que la gente no hace nada y que ya no tenemos remedio. Un panorama ideal para los catastrofistas que piensan que después de ellos ya no quedará nada en pie y que todo inexorablemente es para peor. Menos mal que para refutarlos llega la misma Gabriela Mistral, esa que tuvo una relación de amor/odio con Chile y cuya obra y figura crecen con el tiempo a pesar de la magra divulgación que se hace de su legado. Se trata del libro Gabriela Mistral. Poesía reunida. Mi culpa fue la palabra editado por Lom Ediciones y que fue financiado por el Fondo del Libro, que nos lleva de nuevo al problema anterior, el de la diversidad informativa e interpela al mismo Estado cuando, por una parte destina recursos para la publicación de obras de gran valor, mientras por otra las ignora y no crea espacios de difusión cultural que den cuenta de este esfuerzo.

¿Qué es lo que tiene este libro que lo hace diferente a otras antologías? Pues el hecho de que la poeta Verónica Zondek hizo un “re-ordenamiento intencionado de sus poemas”, menos racional y utilitario, más gozoso e intuitivo. Dice que es una “lectora apasionada y obsesiva aunque bastante desordenada”, pulsiones vitales que le permitieron asumir la tarea de leer y releer a nuestra Premio Nobel con soltura e irreverencia, con sensibilidad e intuición femenina. Por eso que el prólogo con el que lo abre titulado Asunto de intuición lo dedica a explicar su tesis que dice que los libros que Gabriela Mistral publicó en vida no son unidades autónomas unas de otras. Que esos libros que llegaron a publicarse con la poesía de Gabriela con los bellos títulos de Desolación, Ternura, Tala y Lagar, responden a una agrupación temporal, pero no temática. ¿De dónde sacó esta tesis? Pues de la antología que se hiciera de su obra en el año 1958 en la Biblioteca Premios Nobel que preparara la profesora y amiga de Gabriela, Margarete Bates. Esa edición tenía la particularidad de que la obra de Gabriela Mistral estaba ordenada temáticamente y fue trabajada de manera estrecha con la poeta.

De modo que lo que hizo Verónica Zondek, casi 60 años después, fue seguir la huella de Bates y a través de ella, descubrir nuevos sentidos y lecturas de los poemas de Gabriela. Y los agrupó en más de 30 temas, entre los que se  cuentan Locas mujeres, Desvaríos, Mujeres griegas, Los hombres, Alucinación, Historias de loca, Jugarretas, Rondas, Canciones de cuna, Ternura, Cuentos, Oficios, Luto, etc. Y es que no es nada descabellado al leer así a  Gabriela Mistral encontrarse con que efectivamente se trata de poemas que leídos en conjunto hablan de una mirada sobre un determinado aspecto y que por supuesto, no estaban acabados, en el sentido que volvía a esas temáticas una y otra vez, en la creación de nuevos poemas como también corrigiendo los anteriores.

Y explica Verónica Zondek: “En esta forma de leer a Mistral no he respetado el orden cronológico de aparición de los libros, aunque sí he mantenido el orden interno de aparición de las secciones en cada uno de los libro hasta ahora publicados”. Que su intención no es la de dialogar con los eruditos sino que “incitar a otro tipo de lecturas y dejar entrar a nuevos y ojalá entusiastas leyentes (…) que es un libro provisorio y perfectible”, “que abra una rendija, una fisura en ya conocida y adusta figura, para que bien la leamos y nos nutramos desde su gran y precaria humanidad poética”.

 

 

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