La destacada maratonista nacional Erika Olivera analizó la realidad del deporte nacional a la luz de los resultados de la delegación chilena en los Juegos Olímpicos de Río 2016.
En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, la atleta declinó juzgar el desempeño de sus compañeros, sin embargo deslizó críticas a las condiciones del país en términos de preparación de deportistas.
Erika Olivera dijo que “Chile no está preparado todavía para ganar una medalla a nivel olímpico, porque no se ha trabajado para eso. No existe un proceso ni un programa para proyectar a un deportista hacia unos Juegos Olímpicos y pensar en una medalla”.
Frente a las comparaciones con potencias deportivas, la maratonista las calificó de “ilógicas”, y declaró que las políticas de Chile en el tema están en un nivel amateur.
La corredora explicó que trabajar en pos de tener logros a nivel olímpico implica “que se creen políticas deportivas a nivel de país, donde se pueda enseñar que el trabajo de llegar a unos Juegos Olímpicos es un proceso de largo plazo”.
Puso sobre la mesa la preocupación de que atletas como Tomás González, Bárbara Riveros o Natalia Ducó hayan tenido una preparación sin el apoyo suficiente del Estado, recalcando el proceso que deben seguir los atletas para llegar a las instancias competitivas internacionales.
“Ellos han hecho un proceso para llegar a unos juegos olímpicos, se han preparado durante años, desde muy pequeños. Pero lo han hecho ellos, con el apoyo de sus familias, con el apoyo –tal vez- de alguna empresa privada. Pero Chile, como Estado, como sociedad, como país, nunca ha hecho nada. No han abordado un trabajo serio y real para que algún deportista como ellos lleguen a estar dentro de los finalistas, por ejemplo”, expresó Erika Olivera.
En relación con las críticas que se realizaron en diversos medios e instancias a la participación de la delegación chilena, la deportista insistió en la calidad amateur del trabajo en Chile, incluso llamando la atención en las condiciones de trabajo que tienen los atletas.
“El deportista en Chile no cuenta todavía con un contrato de trabajo, no tiene una previsión de salud, no hay una pensión. Por lo tanto cómo tenemos cara de exigirles, si nosotros ni siquiera como sociedad somos capaces de reconocer que un deportista es un trabajador dentro de su especialidad”, esgrimió la atleta.
La ex maratonista destacó el trabajo que ha realizado otros países latinoamericanos como Colombia y Cuba, donde existen programas que han permitido mejorar el rendimiento de los deportistas de aquellos países.
Además, Erika Olivera valoró el apoyo expresado por los hinchas que siguieron las competencias a través de los diferentes medios y apuesta a capitalizar el apoyo en un esfuerzo tripartito junto con la empresa privada y el Estado para poder potenciar el trabajo de los deportistas chilenos.
Frente a la reducción de presupuestos anunciada por el gobierno para el Ministerio del Deporte, Erika Olivera opinó que es “una lástima que se pierdan recursos dentro de los proyectos que se han presentado para el deporte”, agregando que la poca perseverancia en impulsar estos proyectos abre la oportunidad para que se critiquen estas iniciativas.
“Yo pienso que no debiese quitarse ese monto al deporte, sino que redistribuirlo en otras actividades, creando programas”. Aseguró que si bien “es feo” hacer comparaciones, señaló que los gastos en asesorías y administración son superiores a los aportes que se hacen a los deportistas. “Un deportista en Chile gana en promedio 470 mil pesos, mientras que un administrativo en Chile gana en promedio arriba de dos millones y medio”, expresó.
Concluyó que en Chile, si se van a redistribuir los recursos, deben destinarse a aumentar becas, crear programas de desarrollos deportivos y fomentar la competitividad entre los atletas con el fin de mejorar el nivel y consolidar una continuidad de rostros para las próximas competiciones.
La destacada maratonista nacional Erika Olivera analizó la realidad del deporte nacional a la luz de los resultados de la delegación chilena en los Juegos Olímpicos de Río 2016.
En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, la atleta declinó juzgar el desempeño de sus compañeros, sin embargo deslizó críticas a las condiciones del país en términos de preparación de deportistas.
Erika Olivera dijo que “Chile no está preparado todavía para ganar una medalla a nivel olímpico, porque no se ha trabajado para eso. No existe un proceso ni un programa para proyectar a un deportista hacia unos Juegos Olímpicos y pensar en una medalla”.
Frente a las comparaciones con potencias deportivas, la maratonista las calificó de “ilógicas”, y declaró que las políticas de Chile en el tema están en un nivel amateur.
La corredora explicó que trabajar en pos de tener logros a nivel olímpico implica “que se creen políticas deportivas a nivel de país, donde se pueda enseñar que el trabajo de llegar a unos Juegos Olímpicos es un proceso de largo plazo”.
Puso sobre la mesa la preocupación de que atletas como Tomás González, Bárbara Riveros o Natalia Ducó hayan tenido una preparación sin el apoyo suficiente del Estado, recalcando el proceso que deben seguir los atletas para llegar a las instancias competitivas internacionales.
“Ellos han hecho un proceso para llegar a unos juegos olímpicos, se han preparado durante años, desde muy pequeños. Pero lo han hecho ellos, con el apoyo de sus familias, con el apoyo –tal vez- de alguna empresa privada. Pero Chile, como Estado, como sociedad, como país, nunca ha hecho nada. No han abordado un trabajo serio y real para que algún deportista como ellos lleguen a estar dentro de los finalistas, por ejemplo”, expresó Erika Olivera.
En relación con las críticas que se realizaron en diversos medios e instancias a la participación de la delegación chilena, la deportista insistió en la calidad amateur del trabajo en Chile, incluso llamando la atención en las condiciones de trabajo que tienen los atletas.
“El deportista en Chile no cuenta todavía con un contrato de trabajo, no tiene una previsión de salud, no hay una pensión. Por lo tanto cómo tenemos cara de exigirles, si nosotros ni siquiera como sociedad somos capaces de reconocer que un deportista es un trabajador dentro de su especialidad”, esgrimió la atleta.
La ex maratonista destacó el trabajo que ha realizado otros países latinoamericanos como Colombia y Cuba, donde existen programas que han permitido mejorar el rendimiento de los deportistas de aquellos países.
Además, Erika Olivera valoró el apoyo expresado por los hinchas que siguieron las competencias a través de los diferentes medios y apuesta a capitalizar el apoyo en un esfuerzo tripartito junto con la empresa privada y el Estado para poder potenciar el trabajo de los deportistas chilenos.
Frente a la reducción de presupuestos anunciada por el gobierno para el Ministerio del Deporte, Erika Olivera opinó que es “una lástima que se pierdan recursos dentro de los proyectos que se han presentado para el deporte”, agregando que la poca perseverancia en impulsar estos proyectos abre la oportunidad para que se critiquen estas iniciativas.
“Yo pienso que no debiese quitarse ese monto al deporte, sino que redistribuirlo en otras actividades, creando programas”. Aseguró que si bien “es feo” hacer comparaciones, señaló que los gastos en asesorías y administración son superiores a los aportes que se hacen a los deportistas. “Un deportista en Chile gana en promedio 470 mil pesos, mientras que un administrativo en Chile gana en promedio arriba de dos millones y medio”, expresó.
Concluyó que en Chile, si se van a redistribuir los recursos, deben destinarse a aumentar becas, crear programas de desarrollos deportivos y fomentar la competitividad entre los atletas con el fin de mejorar el nivel y consolidar una continuidad de rostros para las próximas competiciones.
La destacada maratonista nacional Erika Olivera analizó la realidad del deporte nacional a la luz de los resultados de la delegación chilena en los Juegos Olímpicos de Río 2016.
En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, la atleta declinó juzgar el desempeño de sus compañeros, sin embargo deslizó críticas a las condiciones del país en términos de preparación de deportistas.
Erika Olivera dijo que “Chile no está preparado todavía para ganar una medalla a nivel olímpico, porque no se ha trabajado para eso. No existe un proceso ni un programa para proyectar a un deportista hacia unos Juegos Olímpicos y pensar en una medalla”.
Frente a las comparaciones con potencias deportivas, la maratonista las calificó de “ilógicas”, y declaró que las políticas de Chile en el tema están en un nivel amateur.
La corredora explicó que trabajar en pos de tener logros a nivel olímpico implica “que se creen políticas deportivas a nivel de país, donde se pueda enseñar que el trabajo de llegar a unos Juegos Olímpicos es un proceso de largo plazo”.
Puso sobre la mesa la preocupación de que atletas como Tomás González, Bárbara Riveros o Natalia Ducó hayan tenido una preparación sin el apoyo suficiente del Estado, recalcando el proceso que deben seguir los atletas para llegar a las instancias competitivas internacionales.
“Ellos han hecho un proceso para llegar a unos juegos olímpicos, se han preparado durante años, desde muy pequeños. Pero lo han hecho ellos, con el apoyo de sus familias, con el apoyo –tal vez- de alguna empresa privada. Pero Chile, como Estado, como sociedad, como país, nunca ha hecho nada. No han abordado un trabajo serio y real para que algún deportista como ellos lleguen a estar dentro de los finalistas, por ejemplo”, expresó Erika Olivera.
En relación con las críticas que se realizaron en diversos medios e instancias a la participación de la delegación chilena, la deportista insistió en la calidad amateur del trabajo en Chile, incluso llamando la atención en las condiciones de trabajo que tienen los atletas.
“El deportista en Chile no cuenta todavía con un contrato de trabajo, no tiene una previsión de salud, no hay una pensión. Por lo tanto cómo tenemos cara de exigirles, si nosotros ni siquiera como sociedad somos capaces de reconocer que un deportista es un trabajador dentro de su especialidad”, esgrimió la atleta.
La ex maratonista destacó el trabajo que ha realizado otros países latinoamericanos como Colombia y Cuba, donde existen programas que han permitido mejorar el rendimiento de los deportistas de aquellos países.
Además, Erika Olivera valoró el apoyo expresado por los hinchas que siguieron las competencias a través de los diferentes medios y apuesta a capitalizar el apoyo en un esfuerzo tripartito junto con la empresa privada y el Estado para poder potenciar el trabajo de los deportistas chilenos.
Frente a la reducción de presupuestos anunciada por el gobierno para el Ministerio del Deporte, Erika Olivera opinó que es “una lástima que se pierdan recursos dentro de los proyectos que se han presentado para el deporte”, agregando que la poca perseverancia en impulsar estos proyectos abre la oportunidad para que se critiquen estas iniciativas.
“Yo pienso que no debiese quitarse ese monto al deporte, sino que redistribuirlo en otras actividades, creando programas”. Aseguró que si bien “es feo” hacer comparaciones, señaló que los gastos en asesorías y administración son superiores a los aportes que se hacen a los deportistas. “Un deportista en Chile gana en promedio 470 mil pesos, mientras que un administrativo en Chile gana en promedio arriba de dos millones y medio”, expresó.
Concluyó que en Chile, si se van a redistribuir los recursos, deben destinarse a aumentar becas, crear programas de desarrollos deportivos y fomentar la competitividad entre los atletas con el fin de mejorar el nivel y consolidar una continuidad de rostros para las próximas competiciones.
