Diario y Radio Universidad Chile

Año XVI, 25 de abril de 2024


Escritorio

No quiero ser igual a ellos


Martes 20 de diciembre 2016 10:02 hrs.


Compartir en

Señor Director:

Ella, Jacqueline Van Rysselberghe tiene toda la razón…

Ella no cree que todos podemos ser iguales, eso es verdad, y lo es porque los diferentes tampoco queremos parecernos a ella… ni a ellos, así de sencillo.

No hay números para contar los muertos que se fueron luchando por la igualdad, eso que se denomina conquistar derechos fundamentales para tener un mejor pasar, una mejor calidad de vida, ser feliz, poder tener más oportunidades, vivir en una sociedad con derechos consagrados y que coloquen al hombre y la mujer en condiciones óptimas. Muchos muertos, todos osados y valientes dispuestos a enfrentarse a los herederos de Jacqueline, la derecha y sus patrones.

Los diferentes recuerdan esas listas de masacres obreras, balas disparadas por militares y carabineros solicitados por los patrones que se niegan a responder las demandas tan justas. Los obreros en las calles desarmados, con sus mujeres y sus hijos. Mientras en los diarios los acusan de terroristas, que no saben nada.

El listado de esas acciones frente a la historia de los diferentes es muy grande, y los antecedentes así lo consagran, están en los libros de historia para eso. La Jacqueline VR no lee.

Hagamos un sencillo viaje hacia los últimos cientos años en la historia de la humanidad. Sucede que los diferentes son los que han logrado verdaderamente hacer avanzar las ruedas de la historia. Los derechos fundamentales comenzaron a dar sus primeros pasos con la Revolución Francesa, los engominados y perfumados monarcas se negaban, se arropaban con los inverosímiles argumentos de haber sido colocados en ese lugar por Dios. Las guerras campesinas en Alemania eran consecuencia de las precarias condiciones de millones de alemanes, y de la agresividad latifundista.

Pero uno de los más relevantes es aquel en que los desiguales, que trataban de ser iguales, lograron derrotar al fascismo, ese modelo político y social que tanto admira Jacqueline. Ella admira a Hitler con su proyecto de sociedad y de hombre con apellido. Ella sostiene que entre ellos son iguales y le prenden velas al actual modelo que tanta desigualdad genera. Se sienten agradecidos con el que les regaló las empresas de todos los chilenos, que con esfuerzo capitalizaron para intentar un área social, y que de un plumazo Augusto se las regaló.

Los diferentes han manchado las calles para pedir más pan, dos monedas más, eso, asunto extremadamente bajo. Jacqueline aún no nacía cuando los obreros del carbón se fueron a una larga huelga en los años sesenta en Lota, allá donde la noche es brava, era lo que había que hacer. La lucha da lo que la ley niega.

La UDI en esa eterna mediocridad se afirma de su pasado, en la dictadura, con todos los favores recibidos, y respondieron bien. Fueron alcaldes, directores de colegios y empresas, responsables del deporte nacional, embajadores. Tantos de ellos hoy parlamentarios/humoristas/deportistas/cantantes subiendo a Chacarillas para doblar la espalda, a los que se le regaló el binominal.

Y tuvieron su congreso y la UDI eligió a sus iguales, llegaron pocos, bien pocos, ni siquiera se sintió olor a boletas ideológicamente falsas, Labbé no salió en la foto. Chile un país suponemos de 17 millones, votaron como cinco mil, pocos votos, pocos iguales. Un 90% de abstención, y así pretenden dar normas de conducta política. Lo más extraño es que para avanzar en lo que queda de programa de gobierno haya que negociar con ellos, cuando se pedía un parlamento para este gobierno.

Bien justo que los asuntos se hagan cada día más transparentes. Para la UDI negar la igualdad de las personas es posiblemente una nula lectura de la Ley o de la Declaración Universal de Derechos Humanos, o la propia biblia, pero es mejor que los asuntos queden de esta manera. Nada más perfecto que una correcta identificación de los adversarios/enemigos, que estén de cuerpo entero, que se les reconozca por el tono de voz, por el ruido de sus pasos, por el eco de las botas

Ellos no quieren ser iguales porque se lo enseñaron en sus casas, en sus colegios sin números, en los confesionarios, entre los que jugaban en el recreo, en sus vacaciones en Zapallar o Cachagua, en fin…. esos UDI, esa Jacqueline VR, ellos.

Mientras duermen sueñan que Piñera entra en Santiago con un coro de músicos con canciones del folclore militar, mientras los UDI agitan hojas de palmeras….

 

El contenido vertido en esta Carta al director es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

Envíanos tu carta al director a: radio@uchile.cl