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Estados Unidos y el creciente drama de las deportaciones

Analistas en políticas internacionales califican como un drama mayor la situación que viven miles de indocumentados en Estados Unidos: "El terror los lleva, incluso, a no salir de su casa por miedo a la policía", plantea Raúl Sohr. Las reglas de Donald Trump ya han costado víctimas fatales, luego que un hombre decidiera suicidarse tras ser deportado.

Rodrigo Fuentes

  Viernes 24 de febrero 2017 16:00 hrs. 
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Como una tragedia en ascenso calificó el analista internacional Raúl Sohr, el endurecimiento de las políticas migratorias anunciadas por el presidente de Estado Unidos, Donald Trump.

En su primer mes de mandato, el gobernante ha expresado que terminar con los indocumentados y con la inmigración ilegal son parte de las prioridades de su gobierno, incluso anunció que utilizará a las fuerzas armadas para agilizar las deportaciones, en caso de ser necesario.

El drama es mayor. Esta semana se conoció el caso de un mexicano de 45 años (Guadalupe Oliva) que se suicidó en Tijuana luego que lo obligaran a abandonar el país. Hay otros que viven una escena de película de miedo, donde ni siquiera se atreven a salir de sus casas para evitar ser detectados por la policía.

Para Sohr “el presente en Estados Unidos es bastante dramático, porque hay mucha gente que reside en situación irregular, no salen de sus casas, se han encerrado, tienen temor de encontrarse con una patrulla donde el más mínimo roce con una autoridad, incluso un parte de tránsito, cualquier pequeño antecedente, puede significar la deportación inmediata o incluso por mera sospecha”.

A su juicio, el grado de arbitrariedad que puede ejercer la autoridad es enorme, por eso hay tanto terror ciudadano.

La analista internacional de la Universidad de Santiago, Lucía Dammert, recordó que las deportaciones habían comenzado durante el mandato del expresidente, sin embargo, Donald Trump endurece aún más las medidas. “En los ocho años de mandato de Barack Obama se deportaron más de 2 millones de personas, muchos de ellos niños. En ningún caso esto va a ser Haití o Siria, donde las crisis humanitarias son más complejas, sin embargo, la gran pregunta es qué va a pasar en los países receptores de los deportados”.

Otra de las preocupaciones de Lucía Dammert tiene que ver con el discurso del actual mandatario estadounidense, cuyo único objetivo sería atraer más portadas en medios de comunicación, valiéndose de un lenguaje propio de un reality show.

La creciente oposición interna es otra de las líneas comentadas en este mes de gobierno de Trump. Para Paz Milet, académica del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, un signo determinante es que se siguen sumando detractores al interior del Partido Republicano, lo que podría decantar en movilizaciones.

Milet precisó que esto demuestra falencias en materia de gestión política, aumentando el descontento que alcanzaría a algunos de los latinos que votaron por él en noviembre pasado. “El descontento que está generando en Estados Unidos puede llevar a una construcción de una mayor institucionalidad de defensa de los migrantes contra las deportaciones. Puede darse un salto cualitativo en ese sentido y, a la vez, complicar el escenario interno del Presidente Trump, incluso dentro de su propio partido. No hay que olvidar que existen muchos intereses creados en ciertos sectores republicanos en torno al voto latino”.

Trump ha adoptado una línea dura contra México, estrategia que según los analistas conlleva riesgos, porque es probable que necesite la ayuda del país azteca si quiere lograr su meta de seguridad en la frontera.

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