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Paulina García: El sistema no asume nuestra necesidad de que se vea cine chileno

En conversación con Diario y Radio Universidad de Chile la destacada actriz nacional se refirió a su debut como directora teatral, sus nuevos proyectos cinematográficos y la situación de las realizaciones nacionales. "No hay dinero suficiente para lograr crear audiencia y, por otro lado, no hay una decisión de Estado de incentivar al público", comentó.

Abril Becerra

  Domingo 5 de marzo 2017 14:11 hrs. 
25 de Abril de 2013/SANTIAGO
La actriz nacional y ganadora del Oso de Plata del Festival de Berlín,  Paulina García, recibió esta mañana un reconocimiento de SANFIC junto al elenco de la película nacional Gloria.
FOTO:MARIO DAVILA/AGENCIAUNO

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El año 2013 la actriz Paulina García (56) recibió un Oso de Plata en la categoría Mejor Actriz en el Festival de Cine de Berlín por su participación en la película Gloria de Sebastián Lelio.

El galardón, de inmediato le abrió una serie de puertas, lo que le permitió en 2016 debutar en el cine estadounidense con la película Little Men.

Luego, vinieron otras propuestas como las producciones argentinas La Cordillera, filme de Santiago Mitre, y Las novias del desierto de Cecilia Atán y Valeria Pivato.

Estos trabajos, que pretenden estrenarse durante 2017, representaron para Paulina García todo un desafío, ya que le permitió a la intérprete relacionarse con directores y colegas ajenos a la realidad chilena: “Todo eso es novedoso y muy excitante”, comenta sobre estas experiencias la actriz.

Esta vez, en tanto, la protagonista de Gloria debutará en la dirección teatral junto a Rodrigo Gijón y Jaime Lorca en la obra Año nuevo, que se presentará desde el 11 de marzo hasta el 8 de abril en el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM).

El montaje, escrito en clave de comedia negra, cuenta la historia de un matrimonio que es interpretado por García y Lorca, que se reúne para celebrar la llegada de un nuevo año. Sin embargo, durante la noche el tiempo va avanzando y la pareja, al mismo tiempo, envejece, lo que naturalmente hace que surjan temas como la lucha por una jubilación digna y los conflictos matrimoniales.

“Isabela, el personaje que me toca interpretar, es una mujer de casa que está sola en el mundo. No tiene ni padres ni hermanos. Es una mujer que se enamora de un hombre de una clase un poco más baja que la de ella. Isabela es muy abnegada, pero fuerte al mismo tiempo”, comenta sobre su rol en la obra Paulina García.

¿Qué temas aborda la obra Año Nuevo, considerando que durante el montaje transcurren varios años?

Son varios. La obra transcurre en el país en que nos hemos convertido, en esta estación forzosa que tuvimos que hacer en los 90 con esta democracia convenida, consensuada. Está el tema  de la búsqueda de un financiamiento por una vejez que se ve difícil, están los esfuerzos para lograr financiar una vejez digna y las dificultades que hay para que eso sea así en este país. También está el tema de la familia que funciona, pero que tiene altos y bajos.  También está lo que sucede cuando se van quedando solo los viejos, el tema del amor.

Jaime Lorca y Paulina García en "Año nuevo".

Jaime Lorca y Paulina García en “Año nuevo”.

En ese sentido, ¿es una obra muy actual y crítica?

El tema de la jubilación dispara un montón. Ahora, no está tratado así, directamente, pero está latente y además, es una comedia negra a ratos, una comedia trágica. También es una historia de una pareja que se quiere, que bailan juntos cuando están en las buenas y cuando están en las malas.

¿Cómo fue el trabajo para poder conciliar la interpretación y la dirección de la obra?

Es la primera vez que estoy en todas las áreas. Nunca había hecho esto y es bien extenuante. Es un trabajo muy exigente y muy interesante a la vez. Jaime es el que más se ubica en esto, porque él si ha hecho escritura, montaje y dirección. Para mí, en cambio, es la primera vez, pese a que yo he estado en producción, dirección y dramaturgia, pero nada más.

Pero, ¿en cuál de las dos áreas te sientes más cómoda?

Son áreas distintas y siempre todo es muy difícil. Fue exigente estar en todas, porque a veces yo estaba actuando y, de pronto, veía que algo no funciona y paraba todo. Así que ha sido complejo el estar sólo en la actuación o sólo en la dirección y hasta ahora seguirnos reescribiendo pequeños momentos que nos parece que no se adecúan.

¿Cuánto ha cambiado tu carrera luego de Gloria?

Bastante. Evidentemente desde Gloria estoy haciendo producciones fuera de Chile y eso ha sido súper interesante. Las ofertas se han ampliado y, obviamente, eso es más interesante porque aparecen nuevos desafíos. Te encuentras con lugares más incómodos, donde uno no conoce a los compañeros, a los directores, son guiones que tienen realidades de otros países.

Uno de esos casos fue con Little Men, ¿cómo fue esa experiencia?

Ese fue un proyecto muy bonito, pero como era independiente y como cualquier proyecto independiente se filma más menos de la misma manera: con un grupo pequeño de técnicos y actores, con bajo presupuesto y eso hace que la película, en cierta manera sea más aprensible, para uno como actriz. El director se preocupó de que los actores estuviéramos muy cómodos con él y se preocupó de que la dirección fuera muy clara. Así que fue muy grato. Además, la grabación fue en verano en Brooklyn. Era muy entretenido estar en esa ciudad y, en el poco libre que tenía, porque se filmaba bastante, podía caminar la ciudad y dejarme contaminar por ella.

¿El idioma fue una dificultad?

Fue una dificultad en el sentido de actuar en otro idioma. Yo nunca había hecho esto y claro, uno habla en otro idioma y ya se escucha otra voz, aunque yo hablo inglés, era raro actuar en ese idioma, pero eso se superó a los pocos días, pero pasó que tuve un lapsus. Me habían dicho que me iba a pasar, pero yo creí que eso ocurriría en las primeras semanas. Lo que ocurrió fue que de pronto, yo dejé de entender. Me hablaban y realmente no entendía nada. Yo creo que simplemente me cansé y entre el estrés, la llegada y todo lo que es el aterrizaje, como que tuve un retardo en la reacción, pero se superó y todo anduvo bien.

¿Existe algún tipo de personaje que te guste interpretar más que otro, tomando en cuenta que tu papel en Gloria o en Las Analfabetas, eran personajes muy definidos?

No tengo una preferencia por un tipo de rol. La verdad es que para mí esto funciona como de otra manera. A veces, simplemente, veo lo que estoy leyendo. Veo clarito lo que puedo hacer y eso un poco depende del momento en que leo, porque me ha pasado que desecho material y luego pasa el tiempo, releo y cambio de opinión. Me pasa también que hay un estado de pronto anímico o un estado de cansancio. Pero otras veces tienen que ver con una combinación entre el director, el lugar donde se filma, honorarios, o los compañeros de trabajo. Hay un montón de condiciones para elegir un rol.

¿Cómo ves el desarrollo del cine chileno?

Es interesante,  porque, por un lado, el cine chileno se está reconociendo en los festivales más importantes del mundo, pero esto distinto a lo que sucede acá en Chile. Es un tema de lucas. No hay dinero suficiente para lograr crear audiencia y, por otro lado, no hay una decisión de Estado de incentivar al público a ver películas chilenas y, mientras no se converse, la manera en que se ve el cine chileno va a seguir siendo igual: lo va a seguir viendo poquita gente, va a seguir siendo reconocido, internacionalmente los actores, directores y fotógrafos vamos a seguir trabajando afuera. Acá el sistema no asume nuestra necesidad real de que las audiencias vean lo que se está haciendo, porque se está haciendo mucho y diverso.

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