Diario y Radio Universidad Chile

Año XVI, 29 de marzo de 2024


Escritorio

Ante artero ataque a Director


Lunes 17 de abril 2017 14:29 hrs.


Compartir en

Señor Director:

Leer aquella página sobre persecuciones que Ud.  ha dado a conocer este 10 del presente ¡duele!Duele porque se trata de persecuciones carentes de todo asidero y que buscan imponerse por el peso de esas falsedades hechas a punta de rumor dirigido y seriado. Persecuciones que en el fondo ni siquiera van dirigidas contra Ud. como persona  – según yo – sino contra lo que Ud. representa. Porque esta campaña de desprestigio busca el desmantelamiento  de otro de los pocos  focos  que quedan en pie de la verdadera cultura con sus valores de Verdad, de Libertad, de Justicia y de Belleza. En realidad, aquí no importa el hombre probo, el intelectual de la prensa, el  hombre público merecedor del Premio Nacional de Periodismo. Aquí se ataca a ese  profesional  que por más de 20 años,  sin  ruidos innecesarios se ha desvivido por mantener vigente esa cultura abierta y nacional  prometida a fines del siglo XX en aquel soñado renacer de “la  alegría ya viene”.

Su culpa, señor Cárdenas está en no dejarse amedrentar ni mucho menos achatarse, por atreverse a remar contra la corriente y mantener abierta esa brecha por donde fluye aquel caudal de verdad histórica que a diario reciben aquellos ciudadanos que buscan escuchar lo creíble a través de las ondas de la Radio Universidad de Chile. Igualmente, por esa preocupación de brindar un lugar a aquellos que buscan mostrar a su público expresiones de poesía y canto y de cuánta forma de expresión literaria o artística se cultiva en Chile. Para ellos siempre está dispuesta esa Sala Máster repleta de voces, de sentimientos y de emociones. Como igualmente, (en pecado mortal) permitirse dar oportunidades a esos otros que buscan la tinta especializada para que sus pensamientos, experiencias, fantasías, ensayos o investigaciones puedan convertirse en libros que recorran Chile de punta a cabo y muchas veces harto más allá que estos ámbitos criollos, portando siempre con orgullo el logo de Ediciones Radio Universidad de Chile.

Por todo este quehacer llevado a cabo por usted, lo han marcado como un personaje comunitario peligroso que debe ser borrado. Porque Ud. ha persistido con silenciosa tozudez seguir aportando cultura desde sus efectivos bastiones de la calle Miguel Claro y con ello, remover anteojeras impuestas por el oscurantismo pinochetista y por esta otra versión pseudo democrática que vivimos en el presente y donde la  educación no pasa de ser un insumo más de la canasta consumista, esa educación que sigue empeñada en rasar  hacia abajo y en el cultivo de la estupidez humana.

Si, Ud ha hecho justamente lo opuesto a lo dictado por esos poderes fácticos del oscurantismo que no aceptan ser removidos. De ahí esta  cobarde persecución contra usted y su familia. Campaña llevada a cabo por “patas de gato” que operan desde  las sombras, tal vez, sin que logren visualizar su mísera condición de peones. Porque los  gestores verdaderos  – sus patrones –  son aquellos especialistas en manejar libretos de mentiras concertadas y que las hacen difundir a los cuatro vientos a través de  los medios comunicacionales más efectivos que tienen a su servicio. Ellos conocen a la perfección el efecto que tiene la mentira machacante sobre aquellas mentes adormecidas y  atontadas que se dejan seducir con los  destellos vacíos que  reciben cotidianamente, hasta terminar aceptando como válido todo lo que le ponga por delante.

Frente a  estas persecuciones claramente intencionadas  sólo logro ratificar la enorme importancia que tiene la Radio Universidad de Chile como medio de  comunicación masiva e independiente. Es una ventana de  luz que aún se mantiene abierta y que debe ser salvaguardada.  Por lo mismo, elevo mi mirada hacia la Universidad de Chile que tiene el deber de defender lo que es suyo y  también lo que es de todos. Como igualmente,  hacia el  propio Gobierno que juró defender los derechos y cultura del Pueblo y, por último, hacia todo aquel trabajador u hombre común  capaz de diferenciar entre lo superfluo y lo trascendente, entre lo falso y lo real y como dice nuestra Violeta Parra,  capaz de diferenciar  “al bueno del malo”. Y por lo mismo, dispuesto a no seguir  aceptando ser  desvalorizado en su condición de  Hombre.

El contenido vertido en esta Carta al director es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

Envíanos tu carta al director a: radio@uchile.cl