Señor Director:

Pocos han sido lo que han prestado atención a un acontecimiento internacional, sin embargo muy significativo, que ocurriera hace algunos días. En efecto, cuando el bombardeo químico de poblaciones, atribuido al régimen de Assad,  fue discutido en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas nuestro vecino boliviano fue el único país sudamericano que se sumó a la demanda de una investigación antes de sancionar al Estado sirio.

Esta posición de Bolivia fue completamente ajustada a la legislación internacional y contrarió la postura belicosa de los EE.UU que, en la imposibilidad de obtener un voto favorable ( veto ruso) decidió, como lo hace siempre, bombardear una base aérea siria en la más completa arbitrariedad.

Sin asumir para nada la defensa del régimen de Assad, que ha contribuido grandemente a la tragedia que vive su país, los hechos indicados permiten sin embargo hacer resaltar la claridad y el coraje de la política internacional del  gobierno boliviano y subrayan la ausencia sino la indiferencia o el carácter timorato de la cancillería chilena que una vez más ha guardado un mutismo vergonzoso.