Señor Director:
En la última década la población migrante ha aumentado exponencialmente, en muchos casos los chilenos en general los apartan, los alejan e incluso los ofenden sin siquiera hacer el esfuerzo de entenderlos. Los contratistas por lo general (cuando son haitianos) les pagan sueldos miserables, los arrendadores les dan lugares deplorables y en muchos casos hay un gran número de ellos viviendo en un espacio muy reducido.
El gobierno actual y los que están por venir deben tomar cartas en el asunto sobre el tema de inclusión cultural y a su vez compartir sus hermosas culturas, pero también es tarea de cada uno de los chilenos identificarnos como personas humanas, más empáticas y dispuestas a recibir de mejor manera a nuestros hermanos extranjeros.
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