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Copa Confederaciones: Otra vez en semifinales

Ya sabemos que la Selección puede darle pelea a cualquiera y en ese sentido Portugal no aparece como un gigante infranqueable ni mete miedo. Si los chilenos juegan como saben y nos tienen acostumbrados, entonces hay muchas posibilidades de avanzar de etapa y competir por el título de la Confederaciones.

Francisco Cárdenas

  Lunes 26 de junio 2017 17:39 hrs. 
chile

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La primera fase de la Copa Confederaciones ya es historia. Y aunque no hubo grandes sorpresas, pues los cuatro clasificados fueron los que la lógica imponía antes de jugarse los encuentros, si hubo varios asuntos que merecen mención y análisis. En lo que nos toca a los chilenos hemos sumado otro paso a instancias decisivas y seguimos peleando con acierto contra los mejores equipos del mundo. A un año del mundial estas son excelentes noticias.

En resumen, los chilenos hicieron dos grandes primeros tiempos contra Camerún y Alemania. En esos pasajes vimos al equipo de siempre y que logra imponer su futbol en todos los sectores del campo. Por otra parte notamos una baja de juego y de rendimiento físico en los segundos tiempos que terminó empujando a la Selección sobre campo propio. Cuando eso sucede, el equipo termina defendiendo muy cerca de su arco y juntando mucha gente en esa zona, lo cual no quiere decir que se marque mejor. Contra Australia el equipo no tuvo un buen partido y los cambios introducidos alteraron lo que el conjunto venía mostrando. Además la excesiva rudeza de los australianos destruyó lentamente el deseo creativo. Fue difícil lograr el empate y tal vez inmerecido, pero al final se pudo avanzar de etapa que era el primer objetivo del cuerpo técnico y los jugadores.

Desde lo táctico, algunos “inventos” no resultaron tan bien. Por ejemplo Arturo Vidal no puede jugar por todo el campo sin un sistema claro que le permita fortalecer sus inobjetables condiciones. De lo contrario termina agotado y dando peleas solitarias en sectores aislados del campo de juego y eso debilita la propuesta colectiva de la Selección y su participación individual también.

Por otra parte las diferencias entre el desenfrenado juego ofensivo de Jean Beausejour y el contenido fútbol de Eugenio Mena, también fueron notorias en el tercer partido de la fase grupal. Si los laterales no suben y se suman al ataque, entonces dejan de otorgar opciones a los delanteros y estos se vuelven más vulnerables en la lucha contra los defensas rivales.

La presencia de Marcelo Díaz se ha vuelto indiscutible pues es el único que puede ser el vinculo entre la defensa y el resto del equipo. Sin su participación, Chile abusa del pelotazo largo (lo que nos vuelve predecibles) y la defensa enfrenta mayores dificultades para jugar la pelota y salir limpiamente desde atrás. Quizá Pedro Pablo Hernández tenga la capacidad para reemplazarlo en la emergencia pero lo de Francisco Silva es una apuesta bastante diferente y bien poco propositiva.

Durante este torneo la Selección tuvo muchas oportunidades de gol en todos los partidos y sin embargo se aprovecharon realmente pocas. Ese esfuerzo inicial que somete al rival y en los que Chile se ve ampliamente superior, debe ser materializado con diferencias sólidas en el marcador. De lo contrario, el desgaste debilita física y mentalmente permitiendo aumentar la confianza de los rivales y el nerviosismo propio. Chile se desespera si no es capaz de imponer rápido sus términos y esa necesaria paciencia, es aun un tema pendiente que debe ser trabajado y aprendido por este exitoso grupo. Mejorar nunca tiene limites.

Tenemos poco recambio y las lesiones o suspensiones afectan de forma importante el rendimiento grupal. En ciertas posiciones hay jugadores que lo hacen bien pero con características bien diferentes a los titulares. Quizá la opción correcta sea alargar al máximo el alto rendimiento del plantel actual y ocasionalmente ir dando espacio y experiencia a los jugadores que tarde o temprano tendrán que asumir el compromiso. Lo que si no puede obviarse es la necesidad de fortalecer los procesos formativos en las selecciones menores y obtener en esos niveles resultados que apoyen y profundicen la preparación de nuestros futbolistas.

Marcelo Bielsa es recordado por todos los chilenos porque inicio un proceso que terminó siendo el más exitoso de nuestra historia deportiva. Bielsa tenía muy poco donde elegir pero supo escogerlo y formarlo con ahínco. Pese a las palabras de Arturo Vidal que intentaron restarle méritos al entrenador rosarino, todos conocemos las condiciones anteriores y el enorme esfuerzo dedicado a modificarlas. En ese tiempo ningún entrenador serio quería dirigir a Chile porque no había jugadores de elite y las estructuras administrativas tenían pésima fama. Ahí es donde se equivoca Vidal porque su desprecio niega el valor del camino recorrido por todos. Hoy el escenario es diferente y eso también complica las cosas. Cuando la selección inicio el proceso rumbo a Sudáfrica 2010 cualquier triunfo y esfuerzo era celebrado. Incluso si los nuestros corrían sin tregua nos sentíamos orgullosos aunque perdieran. Ahora el hincha y los medios exigen de acuerdo a la estatura de equipo que se ha conformado y en base a los triunfos obtenidos. Entonces es más complicado todavía porque se debe renovar el plantel y formar nuevos valores sin desentenderse del éxito alcanzado.

Ahora en semifinales se enfrentarán al representativo de Portugal. Una selección que supo hacerse de la Eurocopa contra todos los pronósticos y sin demostrar un juego atractivo ni superior al de sus rivales. Sin embargo, sustentado casi en su totalidad por la presencia de Cristiano Ronaldo, Portugal se ha convertido en un equipo tremendamente efectivo. Sobretodo si el delantero del real Madrid va acompañado de jugadores como Ricardo Quaresma y Nani. Entonces no hay dudas de que la defensa chilena deberá estar particularmente atenta y concentrada para salir airosa de este compromiso.

La principal debilidad portuguesa está en la zona media donde el trajín de Charles Aránguiz, Marcelo Díaz y Arturo Vidal pueden causar estragos importantes. En esa zona los rivales de turno son lentos, físicamente más débiles y, aunque poseen buena técnica individual, suelen equivocarse bastante en la construcción asociada del juego. Si Chile presiona el medio sector y recupera la pelota lejos de su portería meterá en serios problemas a Portugal y estará más cerca del triunfo.

Por otra parte la defensa es bastante física y fuerte pero un poco lenta si se compara con los delanteros chilenos. Ahí hay otra ventaja para explotar el miércoles y seguir haciendo historia.

Ya sabemos que la Selección puede darle pelea a cualquiera y en ese sentido Portugal no aparece como un gigante infranqueable ni mete miedo. Si los chilenos juegan como saben y nos tienen acostumbrados, entonces hay muchas posibilidades de avanzar de etapa y competir por el título de la Confederaciones. Claro que no será fácil, nunca lo ha sido y esta tampoco será la excepción.

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