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De un 20 de septiembre a otro: la esencia del imperialismo no cambia

Columna de opinión por Sergio Rodríguez G.
Sábado 21 de octubre 2017 11:22 hrs.


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Cuando se hurga en la historia aparecen increíbles veleidades y asombrosas coincidencias que de no ser por las abrumadoras implicaciones que tienen para la vida humana, podrían pasar totalmente inadvertidas.  Por supuesto, aceptando que finalmente estas casualidades no son más que anécdotas, el análisis con criterio histórico de las mismas aporta resultados dignos de investigación y estudio por las conclusiones que de ella se derivan.

Así, el 20 de septiembre ha pasado a ser un día nefasto para la humanidad, si nos atenemos al impacto de las aseveraciones hechas en sendos alocuciones pronunciadas ese día por dos presidentes estadounidenses con 16 años de diferencia: en 2001 George W. Bush y en 2017, Donald Trump.

Casi al despuntar el siglo, las palabras de Bush condujeron a trascendentes cambios en la estructura global. En un momento en que se estaba por determinar el sistema internacional que imperaría a futuro, Estados Unidos definió a su favor la disyuntiva entre un mundo multipolar y uno unipolar. De esa manera, la potencia norteamericana emergió como único poder mundial con el apoyo de todos para luchar contra el nuevo “comunismo” ahora denominado “terrorismo”. Las declaraciones de Bush del 11 y 12 de septiembre de 2001 y sobre todo la del día 20 de septiembre de ese año establecieron, al igual que la Declaración Monroe y el Destino Manifiesto del siglo XIX y las 14 medidas de Wilson en el siglo XX, el elemento ordenador y de principios de la política exterior de Estados Unidos para el siglo actual.

Lo que podríamos denominar como “Paradigma Bush” o Doctrina Bush de política exterior de Estados Unidos se caracteriza entre otras cosas por las siguientes definiciones:

  1. La utilización de cualquier arma de guerra que sea necesaria. Las operaciones militares se prolongarían en el tiempo. Según el presidente Bush las mismas no tendrán “paralelo en nuestra historia”. En este sentido, ya llevamos 16 años de guerras sin que el terrorismo haya podido ser derrotado, al contario, asume nuevas estructuras y formas, todas originadas en medidas unilaterales tomadas por Estados Unidos.
  2. La obligación de los países de asumir una postura ante la decisión de Estados Unidos que no dejaba espacios a posiciones alternativas: “Cualquier nación, en cualquier lugar, tiene ahora que tomar una decisión: o están con nosotros o están con el terrorismo”. Era la definición de un mundo falsamente bipolar. Los nuevos polos serían Estados Unidos y el terrorismo. Ante la imposibilidad de estar con el terrorismo lo que se hizo fue imponer por primera vez en la historia un mundo unipolar.
  3. La exacerbación de sentimientos nacionalistas y militaristas: “Les he pedido a las Fuerzas Armadas que estén en alerta, y hay una razón para ello: se acerca la hora de que entremos en acción, y ustedes nos van hacer sentir orgullosos”.
  4. El involucramiento de todos los países y pueblos en el conflicto:”Esta es una lucha de todo el mundo, esta es una lucha de la civilización”. Lucha en la que por supuesto Estados Unidos asumía la vanguardia y el resto del mundo, incluyendo aliados y adversarios se le subordinaban por igual.
  5. La aceptación en el marco de un mundo unipolar de que el líder era Estados Unidos: “Los logros de nuestros tiempos y la esperanza de todos los tiempos dependen de nosotros”.
  6. Finalmente, la necesaria inspiración divina encarnada también por Estados Unidos: Dijo el presidente Bush “No sabemos cuál va a ser el derrotero de este conflicto, pero sí cuál va a ser el desenlace […] Y sabemos que Dios no es neutral”

El 11 de septiembre le permitió a Estados Unidos imponer el mundo unipolar, su sueño más preciado desde la desaparición de la Unión Soviética. Los terroristas, (internos o externos), sean quienes sean los que ejecutaron tan bárbaras y repudiables acciones, sólo favorecieron a un país: Estados Unidos.

La brutalidad se impuso en el mundo, hasta que en 2008 la crisis obligó a posponer su paradigma unipolar. Obama, a pesar de ser el presidente más guerrerista de la historia, no pudo mantener la majestad y el señorío mundial de su país. El sistema eligió a un outsider para que retomara el liderazgo dubitativo en el que los había sumido Obama, lo cual los obligó a comenzar a pensar que contra su voluntad, debían compartir la hegemonía.

Trump, a quien el columnista del New York Times Charles M. Blow comparó con Hitler por “la forma en que ha manipulado al pueblo estadounidense con mentiras escandalosas” y el escritor Paul Auster caracterizó como “un psicópata maníaco y una amenaza mundial” que es ”incapaz de leer un libro”  pronunció el pasado 20 de septiembre en la Asamblea General de la ONU, un discurso propio de esas características.Sin siquiera ruborizarse, utilizó la máxima tribuna mundial, para amenazar, mentir y alterar la realidad, suponiendo que los estadistas presentes y el mundo son cretinos e ignorantes como él. Con una retórica propia de las películas bélicas de Hollywood, que terminan siendo creídas como si fueran reales por la sociedad estadounidense, Trump, hablando de paz, arremetió contra el mundo desafiándolo con la guerra:

  1. Hizo saber que estaba en su ciudad. Como los perros, marcó su territorio, recordándole al resto de los participantes que no eran de ahí. Así, se hizo patente, la incongruencia que significa que la máxima instancia de la paz en el mundo tenga su sede en el país que mayores guerras ha desatado desde el inicio de su existencia.
  2. En el preámbulo de su aviesa e intimidante alocución aludió al presupuesto militar de Estados Unidos se elevó a casi 700 mil millones de dólares. ¿A cuenta de qué ese dato en el escenario donde se viene a hablar de la paz en el planeta?, reafirmando además que el ejército de Estados Unidos “pronto será el más fuerte que haya existido”.
  3. Con total carencia de tacto diplomático, habló de “los regímenes canallas representados en este organismo” equiparándolos con “terroristas y extremistas” que “han aunado sus fuerzas”, sin mencionar a quien se estaba refiriendo.
  4. Con el más arbitrario desparpajo se refirió a que “las redes criminales internacionales trafican drogas, armas, personas; obligan a la dislocación y a la migración masiva; amenazan nuestras fronteras” sin decir que Estados Unidos es el mayor criminal de la historia reciente, el país que más muertos ha generado, el único que lanzó la bomba atómica contra ciudades inermes. El que más guerras ha iniciado, el que más drogas consume, creando así el mayor mercado de sustancias prohibidas que jamás haya existido, solo porque los ingentes recursos que produce fluyen por su sistema financiero.
  5. Dijo que hay que “garantizar que las nuevas generaciones de niños crezcan libres de violencia, odio y miedo”. Cuando son las acciones de su país las organizaciones terroristas que prohíja, su cine y su televisión, las que forjan esos dañinos sentimientos en los jóvenes del mundo
  6. Al referirse a la ONU, afirmó que se creó para conformar “un futuro mejor” y que los pilares de la organización estaban sujetos a la intención de las naciones de “cooperar para proteger su soberanía, preservar su seguridad y promover su prosperidad”, obviando que la acción internacional cotidiana de su país, atenta contra esos pilares, socavando a diario la estructura del sistema internacional.
  7. Mencionando el Plan Marshall, recordó al Presidente Truman quien dijo que esa acción fue en consonancia con el apoyo de su país a la ONU. Entonces, ¿por qué se sale de la UNESCO y pone en duda el trabajo de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) en Irán?, que ha dado pruebas de profesionalismo y diligencia.
  8. Haciendo gala de sus mejores condiciones histriónicas dijo que “En los Estados Unidos no buscamos imponer nuestro estilo de vida a nadie”. Tal vez sea verdad, pero fuera de Estados Unidos se lo tratan de imponer a todo el mundo y en la mayoría de las ocasiones por la fuerza, la invasión y la intervención de todo tipo.
  9. Desesperado porque le creyeran aseguró que “En los Estados Unidos, el pueblo gobierna, el pueblo manda, y el pueblo es soberano”. Si, sobre todo el pueblo multimillonario como él y como más del 80% de los senadores, representantes y gobernadores, que necesitan gastar una suma inimaginable para ser electos.
  10. A diferencia de Obama quien decía que no había que recordar la historia, Trump, quiso recordar que “La devoción de Estados Unidos se mide en los campos de batalla donde nuestros jóvenes, hombres y mujeres, han luchado y se han sacrificado junto a nuestros aliados, desde las playas de Europa hasta los desiertos de Oriente Medio y las selvas de Asia” Debería recordar que el Desembarco de Normandía significó miles de muertos no por la acción del ejército nazi, sino por la impericia de sus generales y que se produjo cuando ya la guerra había sido prácticamente ganada por la Unión Soviética después de la Batalla de Stalingrado. Todo lo demás han sido vulgares incursiones o invasiones, donde los militares estadounidenses se han dedicado a asesinar, violar, saquear y sembrar el terror y el caos.
  11. Continuando con la lección de historia refirió que “…no buscamos la expansión territorial ni intentamos oponernos e imponer nuestro modo de vida a los demás”. Se le olvidó decir que la expansión territorial de Estados Unidos había finalizado a mediados del siglo XIX, aunque realmente concluyó en 1898 cuando se apoderaron de Puerto Rico. Sino pregúntele a los pueblos originarios del oeste y a los mexicanos.
  12. Incluso, no muy veladamente se permitió amenazar a Rusia y China: “Debemos rechazar las amenazas a la soberanía desde Ucrania hasta el Mar de China Meridional”. Debe ser que este señor no sabe que esos territorios quedan bastante lejos de Estados Unidos, mientras que si están ubicados en el perímetro de seguridad de Rusia y China, los que están obligados a salvaguardar su soberanía que si está en peligro por las acciones provocadoras que Estados Unidos desarrolla allí.
  13. Lamentablemente, en prensa, el espacio es limitado y no me puedo seguir extendiendo pero, para cerrar con broche de oro, Trump vertió furiosas amenazas contra la República Popular Democrática de Corea, Irán, Siria, Cuba y Venezuela. Haciendo uso de una verborrea barata, el presidente de Estados Unidos ladró para intentar coaccionar a estos países, incluso con armas nucleares, solo minutos después que el Secretario General de la ONU António Guterres, había advertido que en un momento tan peligroso como éste, un “…lenguaje inflamatorio puede dar lugar a malentendidos fatales”. Es decir, se burló groseramente de la máxima autoridad de la organización mundial.
  14. Por cierto, refiriéndose al Medio Oriente, esbozó como un gran honor haber visitado Arabia Saudita. Aunque se le olvidó decir que su gran logro fue venderle 110 mil millones de dólares en armas al mayor régimen terrorista del mundo, anunció que “acordamos que todas las naciones responsables deben trabajar de conjunto para enfrentar a los terroristas y al extremismo islamista que los inspira”. Es decir según él van a hacer una alianza de las naciones que promueven el terrorismo en el Medio Oriente para luchar contra el mismo, o algo así como apagar el fuego con gasolina.
  15. Lanzando un salvavidas a su aliado saudita, le dio carácter de guerra civil a la intervención militar de la monarquía wahabita en Yemen, negando con ello el carácter intervencionista y mercenario del ejército de Riad.
  16. Se ahogó hablando del socialismo como algo concluido en la historia. Hay que perdonarlo, no sabía que solo unos días después, el Secretario General del Partido Comunista de China y Presidente de ese país Xi Jinping, al hacer el informe al XIX Congreso de su partido, anunció que en el año 1949, fecha del centenario de la creación de la República Popular, el país más poblado del mundo habrá creado las condiciones para construir un país socialista moderno.
  17. Al cierre de su discurso lanzó una interrogante: “La historia nos pregunta si estamos a la altura de la tarea”. La respuesta es fácil: No, Donald, no estás a la altura, eres sólo un millonario ignorante y desquiciado que intenta poner al mundo al borde de la destrucción, eso sí lo puedes hacer, pero la humanidad sana y amante de la paz que es mayoritaria te lo impedirá.
  18. Como siempre, pediste al final que Dios bendiga tus desmanes, eres tan cobarde que después de amenazar y patear a casi todo el mundo, pretendes que Dios bendiga tus acciones. Tal vez tu Dios sepa que debe hacer contigo. El mundo lo agradecerá.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.