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Las controversias de la consulta indígena de GNL Penco – Lirquén

El que en primera instancia la empresa Biobiogenera no haya presentado una declaración de impacto, sumado a las observaciones de la comunidad, podría instar al SEA a pedir un informe consolidado de solicitud de aclaración y rectificación, lo que significaría al menos un año más de retraso para la iniciativa.

Francisco Velásquez

  Domingo 22 de octubre 2017 11:48 hrs. 
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Hace seis meses la Corte Suprema ordenó al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) volver a realizar la consulta indígena por la instalación del proyecto GNL Penco – Lirquén. Proceso en su penúltima etapa de diálogo, en la que el Estado, a través del SEA y en conjunto con la Asociación Koñintu Lafken Mapu de Penco debe incorporar medidas respecto a las afectaciones que genere para el pueblo mapuche

La empresa en su línea de base del proyecto, en la primera presentación, no explicitó los daños que la instalación podría generar en los sitios ceremoniales mapuches de la zona, donde se podrían ver afectados un rehue y un guillatún. Además de la extracción de plantas medicinales y el trabajo de recolección que hacen los lugareños en las costas que pretenden ser un nuevo puerto gasífero. Estas fueron las razones que abordó la Corte Suprema para ordenar que se rehiciera la consulta indígena.

Según planteó el abogado de las comunidades, Pablo Rivas “la etapa final debería ser la realización de un protocolo con la postura de la comunidad, que va más allá de discutir medidas de compensación o reparación, ya que en muchos casos no satisfacen los estándares del pueblo mapuche, debido a que va más allá de lo monetario,  sobre todo en los impactos sociocultural y humano”.

El proyecto que lleva tres años de retraso en su inicio de faena, podría tener un nuevo aplazamiento si es que el Servicio de Evaluación Ambiental, luego de leer las observaciones que realizará la comunidad, ordene se realice un ICSARA complementario (procedimiento legal que instruye a la empresa realizar un informe consolidado de solicitud de aclaración y rectificación). Esta instrucción se podría generar, ya que la empresa, en un primer momento, no presentó una declaración del impacto, por lo que el SEA podría solicitar una información más acabada del posible daño que generaría la instalación de este puerto gasífero.

Rivas explicó que “lejos de lo que se piensa regularmente, en este escenario el Estado no es un mediador, sino que es un garante de la protección de estas comunidades, por lo que esta instancia de consulta indígena es un proceso en el que la asociación Koñintu Lafken Mapu emplaza al Estado a través de observaciones para que se haga cargo de exigir a la empresa que tome las medidas necesarias para proteger el territorio”.

Asociación Koñintu Lafken Mapu

La Asociación Koñintu Lafken Mapu con miembros de las zonas de Penco, Lirquén, Los Hornitos y la Greda, está conformada por 68 socios que tiene numerosas familias. Hace ocho años la crearon y les ha permitido resistir frente a la construcción del Megaproyecto GNL que podría construirse en su bahía.

Según cuenta María Flores Quillapan, presidenta de la Asociación Koñintu Lafken Mapu, la empresa BiobioGenera, los engañó: “Mandaron a una supuesta asistente social que dijo que era de evaluación ambiental y en realidad era de la empresa. Cuando la descubrimos, nos juntamos como mujeres mapuches y comenzamos a reclamar para hacer la consulta. Nosotros sentimos mucha rabia, porque nos han pasado a llevar, porque a la gente mapuche siempre la pasan a llevar en este país. Nosotros nos sentimos vulnerados por ellos. Deberían haberse presentado con la verdad y no mintiendo como lo hicieron”.

La comunera  dijo que la autoridad ambiental actúa pésimo, ya que no valora el lugar: “no conocen ni saben de la importancia de nuestros lugares ceremoniales, esos lugares no los elegimos nosotros, sino que es sagrado por una machi. En ese espacio hacemos nuestros funerales y rituales medicinales lo que tiene mucho valor para nuestro pueblo”, añadió.

“Hay personas que viven ahí recolectan mariscos, hierbas medicinales y a ellos nuestros ancestros les fueron enseñando la importancia de ese lugar. Ahora no sabemos qué va a pasar. Lamentablemente el pueblo mapuche nunca ha sido tomado en cuenta”, dijo con pesar.

Fin del proceso

El proceso de consulta indígena es flexible, por lo que no hay una fecha exacta para ponerle fin, sin embargo, el resultado tendría que verse antes de fin de año. En este escenario, si la respuesta no es favorable para la comunidad, la vía de reclamación tendría que ser el Comité de Ministros.

En este caso, se podría generar una nueva controversia, ya que el actual ministro de Medio Ambiente, Marcelo Mena, está implicado en el inicio de este proyecto cuando era Octupus y se presentaba como una extensión de la termoeléctrica que funciona en la Comuna de Bulnes.

El titular de la cartera realizó una asesoría técnica a la empresa Australis Power (actualmente Biobíogenera), sobre los efectos de la calidad del aire que pudiera causar la termoeléctrica en Bulnes. Esta relación podría complicar el escenario en el caso que la última instancia sea el Comité de Ministros.

Por su parte, el abogado de la comunidad, Pablo Rivas, advirtió que es necesario resguardar que “el sistema de ventanilla única del SEA no se trasforme en un mero receptor de proyectos destinados a ser aprobados, los que luego se enfrentan a organismos fiscalizadores con nulas competencias para hacer frente a las ilegalidades que cometen las empresas, que genera un complejo grado de contaminación en la comunidad”.

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