60 son los acuerdos de libre comercio, acuerdos e inversiones de diferente tipo que ha firmado Chile hasta ahora. Estas herramientas no sólo implican un cambio en el flujo de mercancías y capitales, sino que han modelado leyes y reglamentos internos.
Para Esteban Silva, presidente de la Fundación Constituyente XXI e integrante de Chile Mejor sin TLC, este tipo de acuerdos solo reflejan beneficios para las grandes corporaciones y quienes finalmente han estado detrás de estos TLC.
Por esto, Silva dijo que miembros de Chile Mejor sin TLC se reunieron con la embajadora de la Unión Europea en Chile, Stella Zervoudaki, a quien solicitaron acceder a los documentos que sirvieron para evaluar los diferentes puntos del acuerdo original implementado en 2003.
“Le hemos pedido que se realicen estudios serios, sólidos e independientes antes de firmar cualquier otra negociación o modernización en el ámbito de facilitación de comercio, de condiciones para la inversión extranjera en Chile en el campo de producciones agrícolas y exportaciones, patentes que tocan a la industria farmacéutica o de servicios. Es indispensable conocer los estudios de impacto que el acuerdo vigente ha tenido en el país”, afirmó.
Para la representante de la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (Anamuri) Alicia Muñoz, esta modernización de acuerdos daría más poder a la industria forestal y a las transnacionales de la agricultura, que a su juicio amenazan la existencia del cultivo campesino.
La dirigenta cuestionó las decisiones que se han tomado desde ciertos organismos, como la Organización Mundial de Comercio, pero también en estos acuerdos comerciales.
Asimismo, advirtió que en esas instancias se concibe a los alimentos, agua, tierra, el saber de los pueblos y el cuerpo de las mujeres como simples mercancías. “Es un problema grave para nuestro sector que se firme o complementen acuerdos sin ningún miramiento a proteger nuestro recursos naturales. Es el extractivismo desatado, el exterminio del campo, de nuestro territorio, para darle chipe libre, que hagan y deshagan, sin tener una mirada desde el punto de vista, por ejemplo, de lo que significa la soberanía alimentaria y la subsistencia de las comunidades rurales”, argumentó.
Para parlamentarios como el senador Alejandro Navarro y el diputado Gabriel Boric, es necesaria una moratoria a los tratados de libre comercio. Esto, con el objetivo de detener la firma compulsiva de nuevos acuerdos económicos por parte de Chile y la ampliación, como se ha iniciado recientemente, con la Unión Europea.
Boric indicó que se debe deliberar con responsabilidad política, además de conocer estudios sobre los efectos reales de los TLC ya implementados, antes de seguir discutiendo otros tratados.
El parlamentario pidió “una moratoria respecto a la firma compulsiva de tratados de libre comercio que no han sido estudiados y que se aprueban en el Parlamento como si fuera un mero buzón, sin recabar los antecedentes necesarios del impacto negativo de los mismos; a la cesión de soberanía ante organismos multilaterales, que muchas veces desprotegen a los trabajadores y pequeños productores del país. Estamos abiertos a la apertura comercial, pero esto tiene que hacerse de manera justa”.
Según la Cancillería, el apartado comercial con la Unión Europea ha sido de “gran éxito”, pero después de 14 años de vigencia ya no cubre todos los temas relacionados con la inversión y el comercio.
Mientras, desde la organización ciudadana Chile Mejor sin TLC se argumenta que la suscripción de estos tratados ha sido en secreto y sin la participación de la ciudadanía. Sus integrantes recalcan que hoy, con un sistema neoliberal cuestionado, se pide una moratoria de TLC y la revisión de los tratados ya firmados.
60 son los acuerdos de libre comercio, acuerdos e inversiones de diferente tipo que ha firmado Chile hasta ahora. Estas herramientas no sólo implican un cambio en el flujo de mercancías y capitales, sino que han modelado leyes y reglamentos internos.
Para Esteban Silva, presidente de la Fundación Constituyente XXI e integrante de Chile Mejor sin TLC, este tipo de acuerdos solo reflejan beneficios para las grandes corporaciones y quienes finalmente han estado detrás de estos TLC.
Por esto, Silva dijo que miembros de Chile Mejor sin TLC se reunieron con la embajadora de la Unión Europea en Chile, Stella Zervoudaki, a quien solicitaron acceder a los documentos que sirvieron para evaluar los diferentes puntos del acuerdo original implementado en 2003.
“Le hemos pedido que se realicen estudios serios, sólidos e independientes antes de firmar cualquier otra negociación o modernización en el ámbito de facilitación de comercio, de condiciones para la inversión extranjera en Chile en el campo de producciones agrícolas y exportaciones, patentes que tocan a la industria farmacéutica o de servicios. Es indispensable conocer los estudios de impacto que el acuerdo vigente ha tenido en el país”, afirmó.
Para la representante de la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (Anamuri) Alicia Muñoz, esta modernización de acuerdos daría más poder a la industria forestal y a las transnacionales de la agricultura, que a su juicio amenazan la existencia del cultivo campesino.
La dirigenta cuestionó las decisiones que se han tomado desde ciertos organismos, como la Organización Mundial de Comercio, pero también en estos acuerdos comerciales.
Asimismo, advirtió que en esas instancias se concibe a los alimentos, agua, tierra, el saber de los pueblos y el cuerpo de las mujeres como simples mercancías. “Es un problema grave para nuestro sector que se firme o complementen acuerdos sin ningún miramiento a proteger nuestro recursos naturales. Es el extractivismo desatado, el exterminio del campo, de nuestro territorio, para darle chipe libre, que hagan y deshagan, sin tener una mirada desde el punto de vista, por ejemplo, de lo que significa la soberanía alimentaria y la subsistencia de las comunidades rurales”, argumentó.
Para parlamentarios como el senador Alejandro Navarro y el diputado Gabriel Boric, es necesaria una moratoria a los tratados de libre comercio. Esto, con el objetivo de detener la firma compulsiva de nuevos acuerdos económicos por parte de Chile y la ampliación, como se ha iniciado recientemente, con la Unión Europea.
Boric indicó que se debe deliberar con responsabilidad política, además de conocer estudios sobre los efectos reales de los TLC ya implementados, antes de seguir discutiendo otros tratados.
El parlamentario pidió “una moratoria respecto a la firma compulsiva de tratados de libre comercio que no han sido estudiados y que se aprueban en el Parlamento como si fuera un mero buzón, sin recabar los antecedentes necesarios del impacto negativo de los mismos; a la cesión de soberanía ante organismos multilaterales, que muchas veces desprotegen a los trabajadores y pequeños productores del país. Estamos abiertos a la apertura comercial, pero esto tiene que hacerse de manera justa”.
Según la Cancillería, el apartado comercial con la Unión Europea ha sido de “gran éxito”, pero después de 14 años de vigencia ya no cubre todos los temas relacionados con la inversión y el comercio.
Mientras, desde la organización ciudadana Chile Mejor sin TLC se argumenta que la suscripción de estos tratados ha sido en secreto y sin la participación de la ciudadanía. Sus integrantes recalcan que hoy, con un sistema neoliberal cuestionado, se pide una moratoria de TLC y la revisión de los tratados ya firmados.
60 son los acuerdos de libre comercio, acuerdos e inversiones de diferente tipo que ha firmado Chile hasta ahora. Estas herramientas no sólo implican un cambio en el flujo de mercancías y capitales, sino que han modelado leyes y reglamentos internos.
Para Esteban Silva, presidente de la Fundación Constituyente XXI e integrante de Chile Mejor sin TLC, este tipo de acuerdos solo reflejan beneficios para las grandes corporaciones y quienes finalmente han estado detrás de estos TLC.
Por esto, Silva dijo que miembros de Chile Mejor sin TLC se reunieron con la embajadora de la Unión Europea en Chile, Stella Zervoudaki, a quien solicitaron acceder a los documentos que sirvieron para evaluar los diferentes puntos del acuerdo original implementado en 2003.
“Le hemos pedido que se realicen estudios serios, sólidos e independientes antes de firmar cualquier otra negociación o modernización en el ámbito de facilitación de comercio, de condiciones para la inversión extranjera en Chile en el campo de producciones agrícolas y exportaciones, patentes que tocan a la industria farmacéutica o de servicios. Es indispensable conocer los estudios de impacto que el acuerdo vigente ha tenido en el país”, afirmó.
Para la representante de la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (Anamuri) Alicia Muñoz, esta modernización de acuerdos daría más poder a la industria forestal y a las transnacionales de la agricultura, que a su juicio amenazan la existencia del cultivo campesino.
La dirigenta cuestionó las decisiones que se han tomado desde ciertos organismos, como la Organización Mundial de Comercio, pero también en estos acuerdos comerciales.
Asimismo, advirtió que en esas instancias se concibe a los alimentos, agua, tierra, el saber de los pueblos y el cuerpo de las mujeres como simples mercancías. “Es un problema grave para nuestro sector que se firme o complementen acuerdos sin ningún miramiento a proteger nuestro recursos naturales. Es el extractivismo desatado, el exterminio del campo, de nuestro territorio, para darle chipe libre, que hagan y deshagan, sin tener una mirada desde el punto de vista, por ejemplo, de lo que significa la soberanía alimentaria y la subsistencia de las comunidades rurales”, argumentó.
Para parlamentarios como el senador Alejandro Navarro y el diputado Gabriel Boric, es necesaria una moratoria a los tratados de libre comercio. Esto, con el objetivo de detener la firma compulsiva de nuevos acuerdos económicos por parte de Chile y la ampliación, como se ha iniciado recientemente, con la Unión Europea.
Boric indicó que se debe deliberar con responsabilidad política, además de conocer estudios sobre los efectos reales de los TLC ya implementados, antes de seguir discutiendo otros tratados.
El parlamentario pidió “una moratoria respecto a la firma compulsiva de tratados de libre comercio que no han sido estudiados y que se aprueban en el Parlamento como si fuera un mero buzón, sin recabar los antecedentes necesarios del impacto negativo de los mismos; a la cesión de soberanía ante organismos multilaterales, que muchas veces desprotegen a los trabajadores y pequeños productores del país. Estamos abiertos a la apertura comercial, pero esto tiene que hacerse de manera justa”.
Según la Cancillería, el apartado comercial con la Unión Europea ha sido de “gran éxito”, pero después de 14 años de vigencia ya no cubre todos los temas relacionados con la inversión y el comercio.
Mientras, desde la organización ciudadana Chile Mejor sin TLC se argumenta que la suscripción de estos tratados ha sido en secreto y sin la participación de la ciudadanía. Sus integrantes recalcan que hoy, con un sistema neoliberal cuestionado, se pide una moratoria de TLC y la revisión de los tratados ya firmados.
