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Año XVI, 28 de marzo de 2024


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Guillier v/s Piñera: un debate centrado en las formas

Las cifras fueron la forma elegida por los candidatos para responder, explicar, proponer y emplazar durante el debate. En el fondo, al igual que en ejercicios anteriores, las intervenciones estuvieron marcadas por las respuestas cruzadas entre Piñera y Guillier, candidatos a los que les costó ser frontales para responder a los cuatro periodistas.

Paula Campos

  Lunes 11 de diciembre 2017 23:30 hrs. 
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En ocho ejes de preguntas se dividió el último debate electoral. A menos de una semana del balotaje que definirá al nuevo ocupante de La Moneda, Alejandro Guillier y Sebastián Piñera tuvieron una nueva oportunidad para exponer sus ideas, similitudes y diferencias, formato que incluyó una “conversación” de seis minutos por bloque entre los candidatos.

La primera parte de la conversación se entrampó en una discusión sobre las formas “agresivas” que ha tomado la campaña. Acusaciones más, acusaciones menos, los candidatos apuntaron a su contraparte de generar un violento clima electoral.

Las preguntas se abrieron con el tema de campaña, así el primero en responder fue el candidato de Fuerza Mayoría, interpelado por la compañía de Michelle Bachelet en la última etapa de campaña: “Hemos coincidido en algunas actividades”, dijo sin adentrarse en materias de “intervencionismo electoral” como acusan los opositores.

Piñera también esquivó las interrogantes. En un comienzo, las que trataban de develar su pensamiento sobre el 36 por ciento de la primera vuelta. “Incluí el tema de la gratuidad porque Chile necesita una educación técnico profesional. Por eso hemos tomado ideas de otros candidatos como José Antonio Kast y Carolina Goic” dijo haciendo un guiño tanto a la derecha extrema como al codiciado “centro político”.

Las cifras, las reinas de la noche

Una y otra vez, de forma majadera, ambos postulantes utilizaron cifras para proponer, explicar, prometer, o emplazar. Los números sirvieron en todos los temas: electoral, seguridad, educación, migrantes, salud y pensiones, quitando del centro de las respuestas las verdaderas propuestas o incluso las preguntas.

Algunas hubo (propuestas), como la promesa de reestructurar Carabineros cuyo eje, en ambas propuestas, sería el fortalecimiento de las instituciones, dotando a las policías de más atribuciones; pese a ello, y que ambos reconocieron el problema al interior de la institución, ninguno optó por la salida de Bruno Villalobos por el rol político que le compete.

Lo “valórico” y las pensiones

El juez Calvo, la homosexualidad, la adopción homoparental y el aborto fueron parte del debate. Así, Alejandro Guillier se mostró renuente a despenalizarlo en todo evento o, como lo definió, como método anticonceptivo.

Tal como en 2012 Michelle Bachelet, Sebastián Piñera se comprometió a “pensar la opción de instalar una AFP estatal”, sin plantear un nuevo sistema de pensiones; tampoco lo hizo el representante de Fuerza Mayoría, quien insistió en el concepto de poner fin al “monopolio” de las AFP, proponiendo alternativas al sistema y no su eliminación, como lo han solicitado desde el Frente Amplio y la Coordinadora No+AFP.

Las diferencias ¿programáticas?

Hubo algunos contrapuntos entre los candidatos. Así, el momento que marcó un mayor enfrentamiento fue el del fin al Crédito con Aval del Estado. El debate en educación se centró, principalmente, en este mecanismo que condiciona el futuro de los estudiantes universitarios, los que deben pagar altos intereses a la banca para poder financiar su educación superior. Alejandro Guillier insistió en la condonación de la deuda para quienes se encuentren en el cuarenta por ciento más pobre de los deudores, acto que -según su programa- se mantendría mientras sus ingresos no mejoren. En esa línea vino el emplazamiento de Sebastián Piñera: “Alejandro, es o no una condonación para siempre”, preguntó. El senador aseguró que sí.

La seguridad ciudadana también marcó un par de matices. Principalmente, en el compromiso concreto de reducirla. Mientras el expresidente ha comprometido reducir en un 25 por ciento la victimización de los hogares, Guiller prefirió no entregar cifras: “No veo cómo uno puede afirmar que va a sacar el 25 por ciento, y no el 26 o el 27 por ciento. Mi contendor ya fue presidente, ya habló de poner la tranca a la puerta giratoria, que iba a parar la delincuencia y eso no ha ocurrido”.

El crecimiento económico, la “conquista” al voto del Frente Amplio, las reformas tributarias o los precios de medicamentos fueron parte de lo dicho por los exponentes. Al finalizar, Sebastián Piñera insistió sus propuestas de campaña: la seguridad, educación y Salud, por ejemplo. Mientras que Alejandro Guillier apuntó al “sistema económico”, abordando los mismos temas que su contrincante, pero basando su argumento en la desigualdad.

Temas más, temas menos, lo que primó fue un debate centrado en las declaraciones públicas de cada candidato. En las que poco se profundizó en propuestas. Hubo diferencias, por ejemplo, en torno a lo ocurrido con el reportaje televisivo del caso Spiniak, que terminó con la carrera judicial del juez Calvo. No obstante, en las propuestas, no quedó claro qué pensaba cada uno sobre la discriminación al mundo homosexual. Tampoco en el caso de identidad de género, en la que prefirieron responder “valóricamente”, más que entregando respuestas claras a los problemas como el cambio de sexo en niños trans. El costo del programa de Alejandro Guillier también fue un contrapunto entre las partes. Mientras Piñera acusaba de “vende humo” a Guillier por -presuntamente- no asumir el costo de su programa de gobierno, el de Fuerza Mayoría respondió calificando al empresario como “demagogo”.

Más allá de esos momentos, y al igual que en los debates anteriores, el debate no se concentró en la sustancia de las propuestas contenidas en los programas de gobierno. La estrategia usada para “conquistar” a los votantes fue, más bien, centrarse en repetir grandes frases, eludiendo o simplificando todo lo posible, las preguntas hechas por los entrevistadores.

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