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Visita Papal, la inquisición de la diversidad


Jueves 11 de enero 2018 9:54 hrs.


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Las más grandes autoridades y la jerarquía eclesiástica, desempolvan sus mejores tenidas, la ropa de gala, las iglesias trabajan para un piso reluciente y abrillantan sus cruces más que nunca para recibir a la máxima autoridad de la Iglesia: El Papa Francisco.

El Congreso Nacional dictaminó feriado aquellos días en que el sumo Pontífice estará en las tres regiones del país, una visita sin precedentes, jamás vista en la historia del país, con un nivel de apoyo de la tecnología, redes sociales, canales de televisión, radio, prensa escrita, para que sus seguidores no pierdan un minuto de sus palabras.

¿Pero qué es lo que representa este personaje?

Comencemos mencionando que las encuestas han sido muy claras: el 50% del país está en desacuerdo con su visita. Chile está despertando. Revisemos lo que ha significado a través del tiempo, para los “derechos” de todos, avalar la visita de la máxima autoridad de la Iglesia Católica en nuestro país.

Estamos frente a un minuto crucial donde se debate la Ley de Identidad de Género, matrimonio igualitario, también adopción homoparental, derechos que son inalienables. Pero dentro de este debate, aparece ni más ni menos que el presidente de la Cámara de Diputados Fidel Espinoza, diciendo que sería “un poco provocativo” discutir la iniciativa de  la Ley de Identidad de Género en esos días.

Yo le pregunto al señor Espinoza: ¿Qué autoridad tiene usted para continuar postergando los derechos de las personas en este país?.

Este país tiene memoria sólo a conveniencia.

Las mujeres de Chile que estarán repletando las iglesias escuchando las palabras del Papa, ¿recuerdan que en el período de la Inquisición, la Iglesia Católica masacró a más de 40.000 mujeres?.

Los padres que llevarán a sus hijos a escuchar las palabras de este hombre vestido de túnica mantequilla, ¿recuerdan que es la misma institución en las que han sido abusados reiteradamente, violados y silenciados miles y miles de niños de la misma edad que sus hijos hasta el día de hoy? ¿Olvidan los abusos sexuales generados por Fernando Karadima y miles de otros?

La falta de identidad de este país tiene que ver precisamente con las creencias. ¿Cómo es posible que una de las principales arterias de nuestro país tenga como nombre Avenida San José María Escrivá de Balaguer, siendo el creador del Opus Dei y nuestra capital tiene una calle con su nombre?.

Una vez las prácticas que se realizan en el Opus Dei hasta el día de hoy de manera diaria, son los cilicios (una cadena o cinturón metálico dotado de puntas que se ata firmemente al muslo, con el objetivo de provocar dolor). Los numerarios las ocupan diariamente 2 horas como mínimo en conjunto con las mortificaciones. Sin olvidar, que los numerarios duermen en camas de tablas, cada día. Ya me referiré a eso más adelante.

Más de 2000 años de manipulación de parte de la Iglesia Católica hacia la humanidad y peor aún, se continúa permitiendo.

¿Cómo avanzar en nuestros derechos fundamentales si tenemos este manto de mandamientos e imposiciones sobre nuestros hombros?.

La mujer NO tiene derecho a un aborto libre, gratuito y seguro. Todo por la ceguera religiosa.

La comunidad LGTBI NO tiene derecho a matrimonio ni a adopción. Todo por la ceguera religiosa.

Cientos de niños, niñas, jóvenes y adultos transgénero NO tienen derecho a una Ley que los proteja. Todo por la ceguera religiosa.

Los miles de niños, jóvenes y adultos abusados sexualmente por sacerdotes, padres, curas, NO tienen justicia. Todo por la ceguera religiosa.

¡Basta de abusos permitiendo visitas como el Papa Francisco a nuestro país!. Somos millones de chilenos que no queremos seguir siendo víctimas de las cruces y cilicios impuestos en esta tierra. Las mortificaciones de las que tanto goza el Opus Dei, no estamos dispuestos/as a tomarlas los que defendemos los derechos fundamentales de cada chileno en este país.

NO MÁS CRUCES A LA DIVERSIDAD SEXUAL

NO MAS SOTANAS A LA COMUNIDAD TRANSGÉNERO

NO MÁS ROSARIOS EN NUESTROS OVARIOS

NO MÁS LIBERTAD A LOS ABUSOS SEXUALES

Yo, Papa Francisco no te quiero en mi país, un país de miles que lucha, suda y sangra, día a día, por un país para todos.