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La Lá: “Quise hacer música que moviera sentimientos sobre la violencia hacia la mujer”

La cantante peruana debuta este sábado en Santiago, en el marco del Festival Músicas del Mundo. En esta entrevista habla de su disco “Zamba puta”, de su colaboración con Gepe y de la “sombra” del fujimorismo.

Rodrigo Alarcón

  Viernes 12 de enero 2018 17:59 hrs. 
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Probablemente no muchos chilenos reconozcan el nombre de La Lá a la primera, pero sí hayan escuchado su voz: en “Invierno”, la bachata que Gepe incluyó en su disco Estilo libre (2015), es ella quien hace los coros y canta aquello de que el verano se va y el invierno volverá.  

Este sábado, por primera vez, será posible escuchar a Giovanna Núñez (35) -su nombre real- como protagonista en Santiago. Hará su debut en el Festival Músicas del Mundo (ver detalles al final de la entrevista), liderando un cuarteto junto al cual presentará las canciones de sus discos “Zamba puta” (2017) y Rosa (2014).

“Siempre estoy feliz de conocer otros países de Latinoamérica y conocer a otros músicos. En este festival habrá personas de otros países y eso también me emociona, además de conocer Chile, porque he trabajado con amigos chilenos acá en Perú e ir a su tierra me parece lindo”, dice a Radio Universidad de Chile desde Lima, antes de embarcarse con rumbo a la capital.  

¿Cómo se dio la colaboración con Gepe? Por medio del productor Cristián Heyne, responde La Lá: “Lo conocí en un evento musical acá en Lima, quizás un año antes de esa grabación. A él le gustó mi música, a mí me gustó su trabajo y cuando llegó el momento de grabar ese disco, me dijo que me invitaban. Me mostraron las partes en que tenía que intervenir, yo grabé algunas ideas acá en Lima y así se armó, a la distancia. Luego he cantado con Gepe acá en Lima, cuando vino a dar unos conciertos”.

Este sábado será la vuelta de mano, porque Gepe acompañará a La Lá en una de sus canciones. “Qué bueno que haya aceptado, porque tiene una agenda súper full”, dice.

Más allá de su colaboración con el músico chileno, La Lá tiene sus propios pergaminos como cantautora. Su último disco, ese “Zamba puta” del año pasado, es un compendio de delicadas canciones construidas con su voz y guitarra, pero también con arreglos de chelo, contrabajo, corno, flauta traversa y hasta mellotron.

“Es un disco que tiene una intención temática, a diferencia del disco anterior, que recopila canciones que hice durante varios años, la mayoría de un tono romántico, sentimental, abatido. Este disco lo concebí desde dos años antes de hacerlo, pensando que escuchaba mucho estas campañas contra la violencia hacia la mujer e incluso a veces me contrataban para hacer jingles y cosas. Yo pensaba que la música era una buena herramienta para acompañar una reflexión”, explica.  

En ese sentido, “quería hacer música que moviera los sentimientos alrededor del tema de la violencia hacia la mujer. En mi país es muy notoria, hay mucha violencia en las calles, en la televisión, hay un índice de violación, abuso y feminicidio muy alto. Es un disco que fue saliendo poco a poco, que fue hecho más a voluntad que el otro, que fue mucha inspiración, recopilar y grabar. Aquí fue tener la intención y trabajar”.

Entonces de ahí viene ese título, que además está entre comillas.

Está entre comillas porque es una cita a un insulto. No sé si en Chile, pero acá un zambo o una zamba es una persona que tiene orígenes andinos y africanos. Además, lo negro está hipersexualizado, entonces una zamba levanta sospecha y “puta” también es un insulto, porque estamos poniendo en cuestión la dignidad de esa mujer que estamos juzgando por su manera de moverse o verse. Está entre comillas porque es algo que la gente puede decir o dice para señalar que existen estos prejuicios racistas y machistas sobre la mujer. Lo que hace que esas dos palabras sean un insulto es una serie de prejuicios, porque ni ser zamba ni ser puta deberían ser un insulto, pero lo son desde que se considera que una mujer no debe tener autonomía sexual y desde que somos un país racista.

Al mismo tiempo, la zamba es una música.

También, pero no pensé en esa acepción de la palabra. El coproductor de mi disco es argentino y se reía mucho del título, le parecía muy alegre y muy bonito por la zamba que hay allá jajaja.

Una de las cosas llamativas es que usas diferentes idiomas: portugués e inglés, además del español. ¿Por qué?

Me gusta mucho jugar en la música. A veces siento que cuando hago música estoy en el rol de la niña que se pone los zapatos de la mamá para jugar. Por ejemplo, cuando incursiono en un género que es muy clásico y yo no he estudiado música. Siempre me siento no autorizada para hacerlo, es como mi versión de plastilina. Igualmente, cuando incursioné en estos dos idiomas, sabiendo que no sé pronunciar bien o que no los conozcio bien, me gustó porque me parece un juego.

A la vez, en esa canción en portugués (“Cornamenta”) pongo toda mi admiración y amor por la música brasileña que escuchaba desde niña, aunque no se compare con lo que admiro y he escuchado.

A pesar de que cantes en inglés, en general son canciones que suenan latinas: bossa nova, bolero, vals, algo medio jazzero pero latino igual…

Es que reproduzco las sonoridades que he venido acumulando desde niña, de lo que me he cargado desde chica. He escuchado más música latina, salsa… todavía no me sale una salsa, pero ojalá que me salga jajaja. También he escuchado mucho pop en inglés, pero creo que sale lo que uno tiene adentro.

Me parece que pesar de ser países vecinos, no existe tanto intercambio entre músicos chilenos y peruanos. ¿Cómo lo percibes allá?

Hay músicos chilenos que suenan y son muy queridos aquí. Se me vienen a la cabeza tu compatriota Mon Laferte, que tiene mucha pegada acá. Siempre es muy querida Javiera Mena, el Gepe, hay bandas que son más del indie y hacen conciertos en Lima, pero no sé si llegamos muchos músicos allá.

En alguna ocasión tuve la oportunidad de conocer la infraestructura que tienen en Chile para favorecer el movimiento de los músicos hacia afuera y es muy bonito que la tengan. Acá es más difícil conseguir fondos o caminos para salir a tocar a otros lugares, quizás por eso somos más lentos para movernos. Cada país se encarga de mover a sus bandas y como acá hay limitaciones presupuestarias, del Estado y eso, a veces es más difícil que salgamos.

Has participado de las manifestaciones recientes contra el indulto que recibió Alberto Fujimori, ¿cómo ves el tema desde allá?

Es que es un escándalo, ¿no? Nos escandaliza a todos los que no somos fujimoristas y no nos parece que Fujimori sea un viejito pobrecito, que es una gran mentira y hemos tratado de comunicarlo de la manera en que hemos podido. En Lima ha habido marchas y las personas se están organizando para hacer frente a lo que está pasando porque no solo es el indulto, es como que están retomando el poder otra vez y es terrible. Es como una sombra negra que tienes que combatir, porque no queremos que el Perú vuelva a lo que fue el gobierno de Fujimori.

Lo que he hecho es usar mi fanpage para compartir información, porque justamente una de las porquerías que Fujimori hizo acá fue controlar la prensa y mantener a la gente totalmente ignorante de lo que hacía. Mucha gente cree que Fujimori salvó al Perú del terrorismo, que le han dado el indulto porque es un viejito enfermito o que era legal. Hay que hacer una movida de boca en boca, porque la prensa es totalmente parcial. Está muy complicado, pero siempre se tienen esperanzas.

Perú, Israel, Austria, Colombia y Chile

El Festival Músicas del Mundo se realizará entre este viernes 12 y domingo 14 en la explanada de Santa Rosa de Apoquindo. Además de La Lá, actuarán Alexandros Tefarikis (Chile), Curupira (Colombia), Javiera de la Fuente (Chile), la Orquesta Huambaly (Chile), deRuts (Austria), Amir Gwirtshman (Israel) y Arak Pacha (Chile).

Las entradas tienen un valor de seis mil pesos. Más detalles y programación en Mundovivo.

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