Toulouse y el cine de América Latina celebraron una historia que ya cuenta 30 años. Esto, en el marco de Cinélatino, festival que nació modestamente bajo la forma de unos encuentros entre los creadores latinoamericanos y el público francés, y que hoy es una de las manifestaciones más grandes de Europa en esta materia.

En la actualidad Cinélatino permite un contacto con directores, actores y productores latinoamericanos, ya que son ellos quienes presentan sus obras. Pero también se ha convertido en un gran festival que entrega premios en las categorías de largometrajes, cortometrajes y documentales.

“Nuestro objetivo es que el cine latinoamericano sea más conocido y mejor distribuido en Francia, y que el público francés tenga acceso a esas películas. El cine es un vector para el descubrimiento de las culturas y formas de vida”, explicó Esther Saint-Dizier, una de las fundadoras de Cinélatino.

En su edición aniversario, la competencia en Cinélatino presentó doce largometrajes de ficción y siete documentales inéditos en Francia, así como tres programas de corto-metrajes y un homenaje al cine de Chile con la presencia de varias mujeres cineastas y actrices chilenas como Paulina García.

El festival también es una plataforma para el desarrollo de proyectos cinematográficos, que hace posible la colaboración entre productores y creadores, a través de eventos como Cine en construcción o Cine en Desarrollo.