Un nuevo caso irregular afecta a Carabineros, ahora por el eventual despido injustificado de uno de sus funcionarios, quien pese a contar con una hoja de antecedentes intachable, la institución ha decidido darlo de baja por una supuesta enfermedad mental incompatible.
El afectado es Ricardo Guerrero, de 28 años, a quien con 10 años en el organismo policial y después de haber sido trasladado a la Escuela de Caballería, intentan alejarlo por una supuesta condición natural de depresión, sin embargo, familiares directos denunciaron que este procedimiento es irregular.
Todo comenzó al mes de ejercer funciones en su nueva repartición. En ese momento constató una disminución considerable en sus remuneraciones. Este factor caló en su accionar, lo que decantó en una depresión que lo mantuvo con tratamiento en la clínica El Arrayán.
Según su padre, Ricardo Guerrero, del mismo nombre que el funcionario afectado, el haber presentado una licencia médica a pocas semanas de concretarse su traslado a la Escuela de Caballería, le trajo varios problemas con sus superiores, quienes desde un principio cuestionaron el documento sanitario.
“Al mes se dio cuenta que le había bajado el sueldo en al menos 200 mil pesos y fue a mencionarle a sus superiores la anomalía sucedida por el reciente traslado -que supuestamente era para beneficiarlo y no para perjudicarlo- pero no pasó nada. Posteriormente cayó en depresión y tuvo que pedir una licencia, provocando el hostigamiento y la molestia de los oficiales por la ausencia a un mes de asumir funciones”, afirmó.
El progenitor del carabinero afectado agregó que después de haber sido dado de alta en la clínica El Arrayán, donde se encontraba tratando la depresión, y contando con un informe de salud que estipulaba su total mejoría, la junta médica de la institución policial elaboró un documento que lo tipifica como una persona no está apta para seguir en la intitución uniformada.
Ricardo Guerrero padre aseguró que este es un caso irregular. Precisó que es otro ejemplo de abandono institucional contra un funcionario que, a sus 18 años de edad, decidió ingresar a las filas impulsado sólo por la vocación de servicio.
“El informe de los médicos de la clínica El Arrayán dice claro que él está apto para trabajar en Carabineros, y pese a esto, le pidieron la baja absoluta desde la junta médica, lo que es arbitrario. Lo expulsaron porque se enfermó, aunque sea un funcionario intachable, o sea, aquí abandonan a los uniformados que juran dar la vida en la calle. Tratan a mi hijo como si fuera un delincuente”, argumentó.
Guerrero informó la reciente presentación de un recurso de protección que fue acogido por la Corte Suprema, y que mantiene en suspenso la decisión de la junta médica interna de Carabineros de dar de baja al funcionario pese a la existencia del informe clínico que estipula su idoneidad para reasumir labores en la institución.
“Veo a muchos jóvenes con dramas tan grandes que llega a doler el alma que una institución como Carabineros los abandone. En las clínicas que tienen convenio con la institución se aprecia la irregularidad. Los jóvenes están despojados y no tienen la posibilidad como mi hijo de contratar por un abogado para que los defienda”, subrayó.
Recordemos que la institución policial ha estado en el ojo del huracán debido a situaciones laborales irregulares, como despidos de funcionarias embarazadas o la investigación que se está dando por la presentación de una querella por abusos sexuales en contra de un instructor de la misma Escuela de Caballería, y en desmedro de tres aspirantes.
Un nuevo caso irregular afecta a Carabineros, ahora por el eventual despido injustificado de uno de sus funcionarios, quien pese a contar con una hoja de antecedentes intachable, la institución ha decidido darlo de baja por una supuesta enfermedad mental incompatible.
El afectado es Ricardo Guerrero, de 28 años, a quien con 10 años en el organismo policial y después de haber sido trasladado a la Escuela de Caballería, intentan alejarlo por una supuesta condición natural de depresión, sin embargo, familiares directos denunciaron que este procedimiento es irregular.
Todo comenzó al mes de ejercer funciones en su nueva repartición. En ese momento constató una disminución considerable en sus remuneraciones. Este factor caló en su accionar, lo que decantó en una depresión que lo mantuvo con tratamiento en la clínica El Arrayán.
Según su padre, Ricardo Guerrero, del mismo nombre que el funcionario afectado, el haber presentado una licencia médica a pocas semanas de concretarse su traslado a la Escuela de Caballería, le trajo varios problemas con sus superiores, quienes desde un principio cuestionaron el documento sanitario.
“Al mes se dio cuenta que le había bajado el sueldo en al menos 200 mil pesos y fue a mencionarle a sus superiores la anomalía sucedida por el reciente traslado -que supuestamente era para beneficiarlo y no para perjudicarlo- pero no pasó nada. Posteriormente cayó en depresión y tuvo que pedir una licencia, provocando el hostigamiento y la molestia de los oficiales por la ausencia a un mes de asumir funciones”, afirmó.
El progenitor del carabinero afectado agregó que después de haber sido dado de alta en la clínica El Arrayán, donde se encontraba tratando la depresión, y contando con un informe de salud que estipulaba su total mejoría, la junta médica de la institución policial elaboró un documento que lo tipifica como una persona no está apta para seguir en la intitución uniformada.
Ricardo Guerrero padre aseguró que este es un caso irregular. Precisó que es otro ejemplo de abandono institucional contra un funcionario que, a sus 18 años de edad, decidió ingresar a las filas impulsado sólo por la vocación de servicio.
“El informe de los médicos de la clínica El Arrayán dice claro que él está apto para trabajar en Carabineros, y pese a esto, le pidieron la baja absoluta desde la junta médica, lo que es arbitrario. Lo expulsaron porque se enfermó, aunque sea un funcionario intachable, o sea, aquí abandonan a los uniformados que juran dar la vida en la calle. Tratan a mi hijo como si fuera un delincuente”, argumentó.
Guerrero informó la reciente presentación de un recurso de protección que fue acogido por la Corte Suprema, y que mantiene en suspenso la decisión de la junta médica interna de Carabineros de dar de baja al funcionario pese a la existencia del informe clínico que estipula su idoneidad para reasumir labores en la institución.
“Veo a muchos jóvenes con dramas tan grandes que llega a doler el alma que una institución como Carabineros los abandone. En las clínicas que tienen convenio con la institución se aprecia la irregularidad. Los jóvenes están despojados y no tienen la posibilidad como mi hijo de contratar por un abogado para que los defienda”, subrayó.
Recordemos que la institución policial ha estado en el ojo del huracán debido a situaciones laborales irregulares, como despidos de funcionarias embarazadas o la investigación que se está dando por la presentación de una querella por abusos sexuales en contra de un instructor de la misma Escuela de Caballería, y en desmedro de tres aspirantes.
Un nuevo caso irregular afecta a Carabineros, ahora por el eventual despido injustificado de uno de sus funcionarios, quien pese a contar con una hoja de antecedentes intachable, la institución ha decidido darlo de baja por una supuesta enfermedad mental incompatible.
El afectado es Ricardo Guerrero, de 28 años, a quien con 10 años en el organismo policial y después de haber sido trasladado a la Escuela de Caballería, intentan alejarlo por una supuesta condición natural de depresión, sin embargo, familiares directos denunciaron que este procedimiento es irregular.
Todo comenzó al mes de ejercer funciones en su nueva repartición. En ese momento constató una disminución considerable en sus remuneraciones. Este factor caló en su accionar, lo que decantó en una depresión que lo mantuvo con tratamiento en la clínica El Arrayán.
Según su padre, Ricardo Guerrero, del mismo nombre que el funcionario afectado, el haber presentado una licencia médica a pocas semanas de concretarse su traslado a la Escuela de Caballería, le trajo varios problemas con sus superiores, quienes desde un principio cuestionaron el documento sanitario.
“Al mes se dio cuenta que le había bajado el sueldo en al menos 200 mil pesos y fue a mencionarle a sus superiores la anomalía sucedida por el reciente traslado -que supuestamente era para beneficiarlo y no para perjudicarlo- pero no pasó nada. Posteriormente cayó en depresión y tuvo que pedir una licencia, provocando el hostigamiento y la molestia de los oficiales por la ausencia a un mes de asumir funciones”, afirmó.
El progenitor del carabinero afectado agregó que después de haber sido dado de alta en la clínica El Arrayán, donde se encontraba tratando la depresión, y contando con un informe de salud que estipulaba su total mejoría, la junta médica de la institución policial elaboró un documento que lo tipifica como una persona no está apta para seguir en la intitución uniformada.
Ricardo Guerrero padre aseguró que este es un caso irregular. Precisó que es otro ejemplo de abandono institucional contra un funcionario que, a sus 18 años de edad, decidió ingresar a las filas impulsado sólo por la vocación de servicio.
“El informe de los médicos de la clínica El Arrayán dice claro que él está apto para trabajar en Carabineros, y pese a esto, le pidieron la baja absoluta desde la junta médica, lo que es arbitrario. Lo expulsaron porque se enfermó, aunque sea un funcionario intachable, o sea, aquí abandonan a los uniformados que juran dar la vida en la calle. Tratan a mi hijo como si fuera un delincuente”, argumentó.
Guerrero informó la reciente presentación de un recurso de protección que fue acogido por la Corte Suprema, y que mantiene en suspenso la decisión de la junta médica interna de Carabineros de dar de baja al funcionario pese a la existencia del informe clínico que estipula su idoneidad para reasumir labores en la institución.
“Veo a muchos jóvenes con dramas tan grandes que llega a doler el alma que una institución como Carabineros los abandone. En las clínicas que tienen convenio con la institución se aprecia la irregularidad. Los jóvenes están despojados y no tienen la posibilidad como mi hijo de contratar por un abogado para que los defienda”, subrayó.
Recordemos que la institución policial ha estado en el ojo del huracán debido a situaciones laborales irregulares, como despidos de funcionarias embarazadas o la investigación que se está dando por la presentación de una querella por abusos sexuales en contra de un instructor de la misma Escuela de Caballería, y en desmedro de tres aspirantes.
