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Año XVI, 29 de marzo de 2024


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“Entérate”, la campaña que visibiliza la realidad de las cárceles

La ONG Leasur inició una campaña con el objetivo de disputar el sentido común en torno a la concepción de las personas privadas de su libertad. En ella denuncian las horas que pasa la población penal sin comer, las condiciones de suministro de agua y las horas de encierro que viven diariamente. "Pueden aumentar la incidencia de factores criminógenos", declaran.

Martín Espinoza C.

  Martes 15 de mayo 2018 19:30 hrs. 
colina

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Como un grave atentado a la dignidad humana. Así califica la ONG Leasur -institución que se dedica a la defensa y promoción de los derechos de las personas privadas de libertad- las deficiencias que presenta el sistema alimenticio de los centros penitenciarios del territorio nacional.

Pero no se quedan solo en eso. La organización también repara en la cantidad de horas que pasan los reos encerrados, el hacinamiento de las cárceles y a el suministro de agua de las mismas.

En ese contexto la ONG lanzó su campaña “Entérate”, con el objetivo de visibilizar la precaria situación en la que viven miles de personas privadas de su libertad en Chile. Según explicó su director, Javier Gallegos, “sabemos que es súper hostil, súper complejo de abordar contra un discurso público instalado tendiente a ser cada vez más punitivo, a fomentar la venganza. Nuestro objetivo es, por ahora, y dentro de los círculos a los que podemos llegar, intentar disputar ese sentido común. Porque creemos que generar la empatía necesaria respecto de las condiciones en las que hoy están viviendo las personas que están privadas de su libertad, puede generar esa sensibilidad necesaria para impulsar los cambios que hoy se requieren, urgentemente, en materia de cárceles”.

Según informó un documento elaborado por la Fiscalía Judicial de la Corte Suprema en el mes de febrero de 2018, los horarios de las comidas recibidas por los internos durante el día son a las 8:30 el desayuno, a las 12:00 el almuerzo y a las 16:00 la cena. Es decir, “entre la última comida del día y la primera del día siguiente, transcurren más de 16 horas, lo que genera un vacío alimentario que se contrapone a un correcto estándar de nutrición”. Además, no existe certeza sobre si efectivamente se consideran las diferentes condiciones de salud de los reos en cuanto a la dieta.

Es el mismo informe el que da cuenta de los horarios de encierro que viven los reos. El texto señala que “las personas privadas de libertad, pasan alrededor de 14 y 16 horas diarias encerradas en las celdas, disponiendo sólo de 9 horas para llevar a cabo las distintas actividades en las que cada una participa”. Ante esto la, ONG declara que “las rutinas existentes tienen efectos disociadores, los que pueden aumentar la incidencia de factores criminógenos, tales como el apoyo social al delito y la ausencia de actividades recreacionales y sociales (Andrews y Bonta, 2007), además de agravar las consecuencias sociales y subjetivas de la prisionización”.

Sobre la campaña, Gallegos dijo que “el ejercicio que hicimos es dar un paso atrás en términos de conocimiento, de mostrar la realidad de la cárcel. Nuestro objetivo es evidenciarlo de manera gráfica para poder generar esa sensibilidad. Ahí nace la campaña “Entérate”. Entérate de lo que está pasando hoy en la cárcel, de cómo se está viviendo en la cárcel y que en definitiva la cárcel, hoy como está, no es la solución efectiva que la sociedad quiere y pretende para solucionar los conflictos asociados al fenómeno de la delincuencia”.

Si bien una importante cantidad de recintos penitenciarios cumple con el suministro de agua potable, esta arista también es un fiel reflejo de las desigualdades en torno a las políticas en esta materia.

Solo un tres por ciento de los penales tiene un suministro de agua caliente para los reclusos. Entre ellos, Punta Peuco. Suministro parcial de agua caliente hay en poco menos de un seis por ciento de los recintos, mientras que el 83 por ciento de los mismos solo cuenta con agua fría. El 7,5 por ciento tiene un suministro parcial de agua fría, como la cárcel de Curicó, que suspende el suministro en la noche y Colina II, que tiene problemas de baja presión.

La situación, señalan desde la ONG Leasur, es urgente: “El hacinamiento sumado a una falta de agua son una combinación preocupante”.

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