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Daniel Jadue y elecciones en Venezuela: En Chile hay un prejuicio bárbaro

Daniel Jadue aterrizó hace poco luego de haber observado las elecciones venezolanas. A su juicio son absolutamente transparentes, y la ofensiva que ha tenido la derecha responde a la amenaza que ven en que un pueblo, a través del voto, intente marginarse del proyecto capitalista.

Diario Uchile

  Jueves 24 de mayo 2018 19:17 hrs. 
jadue

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Daniel Jadue viene volviendo de Venezuela, país en donde participó como observador internacional del proceso eleccionario que ratificó a Nicolás Maduro como Presidente. Jadue viene con rabia hacia quienes juzgan la democracia y los procesos democráticos del país caribeño.

Pareciera ser que en Chile, cuando se opina de Venezuela, es como si se hablara de dos lugares distintos. Usted, que estuvo ahí, ¿qué reflexión puede hacer respecto? 

Porque estamos en un mundo globalizado en donde hay actores internacionales, también globalizados, que defienden sus intereses y que están dispuestos a hacer cualquier cosa para conseguir lo que buscan. Y me refiero fundamentalmente a las transnacionales, a los grandes consorcios y a los grandes banqueros mundiales. Si uno mira lo que está pasando en Venezuela hoy lo puede comparar con lo que pasó en Iraq o en Siria, en donde en una etapa nos convencieron de que habían armas de destrucción masiva que nunca existieron. En septiembre del 73 acá se suponía que había un “Plan Z”. Eso es porque acá, cuando un pueblo democráticamente, por amplia mayoría, decide apartarse del proyecto capitalista mundial, le caen todas las penas del infierno arriba.

¿Qué ejemplos se pueden ofrecer para graficar esta situación?

Ayer Venezuela denunciaba en Ginebra, en el Consejo de Derechos Humanos, que las farmacéuticas internacionales no le querían vender los medicamentos a pesar de que tenían vales vista en dólares para pagar en efectivo. Esto lo ligo a cuando partimos con la farmacia popular acá en Chile: los laboratorios tampoco nos querían vender para hacer fracasar el proyecto. Como síntesis: los capitalistas son democráticos siempre y cuando el derecho a autodeterminación de los pueblos se enmarque dentro del proyecto capitalista. Si por democracia o mayoría algún pueblo decide apartarse de ese proyecto lo tratan de lo peor y empiezan a caerle todas las mentiras, con Estados Unidos y todos sus aliados -un conjunto de presidentes empresarios mucho más interesados en sus negocios que en sus países- que deciden derrocar a un gobierno que no les gusta.

Es decir que, en el mundo en el que vivimos, la democracia solo es posible en la medida en que no afecte los intereses de los grandes capitales. ¿Entonces qué es lo que tenemos en Chile?

En Chile tenemos exactamente eso. Cada vez que una mayoría pretende apartarse del rumbo definido por la dictadura, operan los dispositivos de control como el tribunal Constitucional, antes el sistema binominal, los senadores designados, una doble cámara que dificulta el cambio legal, y esos son puros dispositivos del proyecto capitalista que instaló la dictadura, que es de carácter neoliberal, es decir, dice que el mercado no debe tener fronteras ni límites, y les parece muy obvio que hayan 54 comunas que no tienen farmacias, 203 que no tienen óptica, 287 que no tienen librería… Porque al mercado le da lo mismo servir a la gente, solo le importa la utilidad. Cualquier cosa que se aparta de eso termina siendo atacado.

En ese contexto, ¿cuál es su apreciación sobre el rol que ha jugado el gobierno chileno en la situación de Venezuela?

A mí me parece lamentable. Acá lo que defiendo es el derecho a la autodeterminación del pueblo venezolano -porque eso es lo que defendemos, a mí nadie me ha visto una defensa al gobierno de Maduro ni del proyecto chavista-. Si en un país el camino de las elecciones no es el camino, entonces ¿cuál es el camino? Aquí Piñera y Lagos han dicho que son ilegítimas las elecciones porque no estaban dadas las garantías. Yo le pregunto a Lagos: ¿hay menos garantías que cuando él pactó con Pinochet una salida que le daba impunidad, que aceptaba una Constitución hecha en dictadura -donde no había partidos políticos, donde no había medios de oposición que criticaran al gobierno como sí los hay en Venezuela todos los días-? Yo me traje 16 diarios de un solo día y, de ellos, 14 se hacían pebre al gobierno, y se compran en la calle… Venezuela tiene una contienda de competencia entre el Ejecutivo y el Legislativo y, según la Constitución de ese país, cuando hay contiendas de competencia entre esos poderes existe un poder superior, que es la Asamblea Constituyente. La puede convocar la Asamblea Nacional, el pueblo venezolano o el Presidente de la República, y esa es la forma que ellos se han dado para resolver los problemas de la democracia: con más democracia y no con menos.

¿Eso genera algo de incomodidad en ciertos sectores?

Entonces claro, hay gente que cuando tiene problemas con la democracia lo pretenden resolver con golpes de Estado y con intervención extranjera. Ayer me dio mucha rabia escuchar a Claudio Orrego hablando de la “dictadura venezolana”, y mintiéndole a todo el país diciendo que esto no es constitucional, cuando lo que vimos es que la oposición venezolana puso las fechas de esta elección, pidió que las elecciones se adelantaran dos años para que Maduro no terminara su periodo. Y cuando Maduro adelanta las elecciones para entrar en diálogo con la oposición, una parte -la golpista- dice “no, no participamos”. Yo recordaba cuando la Democracia Cristiana recibió plata para financiar la campaña de Frei Montalva y torcer la voluntad popular en Chile. Es decir, un partido que se pone a disposición de un gobierno extranjero -y esto es historia, no discusión actual-, para torcer la voluntad popular. Entonces parece que a algunos DC les parece normal la intervención extranjera en situaciones internas del país. Cuando Chávez dio el golpe en Venezuela, el PC chileno lo condenó. Chávez fue a la cárcel -esto no pasa en nuestro país, pero en otros más democráticos pasa-, pagó sus deudas con la sociedad, y después de restituidos sus derechos políticos, ganó una elección e hizo que el país tomara un rumbo distinto democráticamente.

Acá la situación es distinta…

Acá algunos piensan que los golpistas pueden ser senadores, diputados, ministros, candidatos presidenciales… Allá no pasa eso. Estamos en una situación compleja, hay una crisis tremenda de la cual son responsables el gobierno y la oposición golpista que lo que quiere es derrocar a un gobierno como lo hicieron en Chile. El 2002, cuando hubo otro intento de golpe, el PC también lo condenó. Ahora la DC salió a reconocer a los golpistas. Los mismos que están diciendo que Venezuela es una dictadura son los que decían que Allende encaminaba al país hacia una dictadura marxista y son los mismo que decían que Iraq tenía armas de destrucción masiva y los mismos que decían que iban a llevar la democracia al mundo árabe después de haber destruido Libia, Siria, Iraq…

Hay otra dimensión, que es el modo en que ciertos gobiernos son calificados o no de democráticos según su funcionalidad a los procesos de acumulación de capital en el mundo. En la izquierda la comprensión de ese cuadro regional no está lo suficientemente claro. Respecto a las personas y organizaciones que se autodefinen como progresistas y de izquierda también hay diferencias de opinión respecto de lo que pasa en Venezuela. ¿Cuál es su reflexión sobre eso?

Entraría al punto de ¿qué es ser de izquierda? La izquierda siempre ha estado asociada a los cambios y ser de izquierda hoy implica la convicción de la necesidad de superar el capitalismo como forma de organización social. Yo veo harta gente que se dice de izquierda pero que ni siquiera está dando la discusión que yo acabo de plantear. Acá el tema es si los pueblos tienen derecho a plantearse un cambio a las formas de organización de cada sociedad, como lo hicieron los que se levantaron en contra de los regímenes faraónicos, de los señores feudales o los reyes. Algunos pensaron que sus sistemas nunca iban a cambiar y ahora los tenemos en los museos. Sería absurdo pensar que esta forma de organización social, que está llevando a una acumulación sin precedentes en la historia de la humanidad y que está expulsando del sistema productivo cada vez a más gente a través del salto tecnológico, vaya a ser sostenible en el tiempo mientras el 1% del mundo se enriquece a más no poder. La primera discusión es ver quiénes efectivamente son de izquierda y quiénes están comprometidos en esa lucha.

Y quienes están comprometidos con esa lucha, ¿qué?

Creo que las personas de verdad de izquierda tienen claro el panorama. ¿Cuál es el tema de fondo en Venezuela? Es que cinco familias han estado acostumbradas a apropiarse de la renta petrolera de Venezuela para traspasársela a las transnacionales y nunca han producido nada en Venezuela. Entonces un proyecto que quiere industrializar el país se ha encontrado con este enfrentamiento. En 20 años Venezuela ha tenido 21 elecciones. Nosotros en dictadura tuvimos una, y fue un fraude. Aprobó una Constitución que no tiene ningún grado de participación, fue autoritaria. En Chile no circulaban diarios, allá hay todos los días. En nuestra dictadura no había partidos, allá existen más de 20, 25 partidos políticos. El tema que hay algunos partidos que se han puesto a disposición de gobiernos extranjeros para derrocar a su propio gobierno. En ese país eso es un delito. En nuestro país hay gente que está acostumbrada a que eso sea normal, tal como puede haber algunos acostumbrados a que nunca se le pregunte al pueblo para saber cómo debe ser la Constitución de la República. En otros países el pueblo es deliberante y hace sus constituciones. A la parte de las transnacionales y la extrema derecha, que es funcional a los intereses de las grandes potencias lo que no les gusta es que esto se resuelva con más democracia. Para ellos es funcional que se resuelva con menos democracia.

¿Y cuál es la salida que ve ese sector al conflicto?

La alternativa que plantea el Presidente Piñera, Ricardo Lagos, Orrego, es que haya 100 mil chavistas muertos en una intervención militar. Yo nunca los he escuchado hablar de México, un narco-Estado, un Estado fallido en donde mueren 90 personas diarias. Hoy en México desaparecen personas y no hay respuestas, ni procesos judiciales, ni investigaciones. ¿Eso es democrático? ¿Has escuchado a alguien pararse a discutir del valor y el funcionamiento de la democracia en México? En Perú, otro país que critica a Venezuela, tienen a los últimos cinco presidentes presos por corrupción. El que está ahora era funcionario del gobierno anterior, que fue depuesto por corrupción en el caso Odebrecht. Estos son los países que critican el proceso venezolano.

¿Y qué plantea el Partido Comunista al respecto?

El PC no está dispuesto a avalar la tesis de una intervención militar y de un golpe de Estado para resolver problemas que solo deben resolver los venezolanos. En un golpe de Estado, ¿qué hacemos con los 6 millones y medio de chavistas que hay? ¿Los vamos a liquidar como lo hicieron en Chile? Aquí hay que dejar que participen los venezolanos, en elecciones absolutamente transparentes. Es con huella digital, con una pantalla touch para elegir a tu candidato. Imprimes tu voto con tu preferencia. Lo verificas y lo echas a una urna. El conteo que se da en la máquina tiene que calzar perfectamente con el conteo que se hace de la urna. Hay un respaldo físico. No hay posibilidad de que eso se altere en ninguna parte del proceso. Hablo desde lo que presencié. Me encantaría que todos los que se llenan la boca diciendo que hubo fraude, hubiesen ido para hablar después de conocer. La mayor parte de las equivocaciones en nuestro planeta provienen del prejuicio. Aquí lo que hay es un prejuicio bárbaro.

 

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