La preexistencia del collage en la producción de Mauricio Garrido (1974) es la escultura. Apenas con 21 años hizo su primera exposición, Esculturas de Animales Gigantes, en un espacio público, la Estación Cal y Canto del Metro de Santiago, en 1995. Durante dos meses, los transeúntes convivieron con un oso de hule amarillo de tres metros de largo; dos jirafas de patas de madera y cuerpos envueltos con tejidos de lana recolectados de las tiendas de ropa usada de la calle Bandera; un ñandú con cuerpo de calefón; y un rinoceronte que llevaba en su interior, encendido, un auténtico televisor Antu de los años 70. Además, una serpiente reptando, entre un pato y un caballo de patas de madera talladas, encontradas en la antigua Estación Mapocho.