En 1978, el Arzobispado de Santiago convocó a la celebración del año de los Derechos Humanos. Al llamado, reaccionaron distintos artistas visuales, lo que permitió que se presentaran diferentes exposiciones. Sin embargo, hoy, los detalles sobre estos actos de solidaridad son escasos, sobre todo, porque las piezas reunidas en el proceso permanecen divididas y bajo cuatro llaves.